La monarca nombró a 15 primeros ministros y vio gobernar a 14, con algunos de los cuales mantuvo tensas relaciones

Isabel II: el amanecer de una nueva era isabelina

AFP/BUCKINGHAM PALACE - La reina Isabel II durante su alocución a Reino Unido y los miembros de la Commonwealth en mitad de la crisis de la COVID-19, Castillo de Windsor (Londres), 5 de abril de 2020

La reina Isabel II (Elizabeth Alexandra Mary Windsor, 1926-2022) se ha convertido en un icono para varias generaciones siendo, sin duda, la monarca más longeva de la historia de Reino Unido tras 70 años de reinado, superando así el periodo de Elizabeth, apodada como la Reina Virgen, cuya estancia en el trono se extendió durante 45 años al frente de Inglaterra. Su sobrino Jacobo I, hijo de María de Estuardo, se convertiría en el primer rey en gobernar Inglaterra y Escocia unidas, y la reina Victoria, que reinó en Reino Unido, ostentó el cargo de monarca durante 63 años.  

Una reina naciente 

La entonces princesa pasaría sus últimos días de recreo en Nairobi, Kenia, donde se encontraba de visita en febrero de 1952. Regresaría a Inglaterra convertida en reina tras la muerte inesperada de su padre, Jorge VI. Su coronación se produjo en junio de 1953, durante un día de lluvias torrenciales en el que cerca de 3 millones de británicos corearon en las calles “¡Dios salve a la Reina!”, mostrándole así su apoyo a Su Majestad. 

Desde entonces, la Reina soporto un peso –además del de la corona de más de 2 kilogramos– que desde su infancia le parecía remoto, pues no le correspondía reinar a tan precoz edad. ¿Por qué se apresuró su reinado? 

En primer lugar, el legítimo sucesor al trono era su tío Eduardo III, David, quien debía gobernar el país como sucesor de Jorge V, abuelo de Isabel II. Este se enamoró de una doblemente divorciada estadounidense, Wallis Simpson, lo que se consideró inaceptable por motivos políticos y religiosos en aquel momento, y le condujo a la abdicación al trono. 

El padre de Isabel II, Duque de York, se convirtió entonces en el rey Jorge VI, conocido como el ‘Rey Tartamudo’. Su coronación dio a Elizabeth un anticipo de lo que le esperaba. 

Jorge VI fue un elemento clave para el pueblo británico durante la II Guerra Mundial, etapa en la que la princesa se alistó en el Servicio Territorial Auxiliar (ATS) donde ejerció como mecánica del Ejército y se negó a abandonar el país. 

Durante la postguerra, la escasez de alimentos era cotidiana y el país se enfrentaba, además de a la hambruna, a la reconstrucción del mismo. Los ánimos de los ingleses estaban decaídos. Además, en esos años, la guerra entre Argentina y Reino Unido por la dominación de las islas Malvinas fue otro lastre que el pueblo no encajó bien, pues no estaban preparados para afrontar otra contienda. Los estómagos continuaban vacíos. 

En aquel tiempo, Isabel, que aún vivía en su burbuja real, ya estaba enamorada del que sería su futuro marido, el príncipe Felipe. No obstante, la Reina encontró innumerables obstáculos para contraer matrimonio con él debido, entre otros motivos, a su ascendencia extranjera y los vínculos políticos que sobrevolaban sobre su posible apoyo al bando nazi. Finalmente, ambos contrajeron matrimonio en 1947. Convertido en Duque de Edimburgo, Felipe, siguió prestando servicio como oficial de la marina en activo. Aquellos fueron momentos que ambos compartieron, como el viaje de recién casados a Malta. 

La apresurada muerte de Jorge VI, que falleció de cáncer, supuso un punto y final a la vida de ensueño de Isabel II. A sus 25 años, la ascensión de la Reina al trono se convirtió en un nuevo resurgir para el Reino Unido. Un soplo de aire fresco llegaba al palacio de Buckingham. Isabel II representaba el amanecer de una nueva era isabelina. 

Isabel II Felipe de Edimburgo
Su Majestad la Reina 

Tras su coronación, Isabel II pasaría a ser –por la Gracia de Dios– reina del Reino Unido, Gran Bretaña e Irlanda del Norte, de sus otros reinos y territorios, así como jefa de la Mancomunidad de Naciones –Commonwealth– y defensora de la fe (anglicana). Con el transcurso de los años, la Reina reconocería que, “mi padre murió demasiado joven, así que todo fue una especie de toma repentina y de hacer el mejor trabajo posible”. 

Durante su reinado, la monarca nombró a 14 primeros ministros, vio gobernar a 14, y 13 presidentes de Estados Unidos, entre ellos la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca como el primer presidente negro en la historia del país; la caída de la URSS y la sucesión de 3 papas católicos. 

Además, fue la primera monarca reinante en visitar Australia y Nueva Zelanda, donde obtuvo una espectacular acogida por parte de la población. No obstante, durante la década de los 50, Reino Unido fue perdiendo peso entre sus colonias. Muchas de ellas de independizaron y en 1956 el reino mostró su debilidad tras la debacle del Canal de Suez. Fue entonces cuando la Commonwealth perdió poder y pasó a convertirse un mero halo representativo, la marca de Reino Unido. 

Ese mismo año, la Reina fue objeto de un ataque personal por parte del escritor Lord Altrincham, quien acusó a su majestad de ser incapaz de pronunciar un simple discurso sin un texto escrito. Desde entonces Isabel II pronunciaría sus discursos de memoria. 

Fueron años difíciles en los que Isabel II se encontró envuelta en los problemas de gobierno y la falta de consenso, llegando a ser ella misma quien nombrara a los primeros ministros. Una tradición que finalizó al término de la década. 

En los 60, por otro lado, la Familia Real adoptó un tono más cercano al pueblo británico. La Reina mostró un ensamble menos formal y más accesible. De hecho, la cadena de noticias británica BBC realizó un documental titulado ‘The Royal Family’ en el que filmó a los miembros de la familia en casa e incluso en su residencia de verano en Balmoral, lugar donde ha fallecido Su Majestad. 

A pesar de las vicisitudes políticas de la época, los 60 y los 70 fueron periodos de estabilidad para la monarquía y del restablecimiento del apoyo público a la misma. Muestra de ello fue el Jubileo de Plata, celebrado en 1977 durante el cual la Familia Real contó con el afecto del pueblo.  

Sin embargo, esa felicidad fue efímera. Dos años después, Margaret Thatcher, conocida como la ‘Dama de Hierro’, se convirtió en primera ministra, abriendo una brecha entre Downing Street y Buckingham Palace

Durante esos años, y a pesar de las opiniones de Thatcher, la Reina no dejó de visitar a los países de la Commonwealth y a sus líderes africanos, con quienes simpatizaba. Se convirtió en el azote de Thatcher. Ya en los 90, concretamente en 1991, tras la I Guerra del Golfo, Isabel II fue la primera monarca británica en dirigirse a una sesión conjunta del Congreso. 

Isabel II Carlos III

No obstante, 1992 fue para la Reina un “año horrible”, tal y como ella misma lo describió posteriormente en una entrevista. La sucesión de divorcios en el seno de su familia y el incendio del castillo de Windsor fueron tan solo el comienzo de una tormentosa década. Durante estos años, la Reina trató de mantener la dignidad de la monarquía mientras el debate público se centraba sobre si la institución tenía algún futuro. Sin embargo, el punto de inflexión llegó con la muerte de la princesa Diana de Gales, conocida como ‘Lady Di’ y esposa de Carlos III, en un accidente de tráfico en 1997, cuando ya se encontraban separados. 

Ese acontecimiento marcó un cambio de rumbo para el Reino Unido, que lloró a la amada princesa hasta el día de hoy. Sin embargo, a pesar de la sombra que Lady Di dejó en la Familia Real y en el amor que sembró en el pueblo británico, la Familia Real, logró superar las sospechas de un posible asesinato. 

Poco después, el príncipe Carlos de Gales anunció apresuradamente su ‘noviazgo’ con la que había sido en realidad el amor de su vida, Camila Rosmary Shand, duquesa de Edimburgo y ahora reina consorte de Reino Unido desde el 8 de septiembre de 2022 tras desposarse con el rey Carlos III. 

Años amargos que se vieron aliviados por un nuevo enlace: el de su nieto, Guillermo, duque de Cambridge, con Catalina Middleton. Un suspiro de alivio para la Isabel II, que asistió a un nuevo renacer de la monarquía británica. 

El 9 de septiembre de 2015, Isabel II se convirtió en la monarca más longeva de la historia británica, superando el reinado de su tatarabuela la reina Victoria. 

En 2021 se produjo la muerte de su marido, el príncipe Felipe, en plena pandemia de coronavirus, y un año antes de sus Bodas de Platino. Pese al declive que sufría su etapa como reina, Isabel II decidió continuar con tenacidad y dedicación sus labores como reina hasta el día de su fallecimiento. 

De hecho, con motivo de sus bodas de plata, recordó la promesa que hizo en una visita a Sudáfrica 30 años antes: “Cuando tenía 21 años, prometí mi vida al servicio de nuestro pueblo y pedí la ayuda de Dios para cumplir ese voto. Aunque ese voto se hizo en los días en los que mi juicio aún ‘estaba verde’ no me arrepiento ni me retracto de una sola palabra”. 

El primer discurso del eterno heredero

El pasado viernes, el Palacio de Buckingham anunció el inicio de un periodo de luto tras el fallecimiento de la Reina que se extenderá hasta siete días después del funeral de la monarca, sin que por el momento haya trascendido cuándo podría tener lugar. Su sucesor al trono, su hijo Carlos III, ya ha sido proclamado rey

Reinará a los 73 años, descartando en su primer discurso ofrecido en el Salón Azul del Palacio de Buckingham, tras el fallecimiento de la reina Isabel II, su abdicación a favor de su primogénito Guillermo y su esposa Catalina, a quienes ha nombrado herederos a la Corona: “Como la propia Reina hizo con devoción inquebrantable, yo también me comprometo ahora para el resto del tiempo que Dios me conceda a defender los principios constitucionales en el centro de nuestra nación”. 

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