Con 253 compromisarios para los demócratas frente a 213 para los republicanos el conteo de votos continua y Biden se dirige a la nación celebrando su próxima victoria

Joe Biden se presenta como el nuevo presidente de los Estados Unidos

REUTERS/BRENDAN MCDERMID - El candidato presidencial demócrata Joe Biden

Con casi el 99% de votos escrutados en algunos estados, los medios de comunicación están siendo prudentes y no quieren adelantarse a los acontecimientos, aunque el margen pueda variar muy poco.

Así las cosas, el candidato demócrata a la Casa Blanca Joe Biden no ha querido esperar más. Este viernes, mientras avanzaba la cuarta noche de escrutinio en Estados Unidos, el que fuera vicepresidente durante la Administración de Barack Obama (2009-2017) ha dicho a todos los americanos que obtendrá una "victoria clara y contundente".

En muchos lugares ya han empezado a celebrar su victoria y la de Kamala Harris, política y abogada que se convertirá en la primera mujer en llegar a la vicepresidencia de los Estados Unidos. Ambos han anunció que ya se han puesto a trabajar para el país. "Aunque esperamos los resultados finales, no estamos esperando para empezar a trabajar", agregó Biden en un breve discurso desde Wilington, Delaware.

El demócrata repasó los datos actualizados del escrutinio que le son muy favorables y sostuvo que ganará los comicios porque "los números son claros". Actualmente los demócratas se encuentran con 253 compromisarios frente a 213 que han sacado los republicanos a favor de Donald Trump.

En un tono totalmente opuesto al de Trump, que lleva días denunciando sin pruebas un presunto fraude en los comicios, Biden afirmó que el "propósito de la política no debe ser una guerra implacable que busque inflamar el conflicto para resolver los problemas”.

El conteo sigue y Biden es consciente, pero las cifras empiezan a ajustarse y la victoria del demócrata cada vez se ve más clara. "Su voto se contará. No me importa lo mucho que la gente intente detenerlo. No dejaré que suceda. Se escuchará a la gente", prometió Biden ante los intentos legales de la campaña de Trump de obstruir el escrutinio e invalidar sufragios.

Debido a la pandemia del coronavirus muchos estadounidenses han preferido votar por correo antes que acercarse a las urnas. Esto ha provocado una avalancha de votos que están tardando mucho en ser contados y recontados. 

El escrutinio en los estados clave de Pensilvania, Georgia, Arizona o Nevada, aunque parece ser favorable a Biden, va más lento de lo esperado y está muy ajustado, por lo que no se sabe cuándo se conocerá al ganador oficial de los comicios y su cifra de compromisarios.

Pensilvania es el premio más codiciado porque tiene 20 delegados en el Colegio Electoral, con lo que si Biden gana en este estado llegaría automáticamente a la Presidencia. En el sistema estadounidense gana el aspirante que llegue a 270 delegados en el Colegio Electoral, un órgano compuesto por 538 compromisarios que aportan todos los estados en base a su población.

Elecciones Estados Unidos
Biden encabeza el conteo en Pensilvania, Georgia, Nevada y Arizona

Joe Biden suma 264 delegados o 253, dependiendo de si se toma en cuenta Arizona o no, donde algunos medios no han proyectado todavía su victoria allí, lo que sí que hicieron otros la noche electoral como la agencia AP y Fox News; mientras que Trump tiene 214.

Trump ha obtenido un margen de 750.000 votos en Pensilvania durante la noche del martes, pero esa ventaja se ha ido esfumando a medida que se contaban los votos por correo; una modalidad que han utilizado los demócratas en mayor proporción en estos comicios para evitar aglomeraciones en el contexto de la pandemia.

Si se repasan los estados donde se desarrolla el conteo, Biden va por delante en Pensilvania con el 49,6 % de los votos frente al 49,1 % de Trump, con el 95 % de los sufragios escrutados.

También va primero en Georgia (16 delegados en el Colegio Electoral), con el 49,4 % de los sufragios frente al 49,3 % del mandatario, con el 99 % escrutado; en Nevada (6 compromisarios), va por delante con el 49,8 % frente al 48 % del presidente, con el 92 % computado; y en Arizona (11 delegados) lidera el conteo con el 49,6 % de los votos frente al 48,7 % de Trump, con el 95 % contabilizado.

En Georgia ya han anunciado que tendrán que volver a contar los votos debido al ajustado resultado que separa a los candidatos. Sin embargo, Biden no necesita ganar en Georgia para hacerse con los 270 delegados en el Colegio Electoral que se requieren para asegurarse la Casa Blanca: si se impone en Pensilvania, donde también lleva ventaja, ya llegaría a 284, según las proyecciones de los principales medios de comunicación.

El presidente Trump va por delante en Carolina del Norte (15 delegados), con el 50 % de los votos frente al 48,6 % de Biden, cuando se ha computado el 97 %; y en Alaska (3 compromisarios) con el 62,9 % frente al 33 % del demócrata, y el 46 % de los sufragios contados

Votaciones Estados Unidos
Una panorámica del mapa electoral del Congreso estadounidense

Estas elecciones han servido para debilitar la posición de los demócratas en la Cámara de Representantes, donde reducen su ventaja, y han dejado abierta hasta enero la incógnita de quién dominará el Senado, actualmente en manos de los republicanos, mientras prosigue el conteo de las papeletas.

A falta de que culmine el escrutinio, los resultados provisionales ofrecen estas cuatro claves sobre el futuro del Congreso: el balance de poder en el Senado no se decidirá hasta el 5 de enero, los demócratas salen debilitados, habrá más polarización interna y más representación de las minorías con congresistas del Black Lives Matters y QAnon.

Respecto al reparto del Senado no se decidirá hasta el 5 de enero, cuando se celebrará la segunda vuelta para los dos escaños que corresponden al estado de Georgia, ya que ninguno de los candidatos llegó al 50 % de los votos, según las proyecciones de los grandes medios.

Georgia, tradicionalmente conservador, ha cobrado un protagonismo inesperado en estas elecciones porque probablemente decidirá qué partido dominará el Senado y, además, ha dado un impulso al candidato presidencial demócrata, Joe Biden, que lidera el conteo en ese estado a la espera de resultados definitivos.

Actualmente, el escrutinio muestra un empate técnico con 48 de los 100 escaños del Senado para los demócratas y otros 48 para los republicanos, aunque se espera que estos últimos se anoten una victoria en Carolina del Norte y otra en Alaska, lo que les permitiría ponerse con 50 escaños.

Por tanto, todo depende de esas dos elecciones de enero en Georgia, que no deja de ser un estado conservador y donde los republicanos tienen esperanza de ganar. Sin embargo, si los demócratas ganan los dos escaños de Georgia, quedarían empatados a 50 con los republicanos.

Otra de las principales fotografías que pueden hacerse del Congreso es que los demócratas saldrán debilitados.Las encuestas predijeron que los demócratas ampliarían su mayoría en la Cámara de Representantes, e incluso aventuraron que podrían arrebatar a los republicanos el Senado.

Pero los resultados son peor de lo esperado y, de hecho, las proyecciones de los principales medios muestran que los republicanos han conseguido arrebatar ocho escaños a los progresistas, mientras que los demócratas solo han quitado tres a sus adversarios.

Por el momento, el conteo da 213 asientos a los demócratas y 194 a los republicanos, mientras que 28 están todavía en juego. La Cámara de Representantes está compuesta por 435 legisladores y son necesarios 218 para ser el partido en la mayoría y con más poder, una posición que parece que conservarán los progresistas.

Además, la Cámara de Representantes contará desde enero con la presencia de la republicana Marjorie Taylor Greene, la primera congresista que se adhiere abiertamente al movimiento QAnon, que promueve teorías de la conspiración y ha sido etiquetado por el FBI como potencial amenaza de terrorismo doméstico.

Frente a ello, la demócrata Cori Bush se convirtió en la primera activista del movimiento "Black Lives Matter" que llega al Congreso federal, después de un año marcado por las protestas encabezadas por ese grupo contra el racismo y la brutalidad policial

Trump y Melania
La difícil digestión de los resultados para Donald Trump

Desde que cerraros los colegios electorales en Estados Unidos, Donald Trump ha llevado a cabo todo tipo de estrategias para acaparar atención mediática. Primero anunció que iba a ganar mientras denunciaba que las elecciones eran un fraude. Ha intentado paralizar el conteo de votos en Michigan y, según iban saliendo los resultados favorables a Biden, ha comenzado una campaña de desprestigio contra el sistema electoral americano.

Tal ha sido el revuelo que algunas de las principales emisoras de televisión de Estados Unidos, como ABC, CBS y NBC, han cortado al unísono el discurso de Trump en horario de máxima audiencia, mientras que Fox News, la referencia informativa del Partido Republicano, desmentía sus palabras.

La ruptura en el canal de noticias conservador se está haciendo más profunda cada vez que Trump repite sus acusaciones de fraude electoral. "No hemos visto nada que constituya un fraude o un abuso del sistema", decía el corresponsal de la Casa Blanca para Fox News, John Roberts, en directo desde la misma sala de prensa en la que segundos antes habló el presidente.

El presidente de Estados Unidos se aferró este viernes a la vía legal para lograr la reelección a medida que se reducían sus opciones de ganar, y volvió a cuestionar sin pruebas "la integridad de todo el proceso electoral" en su país.

Las declaraciones que ha emitido el presidente este viernes dejan clara su posición: “nunca dejaré de luchar por ustedes y por nuestro país", ha dicho a través de un comunicado distribuido por su campaña.

Hasta el jueves, la campaña de Trump insistía en que el presidente tenía todavía opciones de reelección a través del escrutinio en los estados clave donde todo está ajustado, pero el comunicado del mandatario pareció confirmar que ya han abandonado esa idea.

Horas después de que el candidato demócrata Joe Biden le arrebatara la ventaja en Pensilvania y Georgia, sus declaraciones se han centrado solo en la batalla legal y en sus acusaciones sin pruebas de fraude.

Trump no tiene intenciones de aceptar una posible derrota y no ha preparado un discurso de concesión en caso de que las proyecciones de los medios den la victoria a su rival demócrata. El discurso de concesión es una tradición en Estados Unidos, pero no es obligatorio por ley en el país, por lo que no sería necesario para certificar una potencial victoria de Biden.

Según la cadena CNN, los aliados del presidente, incluido su jefe de gabinete Mark Meadows, no han intentado ayudar a Trump a entender lo que está ocurriendo y siguen alimentando sus acusaciones sin pruebas de que le están robando las elecciones.

El factor que más preocupa a los expertos no es tanto la posibilidad de que Trump se niegue a reconocer la victoria, sino la posibilidad de que los desafíos legales presentados por su campaña en varios estados clave prolonguen la incertidumbre sobre el resultado final.

Las autoridades estatales tienen hasta el 8 de diciembre para resolver cualquier controversia que pueda surgir sobre la elección de sus compromisarios del Colegio Electoral, y el 14 de diciembre sus miembros se reúnen en sus estados y votan formalmente al presidente, una votación que ha de avalar el nuevo el Congreso el 6 de enero.

trump
¿Podría remontar Trump en el último momento?

El camino hacia la reelección de Trump es cada vez más estrecho y pasa necesariamente por Pensilvania, sin cuyos 20 votos en el Colegio Electoral le será imposible lograr un segundo mandato en la Casa Blanca.

Con apenas 214 delegados asegurados de los 270 que necesita para ganar las elecciones, la campaña de Trump pareció resignarse este viernes a que no podrá conseguir una victoria mediante el escrutinio de votos que continúa en varios estados clave.

La campaña confía ahora en que las demandas que ha interpuesto para desafiar el escrutinio en cuatro estados bisagra den algún fruto significativo, algo que no ha ocurrido hasta ahora, o en que haya recuentos en varios de esos territorios que le den la vuelta al mapa electoral.

"Seguiremos en este proceso a través de todos los aspectos de la ley", dijo Trump en un comunicado este viernes. Lo que está claro es que, en base al conteo actual, Trump no podrá ganar si no se impone en Pensilvania, donde este viernes le arrebató la ventaja su rival demócrata.

Aún si ganara los otros tres estados clave que quedan en juego -Georgia, Nevada y Carolina del Norte- y le diera la vuelta a las cosas en Arizona, algo improbable dada la tendencia de los votos que quedan por contar, Trump se quedaría a cinco delegados de la cifra mágica de 270.

La otra vía sería que las demandas que ha presentado permitan invalidar un amplio volumen de votos en varios estados clave, algo también improbable porque por ahora sus litigios no han logrado frenar el escrutinio.

Sin embargo, todavía hay mucha incertidumbre en torno al futuro de la batalla legal, y el panorama se volvió aún más complejo cuando Georgia confirmó este viernes que hará un recuento de los votos, algo que también podría ocurrir en Pensilvania.

Aun así, Trump ha conseguido por ahora siete millones más de votos que en 2016, con al menos 69,9 millones de papeletas, mientras que Biden le aventaja por más de 4 millones de sufragios, con más de 74 millones.

Ambos han batido el récord que hasta ahora ostentaba Barack Obama como el candidato presidencial con más respaldo en cuanto al voto popular en la historia de Estados Unidos, que el expresidente marcó en 2008 con 69,5 millones.

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