Teherán impide que la región tenga su infraestructura energética y estabilidad para tener un mejor agarre en sus negociaciones con Bagdad

Irán continúa con su política de destrucción en el norte de Irak para su propio beneficio

photo_camera AFP/HAIDAR MOHAMMED - Refinería de petróleo en Irak

Irán volvió a golpear la región norte de Irak este miércoles con el lanzamiento de varios misiles balísticos que dejaron al menos 14 muertos y cerca de 60 heridos. De acuerdo con Teherán, su objetivo era golpear las sedes de los partidos kurdos iranís en la región, que intentan aprovechar la situación de descontrol en Irán, por las protestas contra el velo, para sus propios fines. 

Tras esto, el ministro de Asuntos Exteriores de Irak, Fuad Hussein, convocó al embajador iraní en Bagdad para pedir explicaciones por este duro ataque contra el Kurdistán iraquí. De acuerdo con observadores internacionales citados por el medio Al-Arab, los ataques de Irán contra la región llevan varias semanas recrudeciéndose de forma violenta. 

De acuerdo con la comunicación de la Guardia Revolucionaria iraní, los misiles balísticos atacaron 4 áreas de la región norte de Irak. El general de brigada Muhamad Bakpour aseguró que se lanzaron 73 proyectiles además de otros sistemas de armas, como drones suicidas contra 42 puntos distintos en un radio de 400 km. 

La violencia de Irán en el Kurdistán iraquí no es inusual. Teherán mantiene desde hace años que los kurdos de la región mantienen excelentes relaciones con Israel y que por estos motivos Erbil sirve como base de operaciones de los servicios de inteligencia del Mossad para espiar y atacar Irán. Ya en primavera, la Guardia Revolucionaria aseguró que si las autoridades iraquíes no se encargaban de evitar que el Mossad se instalase en la región, los ataques de misiles contra las presuntas células del Mossad seguirían produciéndose en el norte de Irak. 

 La región es también el hogar de los kurdos iranís, organizados en el Partido Democrático de Kurdistán de Irán, con sedes en Choman y Sidekan. Irán considera a esta organización y a sus miembros como una amenaza directa contra su seguridad. 

Los análisis del Emirates Policy Center concluyen que Irán teme que los kurdos iranís, con el apoyo de Arabia Saudí y Estados Unidos, promuevan la instauración de una región autónoma con mayoría suní en Irán, lo que desestabilizaría el poder de Teherán sobre su país vecino. 

A ello se le añade la geopolítica de la energía, en la que Erbil juega un papel fundamental para Irak, al tener la posibilidad de posicionarse como un productor clave de gas natural, y amenazar así la posición de Irán como suministrador de Irak. 

Irán instrumentaliza desde hace años su suministro energético a Irak, hasta el punto de cortar por completo o reducir hasta niveles ínfimos su suministro de gas y electricidad a Bagdad, causando cortes constantes y un racionamiento castrense de los recursos.  Todo cuando a Teherán le conviene, en su juego de influencia sobre Bagdad. 

Mientras la mano derecha de Irán gestiona el suministro energético, la izquierda asola la región norte de Irak para dejarla sin infraestructura necesaria para aprovechar sus fuentes de hidrocarburos.  Mientras, el presidente de la región kurda, Barzani, asegura que Erbil se convertirá en un importante exportador regional de gas. Sin embargo, no hay aún resultados positivos por hacer avanzar el proyecto de gasoducto regional que parta de Dohuk.
 

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