Hasta el 16 de enero Casa Árabe de Madrid recoge una selección de obras que son fruto de residencias artísticas de creadores del ámbito mediterráneo

Jiwar, la vecindad creativa en Casa Árabe

Jiwar, la vecindad creativa en Casa Árabe

Literalmente, jiwar significa en árabe vecindad. Un concepto que puede reducirse a la mera yuxtaposición de tierras y personas o que, por el contrario, puede ir mucho más lejos en cuanto que esa cercanía puede hacerse más íntima, creativa, y por consiguiente dar lugar a importantes explosiones de la capacidad de hombres y mujeres para alumbrar todo tipo de hallazgos.

Casa Árabe de Madrid recoge precisamente estos días, y hasta el 16 de enero, una selección de obras que son fruto de residencias artísticas de creadores del ámbito mediterráneo en la sede internacional de Jiwar Creació y Societat de Barcelona. Un proyecto sustentado en la obsesión recurrente de crear puentes de diálogo e interacción entre disciplinas y entre personas y comunidades, y cuyo resultado es que la creación artística sea un hecho palpable de transmisión de valor y conocimiento.

Jiwar, la vecindad creativa en Casa Árabe

Como afirma la propia comisaria de la exposición y directora de Jiwar, Mireia Estrada, “hemos asumido nuestro rol de mediadores, en el que lo que más nos ha interesado ha sido acompañar los procesos creativos y ensanchar los espacios de intercambio e interlocución, apuntando hacia el ideal orgánico de ‘compartir ciudad’, expresión acuñada por la pensadora Marina Garcés”.

Fieles, pues, al concepto literal de jiwar, el proyecto reivindica la creación artística como herramienta de transformación y refexión sobre la ciudad, y también como nueva posibilidad de interrelacionarse con ella.

Jiwar, la vecindad creativa en Casa Árabe

Amado Alfadni, Ro Caminal, Yassine Gaidi, Elif Gülen, Sadik Haddari, Mehdi Harzallah, Farah Ben Mansour, Fátima Mortada, Azza Abo Rebieh, Alaa Satir y Haya Zeatry expresan en esta exposición colectiva esa vecindad creativa. A ella se le añaden, en palabras de Mireia Estrada, dos acepciones que dibujan un triángulo equilátero dinámico: en primer lugar, la geográfica y cultural de los pueblos mediterráneos. En segundo término, la vecindad entre disciplinas artísticas, promoviendo los intercambios y el trabajo en común con lenguajes diversos. 
Jiwar ofrece un resumen a la vez de su fragilidad y de la fuerza de los proyectos independientes, esos que trabajan silenciosamente con profundidad, aportando valor fuera de focos y tendencias.

Jiwar, la vecindad creativa en Casa Árabe
Una red de complicidades creativas

La propia Jiwar, junto con las fundaciones NovAct y Al Fanar impulsa otro proyecto, el Xabaca. Del éxito de su primera convocatoria en 2017 da cuenta el que hubiera casi trescientas candidatas, de las que fueron seleccionadas siete mujeres de diferentes disciplinas de países árabes, para que compartieran espacio de trabajo, conversaciones dinámicas y visitas, estableciendo una red de complicidades creativas y personales. El objetivo común era crear una red –eso significa xabaca- de artistas y agentes sociales en favor de estas mujeres, en tanto que generadoras potenciales de cambio social en sus propios países o en el decidan vivir habitualmente.

Provenientes de contextos de censura, y en algunos casos de represión, se trabajó para compartir herramientas para fomentar la libertad de expresión y la sublimación del desarrollo creativo y personal, a partir de formaciones específicas sobre estrategias de cambio social y lucha no violenta. Todo ello está desembocando en la cada vez más ostensible ruptura de los estereotipos torpemente otorgados a la mal denominada “mujer árabe” en la orilla occidental del Mediterráneo.

Jiwar, la vecindad creativa en Casa Árabe

Entre los muchos ejemplos vitales surgidos de este proyecto, cabe mencionar el de una artista como Alaa Satir, que de vuelta a Sudán, vivió en primera persona los acontecimientos de la revolución política en su país, asumiendo un rol activo como artista callejera con sus murales en las paredes de Jartum. Obras que están viajando por todo el mundo a través de los medios y redes sociales.

Resaltemos asimismo la iniciativa de la productora Otoxo, que dio luz al espíritu de Xabaca a través del documental “Borders and promises”, que sigue los avatares y peripecias de tres artistas durante su residencia en Barcelona.

Jiwar, la vecindad creativa en Casa Árabe
Arte y política

Destaca por su monumentalidad en la exposición el mensaje del calígrafo marroquí Sadik Haddari titulado “La tierra es mi casa y la humanidad es mi familia”. La primera vez que lo hizo fue ante el vecindario del barrio de Gracia en Barcelona. Quería demostrar que pisar la plaza es esencial por lo que representa de comunitario, de estar juntos, de compartir. Él mismo afirma que “es desde una perspectiva mediterránea antigua que concebimos la plaza como lugar que fluye, que pasa, que se transforma, anárquico. Un lugar donde todo es posible”.

¿No se supone que el arte debe cambiar el mundo?, se preguntaba Fátima Mortada, que exhibe una muestra de lo que ella misma califica como “pequeño inicio de la investigación sobre la sexualidad femenina”. Reconoce que el cuerpo femenino ha sido demonizado y considerado peligroso, tanto en las sociedades árabes como en las europeas. Es por ello que no tiene empacho alguno en calificar su arte, el arte en general, como una actividad política transformadora. 

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