“Cuanto más se acerca el Gobierno a los objetivos declarados, más actores armados con presuntos vínculos con el enemigo de Washington, Teherán, están atacando”, aseguran altos funcionarios iraquíes

Irak trata de mantener su línea reformista, a pesar de los ataques iraníes

photo_camera PHOTO/AP-KHALID MOHAMMED - Partidarios de una milicia apoyada por Irán sostienen carteles del general iraní Qassem Soleimani y del subcomandante Abu Mahdi al-Muhandis y del Gran Ayatolá Ali al-Sistani, en el centro, mientras queman el edificio del canal de televisión local Dijala

Desde la eliminación de Abu Mahdi al-Muhandis, comandante militar iraquí que lideraba la alianza paramilitar Fuerzas de Movilización Popular (PMF, por sus siglas en inglés), Irak no ha sido capaz de encontrar una estabilidad política que pueda solucionar los diferentes frentes abiertos que tiene el país. A mediados de abril, el presidente iraquí, Barham Saleh, encomendó la tarea de formar Gobierno al antiguo jefe de los servicios de inteligencia, Mustafa al-Kazemi.

Bagdad vive un contexto de crisis económica, social y política. Las arcas del Estado dependen de petróleo, y la caída del precio del crudo ha aumentado los problemas económicos y la violencia estatal utilizada para sofocar las protestas masivas que estallaron en octubre; todo lo que ha llevado a la población iraquí a tener una mínima confianza con el Gobierno. Marcada por la guerra, el objetivo de Al-Kazemi es llevar a cabo reformas para reactivar su maltrecha economía. El nuevo primer ministro ha prometido controlar a las milicias rebeldes, luchar contra la corrupción y hacer una reestructuración esperada después de años de conflicto armado Altos funcionarios y analistas iraquíes, sin embargo, han señalado, según recoge la agencia de noticias AFP, que hay varios actores armados vinculados a Irán que están haciendo todo lo posible por desestabilizar al país.

“Cada vez que estos grupos nos ven acercarnos a sus intereses militares o económicos, lanzan cohetes o campañas de propaganda para distraernos”, dijo un alto funcionario del Gobierno iraquí.

Cumbre Bagdad-Washington 

La violencia ya estaba aumentando antes de que Al-Kazemi viajara a Washington el mes pasado para reunirse con el presidente estadounidense, Donald Trump. “Nos iremos pronto. Tenemos muy pocos soldados en Irak, pero estamos allí para ayudar”, dijo Trump. El plan estadounidense está en retirar sus fuerzas de Irak en un periodo máximo de tres años, pero, y en palabras de Trump, “estaremos allí para ayudar al pueblo iraquí”.

El Presidente de los Estados Unidos Donald Trump se reúne con el Primer Ministro de Irak Mustafa al-Kadhimi

El martes por la noche, según la agencia de noticias francesa, una bomba golpeó un convoy de suministros que se dirigía a una base iraquí donde están desplegadas tropas estadounidenses y mató a un miembro de las fuerzas de seguridad iraquíes. El pasado 3 de septiembre, un ataque tuvo como objetivo la sede en Bagdad de la empresa de seguridad británico-estadounidense G4S. Según AFP, un funcionario de inteligencia iraquí dijo que un dron había lanzado una carga explosiva sobre el edificio. Nadie se ha atribuido la responsabilidad del ataque, pero grupos respaldados por Teherán habían acusado a G4S de complicidad en el ataque con aviones no tripulados estadounidenses de enero que mató al general Qassem Soleimani, en Bagdad.

Sin embargo, la arremetida contra un convoy de ayuda en la ciudad de Mosul que dejó herido a un trabajador de las Naciones Unidas sí fue asumido por una facción que se identificó como parte de la “resistencia islámica”, una frase general para las facciones pro-Irán, que acusó a las ONU de usar sus convoyes para transportar espías estadounidenses.  No han sido los únicos ataques en esta escalada de violencia. Media docena de facciones han llevado a cabo amenazas similares bajo la bandera de la “resistencia islámica”.

Los funcionarios de inteligencia iraquí aseguraron que al menos “cinco grupos, incluidos Kataeb Hizbulá, Asaib Ahl al-Haq y otros, están detrás de la reciente inestabilidad en todo el país”. Estos grupos pertenecen a la familia de Hashed al-Shaabi de Irak, una red cercana a Irán. Pero los continuos ataques de las milicias proiraníes contra el Gobierno iraquí de Al-Kazemi no solo han llegado en forma de bombas contra convoyes. Los medios de comunicación no convencionales como la red social Telegram ha sido utilizado por estos grupos para publicar advertencias burlonas sobre los ataques antes de que ocurrieran.

El primer ministro iraquí Mustafa al-Kadhimi habla durante una reunión con los líderes de seguridad, en Basora, Iraq, el 22 de agosto de 2020.

El portavoz del Gobierno, Ahmad Mulla, ante estos ataques aseguro que no buscan una confrontación directa con estos grupos. “En su lugar, buscamos agotar sus recursos de financiación apuntando a los cruces fronterizos”, usados para el contrabando desde Irán, dijo a AFP. Hace unos días, Al-Kazemi formó un consejo anticorrupción, autorizando a las tripas de élite del Servicio contra el Terrorismo a arrestar a funcionarios que solían ser considerados intocables.

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