Continúa su desarrollo la guerra en la sombra entre Israel e Irán en territorios donde operan milicias chiíes apoyadas por los iraníes

Israel intensifica los ataques aéreos con Líbano, Irak, Siria y Palestina como objetivos

photo_camera AFP/MAHMOUD ZAYYAT - Mujeres partidarias del movimiento militante chií libanés Hizbulá en una conmemoración del 13º aniversario del fin de la guerra de 2006 con Israel, en la ciudad de Bint Jbeil, en el sur de Líbano

Israel ha pasado a la ofensiva total después de que en los últimos días haya atacado, en un breve lapso, puntos estratégicos de la región de Oriente Medio. Los objetivos de los ataques aéreos israelíes han sido Líbano, Irak, Siria y Palestina durante el escaso periodo de tiempo de dos días. 

De esta manera, sube la tensión en el marco de la ‘guerra subterránea’ que están desarrollando Israel e Irán, este último a través de las milicias chiíes radicadas en Líbano, Irak, Siria y Palestina; con estos países como escenario principal de una pugna de poder de hebreos y persas para extender su dominio o influencia en la región. 

Las Fuerzas Armadas israelíes reconocieron abiertamente las ofensivas sobre Siria y Palestina y se especula con que también fueron los artífices de los ataques contra Líbano e Irak. El primer ministro israelí Benjamin Netahyahu habló abiertamente sobre la opción de atacar a sus rivales: “Nosotros profundizaremos en nuestras raíces y atacaremos a nuestros enemigos”. Y es que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) son las encargadas de ‘responder’ a lo que se entiende como agresiones contra el Estado israelí, en relación con los ataques con drones sufridos también en territorio hebreo. 

Gran protagonismo están tomando en estas acciones bélicas los drones o aviones no tripulados, cargados de explosivos. Este es el arma que se ha puesto de moda en la sucesión de ofensivas que se están dando en Oriente Medio debido a sus características técnicas. Estos aparatos no dejan huella en el radar, desprenden poco calor y son relativamente asequibles, en comparación con otras armas; además, sirven para el reconocimiento de territorios o para estrellarse contra objetivos enemigos. 

Estas maniobras responden a la beligerancia de la República Islámica de Irán y su agresiva actitud en la región, que está provocando la respuesta del polo opositor, liderado principalmente por Estados Unidos, con Israel como aliado preferente. Tradicionalmente, Israel ha mantenido un gran secretismo sobre sus operaciones internacionales, pero, tras el último enconamiento de las posturas con la Administración iraní, ya se reconoce abiertamente los esfuerzos militares sobre territorios en los que se es hostil a los hebreos y en los que los iraníes pueden tener interés en acrecentar su influencia. "Cualquier país que permita que su territorio sea usado para ataques contra Israel enfrentará las consecuencias, y repito, el país enfrentará las consecuencias", sentenció el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, La larga guerra en la sombra entre Israel e Irán ha estallado en los últimos días, con Israel presuntamente atacando objetivos relacionados con Irán

En el caso de Siria, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, ya reconoció que Israel tiene derecho a defenderse ante “las amenazas de la Guardia Revolucionaria iraní (cuerpo de élite del Ejército de Irán, categorizado como grupo terrorista por EEUU)” y a tomar medidas de cara a prevenir ataques contra posiciones israelíes. Pompeo aseveró que “Israel atacaría objetivos de la Guardia Revolucionaria amenazadores para Israel en cualquier lugar donde estuviesen localizados”. 

Estas afirmaciones del diplomático norteamericano sucedieron a la ofensiva israelí del pasado sábado sobre posiciones al suroeste del territorio sirio, en respuesta a los sucesivos ataques con drones iraníes que se padecieron en suelo hebreo. Con este ataque dirigido, presuntamente, contra posiciones de la Guardia Revolucionaria en Siria, Israel aseguró que había desbaratado “un atentado inminente a gran escala con drones armados con explosivos contra objetivos humanos y militares israelíes” organizado por esta fuerza de élite del Ejército persa. 

Los ataques israelíes contra objetivos sirios se han sucedido también últimamente con el tema subyacente de los Altos del Golán como telón de fondo. Esta meseta siria ocupada por Israel desde 1967, cuya soberanía, autoproclamada por Israel, ha sido reconocida unilateralmente por Trump, continúa siendo un gran foco de conflicto, que se suma a la ‘nueva espiral’ de violencia generada respecto al enfrentamiento con Irán. 

Líbano también ha sido escenario de los ataques israelíes en el marco del enfrentamiento que vive el Estado hebreo con sus enemigos en Oriente Medio. En este sentido, Irán ya advirtió a Israel sobre las respuestas que habría a las amenazas israelíes. Ali Rabiei, portavoz del Gobierno iraní, aseguró que se respondería a cualquier ataque israelí y que la paciencia de los países del Golfo se está agotando con el Estado hebreo. 

Fotografía de archivo del 31 de mayo de 2019, las Unidades de Movilización Popular iraquíes queman representaciones de banderas de Estados Unidos e Israel

En esta misma línea, Qassem Soleimani, jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, en la red social Twitter, calificó los ataques aéreos israelíes en Siria y los llevados a cabo con drones en Líbano como “locas operaciones” y “los últimos intentos del régimen sionista”.

Estas posturas enfrentadas tienen que ver, según diversos expertos, con una lucha de poder entre Israel e Irán en la región de Oriente Medio. Irán trata de ganar posiciones y puntos de apoyo en el golfo Pérsico, mediante el apoyo a grupos chiíes (rama del islam que sustenta el régimen de los ayatolás), e Israel intenta prevenir el avance político y militar iraní sobre el terreno. 

Aquí hay que traer a colación también el gran interés de Irán y el bloque chií de frenar la expansión y la gran preponderancia de la otra vertiente principal del islamismo, que es la suní, cuyo principal representante en Arabia Saudí, socio principal de Estados Unidos, el cual es el principal aliado de Israel y sus posiciones en la región de Oriente Medio. De hecho, el reino saudí comanda la coalición árabe que lucha en la guerra de Yemen (otro foco de conflicto en la región junto a los de Líbano, Siria, Irak o Palestina). 

En el conflicto bélico yemení, Irán da soporte a los rebeldes hutíes, milicias chiíes que buscan socavar al Gobierno establecido, el cual es sustentado por la coalición árabe liderada por Arabia Saudí, principal rival suní, de la que forman parte otros aliados de peso en la zona como Emiratos Árabes Unidos. 

Los enfrentamientos que tienen que ver con Líbano también enfrentan a Israel con otra organización chií próxima a Irán, que es, en este caso, Hizbulá. El grupo islamista ha amenazado seriamente a Israel después de que dos drones se estrellaran y explotaran en la capital libanesa de Beirut. Así, el líder de Hizbulá Hasan Nasrala denunció que se trata del “primer ataque de Israel desde 2006” y señaló que “si Netanyahu cree que este ataque con drones ha acabado porque no ha habido muertos, está equivocado”. “Le decimos al Ejército israelí que esté atento en la frontera”, advirtió el propio Nasrala. 

Líbano ha tildado esta agresión contra Beirut como una “declaración de guerra”, como expresó Michel Aoun, presidente libanés. El propio Aoun responsabilizó a Israel de este ataque, que no dejó víctimas, pero sí importantes daños materiales. 

Sobre el asunto de Líbano, cabe destacar que el contingente del Ejército de España destinado en este país aumentó sus medidas de vigilancia tras el ataque de Israel con dron sobre la capital libanesa de Beirut, aunque sostiene que la situación está tranquila, como indicaron a la agencia de noticias Europa Press fuentes del Ministerio de Defensa español, tras la conversación mantenida por su titular en funciones, Margarita Robles, con el jefe del destacamento, el general Rafael Colomer.

En cuanto a Palestina y la Franja de Gaza, se especula con el creciente apoyo de Irán a Hamás, organización yihadista palestina que rige la Franja, con el claro objetivo de turbar a Israel y perjudicar sus intereses en la zona. En el avispero palestino ha habido en las últimas fechas enfrentamientos sobre la misma frontera con Israel, incluidos ataques con cohetes, como los registrados a principios del mes de agosto. El Ejecutivo israelí respondió a esta ofensiva aérea y también impuso medidas para ahogar al territorio, como el cese del suministro de combustible y energía a Gaza, lo que ha llevado a cortes y el racionamiento de la electricidad. 

Puesto de seguridad libanés en la zona donde un avión teledirigido israelí se estrelló contra un bastión del grupo libanés Hizbulá, el domingo 25 de agosto de 2019

Caso especial es el de Irak, donde Israel también quiere frenar la expansión iraní y donde Estados Unidos tiene grandes intereses. Prueba de la importancia de Irak es que el presidente norteamericano, Donald Trump, ya anunció hace escasas fechas la intención de retirar tropas de países como Afganistán y Siria, pero se mantuvo firme en la postura de mantener el contingente de 5.000 soldados en territorio iraquí, una forma de coaccionar a la Administración iraquí para que se alinee con los intereses estadounidenses. Un ejemplo de esto es la exigencia por parte de Trump al Gobierno de este país del Golfo para que logre fuentes alternativas de gas natural y electricidad a las provistas por Irán, que, en este caso, serían sustituidas por las de Arabia Saudí, socio estratégico de EEUU en Oriente Medio. 

Las fuerzas militares chiíes Unidades de Movilización Popular (UMP) ya denunciaron las incursiones de drones israelíes en la frontera sirio-iraquí que dejaron varios muertos; ante lo cual exigieron una respuesta inmediata. Mientras, las UMP, por su parte, llevan a cabo una labor importante de colaboración con el Ejecutivo iraquí para hacer frente al posible resurgimiento del grupo terrorista Daesh en el territorio. Esto pone en una situación de difícil equilibro al Estado iraquí ya que, por un lado, tiene las presiones estadounidenses y, por otro, intereses creados con las fuerzas paramilitares chiíes sustentadas por Irán, las UMP, enemigos declarados de EEUU e Irán. 

De un lado, Estados Unidos e Israel, de otro, Irán y sus socios de las diversas milicias chiíes de Oriente Medio, siguen desarrollando, de esta forma, un enfrentamiento político y militar que se aceleró en los últimos meses después de que el gigante norteamericano abandonase el año pasado el pacto nuclear del Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés), firmado en 2015 y por el que se limitaba el programa atómico de Irán a cambio de compensaciones políticas y económicas, y después de que el Gobierno de Donald Trump impusiese sanciones al régimen persa que han ido minando su economía, con gran relevancia de las relacionadas con el comercio de petróleo, principal fuente de financiación iraní. 

Tras estas sanciones, denunciadas por Irán, se sucedieron diversos episodios de agresión a petroleros en aguas del golfo Pérsico, de los que se ha acusado directamente a Irán, país al que se ha responsabilizado de desestabilizar la región de Oriente Medio y amenazar la seguridad marítima y la paz mundial, por esta actitud agresiva, que ha generado una escalada de tensión en las últimas fechas, que está derivando en el aumento de los citados ataques aéreos y con drones. 

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