Mohamed Eslami afirma que poseen más de 120 kilos de uranio enriquecido al 20%

Irán produce más uranio enriquecido del que informó la ONU el mes pasado

AFP PHOTO / HO / PRESIDENCIA IRANÍ - Mohammad Eslami, responsable de la Organización de Energía Atómica de Irán

Lejos de acercar posturas sobre la vuelta al Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés) dinamitado en 2018 por Donald Trump, las trabas se suceden haciendo prácticamente imposible alcanzar un punto de encuentro. Cuando parecía que, tras las reuniones de Viena, se podría atisbar un mínimo acercamiento, la llegada al poder de Ebrahim Raisí echó por tierra las esperanzas del regreso al JCPOA. Es más, estaba previsto haber retomado las negociaciones sobre el acuerdo en el pasado mes de septiembre. Sin embargo, desde Teherán siguen dando largas y la última vez que se refirieron a las negociaciones las situaron en noviembre.

Las conversaciones de junio finalizaron con una productividad nula. Las exigencias de unos y otros dejaron el acuerdo tal y como estaba, es decir, sin validez alguna. Irán no tenía permitido enriquecer uranio por encima del 3,67%, pero desde su salida lo ha hecho hasta al 60%. El último informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) aseguraba que los iraníes contaban con unas reservas de uranio enriquecido al 20% que ascendían a 84 kilos – tres meses antes eran 62 –, pero ahora el jefe de la energía nuclear iraní, Mohamed Eslami, afirma que cuentan con “más de 120 kilos de uranio enriquecido al 20%”.

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Eslami ha dicho en una entrevista con la televisión estatal que según el acuerdo de 2015 – tras saltárselo durante tres años, echan mano de él para excusarse – los países firmantes debían proporcionar el uranio al 20% necesario para su reactor de investigación. El jefe de la Organización para la Energía Atómica de Irán afirma que “no fue entregado” y que “si no lo hubiéramos producido por nosotros mismos, esto se habría convertido en uno de nuestros problemas”. Por otro lado, la OIEA advirtió en su último informe de la cada vez más factible posibilidad de producción de armas nucleares iraníes, para lo que se requiere uranio enriquecido alrededor del 90%.

A pesar de la voluntad de Reino Unido, Francia, Alemania e incluso China y Rusia de asegurar el acuerdo tras la salida de Estados Unidos, Irán se ha saltado sistemática y deliberadamente las restricciones impuestas por el JCPOA al que ahora apelan para aumentar sus reservas de uranio al 20%. Mientras tanto, las grandes potencias permanecen de brazos cruzados, algo duramente criticado por el primer ministro israelí, Naftali Bennet: “El mundo ahora está esperando la decisión de Teherán de regresar al acuerdo nuclear o no. Desafortunadamente, los iraníes han logrado en los últimos 3 años un gran salto en su capacidad para enriquecer uranio”.

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Bennet cree que “el programa nuclear iraní ha llegado al punto más avanzado” y “el mundo está esperando y los iraníes están postergando y las centrifugadoras están girando”. Avisa del peligro que puede entrañar dar margen de maniobra a un régimen como el de Raisí y desde el prisma israelí dice que “la responsabilidad de Israel es asegurarse, con acciones, no con palabras, de que Irán nunca tendrá un arma nuclear. Un arma nuclear en manos de un régimen extremista y violento como el régimen iraní cambiará la faz de la región”, ya que cree que no se trata únicamente de un conflicto estratégico sino de seguridad para todos los países vecinos.

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A pesar de la complejidad de un asunto cada vez más preocupante, desde la OIEA se limitan a criticar la opacidad de las acciones iraníes. “La confianza del Organismo de que puede mantener un conocimiento continuado (de las actividades nucleares de Irán) se está deteriorando con el tiempo y ahora ha empeorado aún más”, dicen desde el organismo que añade “esa confianza se seguirá perdiendo a no ser que la situación sea rectificada inmediatamente por Irán”. Es algo que difícilmente ocurrirá, a pesar de las numerosas declaraciones iraníes que aseguran estar comprometidos con mantener una relación de confianza con la OIEA.

La clara muestra de ello es que tan sólo un mes después del informe de la OIEA, el jefe de energía atómica iraní afirma que tienen unas reservas un 50% mayores de las que se estipulan en el documento publicado por el máximo organismo internacional de control nuclear. No existen pruebas – ni tampoco intención alguna – que hagan parecer que Teherán está por la labor de poner fin al enriquecimiento descontrolado de uranio, más bien todo apunta a que la grieta entre Irán y la OIEA se seguirá abriendo.
 

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