La filtración de una serie de documentos clasificados presuntamente pertenecientes a la inteligencia persa revela que Irán estaría planeando la ejecución de ciberataques contra varios países occidentales, según SkyNews. El medio británico publicó el lunes el contenido de una batería de archivos secretos enviados al Líder Supremo iraní, Alí Jamenei, y redactados por los servicios de inteligencia de la República Islámica.
Teherán planificaría hacer uso de su capacidad tecnológica para dañar infraestructuras civiles, como hundir buques de carga, explosionar estaciones de servicio o menoscabar el funcionamiento de los sistemas satelitales, según el contenido los archivos. El documento referido al posible ciberataque a una embarcación indica que uno de los objetivos consiste en “causar daños irreversibles”.
Una fuente anónima proporcionó los archivos clasificados al medio británico. Estos revelan que la inteligencia iraní estaría recopilando información con el fin de identificar posibles objetivos para futuros ciberataques. El canal televisivo sostiene que desde Teherán vigilan de cerca a las compañías occidentales, con especial atención sobre las estadounidenses, británicas y francesas.
“Están creando un banco para ser utilizado cuando lo consideren oportuno”, declaró la fuente a SkyNews. Detrás de la redacción de los cinco informes de 57 páginas estaría “una unidad cibernética ofensiva secreta llamada Shahid Kaveh, una parte del comando cibernético de élite perteneciente al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC)”, según recoge el medio británico. Esta unidad correspondería, siempre según esta versión, a una célula conocida como Equipo de Inteligencia 13, dirigida a su vez por Hamid Reza Lashgarian.
En oposición a la fuente de SkyNews, quien aseguró estar “muy seguro” de la autenticidad de los documentos, la agencia de noticias rusa Sputnik recoge los testimonios de los iraníes Seyed Mohammad Marandi y Rasool Nafisi, profesores de las Universidades de Teherán y Virginia, en los que muestran cierto escepticismo al respecto. Ambos han apuntado que los archivos no cuentan con fechas, números o distintivos de la Guardia Revolucionaria, y que se puede tratar de un intento por “aumentar las tensiones”.
Esta versión sugiere que los archivos clasificados salen a la luz para boicotear o poner trabas a la reanudación del acuerdo nuclear entre Irán y el resto de las potencias occidentales inmiscuidas en el asunto, entre las que se encuentra Reino Unido. La publicación de los documentos se produce, además, antes de una posible vuelta a la mesa de diálogo en Viena, donde las partes negocian una vuelta al Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA).
La Administración Biden impulsó en abril la reapertura de las conversaciones con Irán para alcanzar un acuerdo en materia nuclear. Todo ello con el respaldo del E3, el grupo compuesto por Reino Unido, Francia y Alemania que estuvo presente en la rúbrica del acuerdo original en 2015 bajo el mandato de Barack Obama. La retirada unilateral del plan por parte de Trump en 2018 provocó que Teherán diera pasos de gigante en su programa nuclear.
Las negociaciones en la capital austríaca comenzaron en abril y se pospusieron hace un mes tras varias semanas en punto muerto. Sin embargo, las conversaciones podrían ponerse de nuevo en marcha después de la toma de posesión del presidente electo iraní, Ebrahim Raisí, que sustituirá oficialmente a Hasán Rohani el próximo 5 de agosto.
“La República Islámica debería estar entre las potencias más poderosas en el área cibernética”, reza una de las portadas de los documentos revelados por SkyNews. Los planes de Teherán pasarían por convertir a Irán en una superpotencia en esta área como parte de una estrategia militar de fondo. No solo para atacar, sino también a la hora de defender sus reservas. En los últimos meses, Irán ha denunciado una serie de ciberataques contra sus infraestructuras.
Para ello, Teherán cuenta con un Ciberejército, a priori dependiente de la Guardia Revolucionaria. Hasta el momento no ha trascendido el funcionamiento de la sección, ya que, entre otros motivos, no está oficialmente registrada en el seno de la República Islámica. La identidad de sus componentes también se desconoce, sin embargo, fuentes de inteligencia aseguran que el país cuenta con un grupo de especialistas “altamente cualificados”. Tanto es así que Irán está reconocido como la cuarta mayor potencia cibernética del mundo.
Desde junio de 2010, fecha en que el régimen persa recibió su primer ciberataque contra la central nuclear de Natanz a manos de un gusano informático conocido como Stuxnet, desarrollado por Estados Unidos e Israel, Irán trató de recomponerse de lo que consideraron como humillación y desarrolló una potente división en el área cibernética. El virus afectó a las instalaciones de enriquecimiento de uranio.
Desde ese momento, comenzó un fuego cruzado en materia de ciberataques entre ambos países. En octubre de 2019, Microsoft denunció la actividad de un grupo de piratas informáticos que había tratado de acceder de forma ilegal a cuentas de correo electrónico de funcionarios y periodistas estadounidenses. Al parecer, estos trabajaban para el Gobierno persa, y volvieron a actuar semanas antes de las elecciones presidenciales de 2020.
El campo cibernético ofrece una serie de ventajas, en especial a Irán. En primer lugar, permite dañar los sistemas extranjeros desde el interior, un factor a tener en cuenta, ya que el daño es considerablemente mayor. En este sentido, los ciberataques pueden incluso no ser detectados o, al menos, no dejar rastro. Además, las consecuencias podrían extenderse a varios niveles y diferentes ramas de los servicios estatales o de una compañía privada. El factor principal, según los expertos, es que permite atacar desde la distancia y con alta tecnología sin riesgo de sufrir bajas directas.