Israel aumenta su capacidad militar ante Irán con la evolución de los cazas F-35
Israel continúa su desarrollo militar con la evolución de los aviones de combate F-35, capaces de volar hasta Irán sin necesidad de repostar. Estas mejoras son fruto de la política que desde Tel Aviv se está implantando, basada en la capacidad de poder extinguir cualquier tipo de ataque nuclear por parte de Irán.
Ante estos avances, desde Teherán no han dudado en contestar; por ello uno de sus comandantes, Kiomars Heidari, ha asegurado que destruirán Tel Aviv y Haifa si el enemigo comete algún tipo de error. Estas declaraciones aumentan la tensión entre ambas partes, implicadas en un conflicto que se pretende resolver diplomáticamente, pero que cada día se recrudece más.
Desde la retirada de Estados Unidos del Pacto Nuclear con Irán, estos han ido ampliando su infraestructura con el objetivo de desarrollar su propio armamento nuclear acumulando uranio enriquecido de bajo grado, expandiendo sus instalaciones nucleares o anunciando sus planes para producir uranio metálico.
Irán asegura que sus medidas son pacíficas, que su enriquecimiento en uranio no atiende a objetivos militares, pero la realidad es que ese mismo uranio puede ser utilizado como combustible para las propias bombas.
Israel por su parte ha incrementado sus capacidades ante la posible necesidad de atacar los recursos nucleares de Teherán. Gracias al desarrollo de los F-35 (vendidos por Estados Unidos a Israel) y su autonomía de vuelo, ya están en disposición de volar de un país a otro sin necesidad de repostar en pleno vuelo, algo que aumenta significativamente sus posibilidades de éxito. También la guerra electrónica tiene un mucho peso en todo esto, y es que desde Tel Aviv se han implementado medidas de defensa ante posibles ataques informáticos que pudieran socavar futuras operaciones militares israelíes.
Las mejoras también incluyen a modelos de aviones más antiguos, como el F-15 y el F-16, así como en la evasión de sistemas de radar y detectores iraníes. Otro gran paso ha sido la inclusión de una bomba de una tonelada en los F-35 con la capacidad de que estos sigan sin aparecer en los radares enemigos. Este avance es muy importante, ya que como se dijo desde el propio Ministerio de Defensa: “Los sistemas de misiles tierra-aire y los radares de Irán están abarrotados, a pesar de no ser el único desafío”.
Todos estos avances han sido testados por las fuerzas de Israel, con simulaciones de vuelos y ataques en el Mediterráneo. Pero aún con estas mejoras, hay quien duda de la capacidad militar de los israelíes ante un posible conflicto armado contra Irán y sus aliados.
A pesar de todo esto, desde Tel Aviv insisten en no tomar las armas para solucionar esta situación; por ello Israel le comunicó hace unos días a la Agencia Internacional de Energía Atómica de las Naciones Unidas su intención de resolver este conflicto por la vía diplomática, siempre y cuando esta no permita a Irán continuar desarrollando su equipamiento militar, culminando con la consecución de sus propias armas nucleares. Esto sería algo que Israel no permitiría, recurriendo a la fuerza si las demás vías para impedirlo hubieran fracasado.
En consonancia con esta política de defensa activa israelí, el primer ministro Naftali Bennett aseguró ante la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knesset que la estrategia de Israel había cambiado, actuando contra la cabeza y no solo contra sus brazos como en los últimos años.
Esto supondría ataques aéreos a puntos específicos donde acumulen sus recursos nucleares, algo que tras este tipo de declaraciones los observadores no descartan. Una situación que, a pesar de los intentos israelíes, se aleja de los cauces diplomáticos y se acerca cada vez más a la necesidad de una resolución militar.
