Israel ya intentó en solitario un alunizaje en abril de 2019, pero resultó un fracaso al chocar el módulo de superficie contra la superficie a gran velocidad

Israel y Alemania suman sus fuerzas para viajar juntas a la Luna

photo_camera PHOTO/Reuters - El recién reelegido primer ministro Benjamín Netanyahu y la canciller alemana Ángela Merkel han dado su visto bueno al proyecto

Las dos compañías más importantes de los sectores espaciales de Israel y Alemania acaban de confirmar su alianza para sumar sus capacidades tecnológicas y construir una astronave que viaje a la Luna y se pose sobre su superficie en 2022.

El nuevamente reelegido primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha depositado su confianza en la sociedad líder de la industria aeroespacial israelita, Israel Aerospace Industries (IAI), y la canciller Ángela Merkel en la empresa OHB de Bremen, de capital completamente alemán, para que representen a sus respectivos países en el que debe ser el primer paso conjunto de ambos países sobre la Luna.

Así lo ha ratificado el director de futuros proyectos científicos y de exploración de OHB, Lutz Richter, en el Simposio Lunar Europeo que se tenía que celebrar la semana pasada en la ciudad italiana de Padua, pero que a causa del coronavirus ha tenido lugar de forma virtual aunque con conexiones de científicos e industriales europeos y de todos los países del mundo.

El proyecto germano-israelí se deriva de la sonda israelí Beresheet (en la imagen), pero con tecnología mejorada y mayor capacidad de carga de equipos científicoS

El pacto germano-israelí establece que el contratista principal y máximo responsable del proyecto conjunto de la misión lunar es OHB, que gestionará todos los equipos científicos que viajen en la sonda espacial, cuyo nombre todavía no se ha desvelado.

Ambas empresas buscan financiación

El componente industrial que queda en manos de IAI es el rediseño de la aviónica, del software vuelo y la construcción del módulo de descenso que debe posarse sobre nuestro satélite natural. 

Ambas empresas buscan el apoyo de empresas privadas u organizaciones espaciales que ayuden a financiar los más de 100 millones de dólares de desembolso que conlleva la iniciativa.

La Agencia Espacial Europea (ESA) y el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) se contemplan como posibles alternativas. Entre las dos entidades y alguna aportación más se podrían colocar a bordo de la sonda germano-israelí un máximo de 25 kilos de equipos geofísicos y sismológicos y algún experimento relacionado con el regolito ‒el manto mineral que cubre la Luna‒, para depositarlo en el suelo mediante un brazo robótico.

La ratificación de que el proyecto sigue adelante ha causado sorpresa en el sector espacial internacional, ya que la astronave germano-israelí es una variante mejorada de la desafortunada sonda israelí Beresheet. Se trataba de un proyecto de IAI y la organización sin ánimo de lucro SpaceIL que fue lanzada al espacio el pasado 22 de febrero desde Cabo Cañaveral en el interior de un cohete norteamericano Falcon 9.

Marc Fuchs, responsable último de OHB y Opher Doron de IAI rubricaron el acuerdo para que la tecnología de Alemania e Israel lleguen juntas a la Luna
La primera tentativa de Israel se saldó en fracaso

Beresheet ‒que significa ‘génesis’ en lengua hebrea‒ alcanzó el 4 de abril la órbita lunar, lo que supuso que Israel se convirtiera en la séptima nación en lograr colocar un ingenio espacial alrededor de la Luna. Pero el 11 de abril, cuando estaba en plena fase de descenso sobre la Luna, sufrió una secuencia de fallos que provocó su destrucción al chocar a elevada velocidad contra la superficie lunar.

Con un peso de 585 kilos, una altura de 1,53 metros y un diámetro de 2,28 metros, a bordo de Beresheet viajaban libros sagrados en miniatura grabados con láser y placas con la bandera de Israel. Además acogía varias cámaras, un magnetómetro y un retrorreflector láser, que debían funcionar durante 5 días, el periodo de una batería alimentada por unos pequeños paneles solares.

A bordo de Beresheet viajaban libros sagrados en miniatura grabados con láser y placas con la bandera de Israel

El accidente impidió que Israel se convirtiera en la cuarta potencia mundial en lograr asentar un artefacto sobre el único satélite natural de la Tierra. No obstante, el pasado 20 de enero comenzaron los trabajos para hacer realidad la sonda Beresheet 2.

OHB no es la única compañía que utiliza una versión avanzada del módulo de descenso Beresheet. A mediados de 2019, la empresa norteamericana Firefly Aerospace también acordó utilizar la tecnología de la sonda lunar israelí para Génesis, su propio módulo de descenso lunar.

Más en Sociedad