El diplomático español presenta su novela ‘Espía Accidental’ y desde su amplia experiencia analiza para Atalayar la situación geopolítica actual

Jorge Dezcallar: “Ni Turquía, ni Irán, ni Rusia pueden llenar el espacio dejado por Estados Unidos en Oriente Medio”

PHOTO/GUILLERMO LÓPEZ-ATALAYAR - Jorge Dezcallar

Jorge Dezcallar, fue el primer director civil del Centro Nacional de Inteligencia, además de embajador de España en Estados Unidos, ante El Vaticano y en Marruecos, y conversa con Atalayar con motivo de la presentación de su novela ‘Espía Accidental’ con la que se estrena en el mundo de la ficción.

‘Espía accidental’ presenta un relato interesante y apasionante sobre el mundo del espionaje dentro del marco de la guerra siria con el protagonismo de agencias de espionaje e inteligencia como el propio CNI o el Mossad. Una historia sobre un mundo apasionante y complicado que atrapa al lector hasta la página final.

Su novela se centra en el mundo del espionaje en el marco de la guerra siria y del enfrentamiento en Oriente Medio protagonizado por naciones como Irán e Israel

La historia arranca con un hecho real, una relación que tuve con un anticuario en Teherán el cual me pidió el favor de sacar de Irán un collar para su hija que se casaba en Los Ángeles al no tener posibilidad de enviárselo porque no hay servicio de correos con Estados Unidos; lo hice, la chica se casó y me envió una foto con el collar el día de su boda. Cuando regresé a Irán fui a su tienda y estaba cerrada, él había desaparecido y nadie me quiso o pudo decir dónde estaba. Sobre ese inicio y hecho real, me invento una historia ficticia que tiene como trasfondo el drama de Siria y el enfrentamiento entre Irán e Israel en suelo sirio que sigue ocurriendo.

El asunto tiene una tremenda actualidad porque prosigue actualmente. Sobre ese inicio real y sobre ese trasfondo real invento una historia ficticia basada en una operación del CNI en Siria. 

'Espía accidental' Jorge DezcallarUn CNI que usted conoce bien, ¿cómo una persona con otras obras anteriores no de ficción y una carrera diplomática como la suya hace una incursión en el mundo de la ficción?

Da vértigo porque la ficción es algo complicado y difícil, impone respeto. Crear personajes no cómicos de carne y hueso no es fácil, impone respeto. En este caso, algo me salía de dentro, tenía ganas, quería ponerlo negro sobre blanco y es lo que hice con esta primera novela. 

El escenario principal es la guerra de Siria, muy de actualidad como comenta, usted conoce mucho el entorno y ha conocido a muchas personalidades y dirigentes, ¿cómo explicaría usted ese conflicto con la presencia de un régimen como el de Bachar al-Asad apoyado por Irán y Rusia?

Como dice Ortega, uno es uno y su circunstancia. No podría escribir esta novela sin el conocimiento que tengo de la guerra siria, con ocho años de experiencia como director general de Oriente Medio del Ministerio de Asuntos Exteriores. He estado en el palacio presidencial sirio, he sido escoltado por mujabarats (servicio de Inteligencia sirio), estuve en campos de refugiados palestinos, he conocido a comunidades judías sobre el terreno, es un país que conozco bien. 

La crisis siria, que se enmarca en lo sucedido tras la Primavera Árabe, es una revuelta contra el régimen dictatorial. Este Gobierno autoritario se hubiera consumido si no hubiese sido porque hay mucha gente ‘metiendo la cuchara’. El régimen pervive porque es apoyado por Irán y Rusia; mientras, Turquía tiene soldados en Afrín, los israelíes bombardean a los iraníes, los iraníes tienen bases allí y hay países del Golfo financiando grupos islamistas. Demasiada gente ‘metiendo la cuchara’ y los que sufren son los pobres sirios. 

Esto se replica en otros países como Libia, podemos hablar de petróleo como punto atractivo en ese país norteafricano, ¿en Siria qué interés existe?

La historia se repite, como en Libia o Yemen. En Siria hay petróleo solo en la zona kurda. Lo que sí hay es un intento de Turquía de extender su influencia y evitar que haya kurdos en la frontera que puedan actuar como foco de irredentismo para la comunidad kurda dentro de Turquía. Mientras, los rusos quieren frenar el islamismo porque el 20% de su comunidad es musulmana, y quieren volver a Oriente Medio tras salir la URSS y la desaparición de esta. Con motivo de la Conferencia de Paz de Madrid de 1991, Pravda publicó que la URSS había bailado su último tango en Oriente Medio. 

La huida norteamericana ha llevado a una lucha por llenar el hueco dejado y, curiosamente, son los tres viejos imperios tradicionales que dominaron la región los que quieren volver a hacerlo: el persa representado en Irán, el otomano representado en Turquía, y el zarista representado en Rusia. Buscan ser hegemónicos, se trata de una lucha de influencia para ver quién se impone.

Para Jorge Dezcallar, ¿quién lleva la delantera? 

Están las espadas en alto actualmente. La influencia de Irán está creciendo porque desapareció Irak que era el país que le ha contenido históricamente, su influencia se va a extender con la salida de EEUU de Afganistán. Y tiene en frente a Israel y Arabia Saudí; nadie quiere su nuclearización, ni que hagan acciones desestabilizadoras.
No creo que Turquía tenga capacidad para llenar ese espacio y Rusia pelea por encima de su peso. Ninguno tiene la capacidad para llenar el hueco dejado por Estados Unidos y deberá haber un reparto de zonas de influencia. 

'Espía accidental' Jorge Dezcallar

Quizás da la sensación de que todos pelean por encima de sus posibilidades, tenemos un Irán golpeado por la crisis económica y las sanciones.

Todos pelean por encima de su peso y habrá una componenda porque ninguno podrá imponerse a los demás.

¿Cómo la comunidad internacional deja pasar eso?

Estados Unidos cumplió los cuatro objetivos que tenía en Oriente Medio. Quería asegurarse petróleo en cantidad suficiente y a un precio asequible, el petróleo lo tiene porque ahora con el shale gas es autosuficiente en petróleo. En segundo lugar, quería evitar que la URSS dominase y Rusia ahora no tiene la capacidad de desestabilización que podía tener la Unión Soviética. En tercer lugar, quería garantizar la seguridad de Israel e Israel, con el dinero dado por Obama y los apoyos de Bush y los Acuerdos de Abraham Israel, ya se defiende por sí solo. Y, en cuarto lugar, quería evitar el terrorismo de raíz islamista, desde el año 14 hasta ahora ha disminuido de manera radical. Los atentados que hay ahora en EEUU los hacen supremacistas blancos y de extrema derecha, no hay atentados islamistas. EEUU quería salir de ahí, Biden lo ha hecho mal porque, aunque ha interpretado bien la voluntad del pueblo americano de irse de Afganistán, la ejecución ha sido desastrosa, y EEUU ya no tiene interés en la zona. 

Europa no tiene capacidad. Desgraciadamente, Europa sigue siendo un enano político. La retirada de Afganistán ha demostrado que no podíamos estar ni un día más de lo que estuviesen los americanos. No tenemos capacidad. 

¿Quién más puede serlo? ¿China? China está llegando, pero tiene otros problemas más inmediatos. Está llegando, acaba de firmar un acuerdo de 25 años para el suministro de petróleo con Irán, algo muy importante. Está intentando ahora meterse en Afganistán. 

No hay nadie que tenga capacidad para llenar los zapatos de los americanos, eso provoca un vacío que produce una etapa de desequilibrio que es lo que vivimos ahí. Ese equilibrio se manifiesta en que antes había un conflicto en Oriente Medio entre Israel y los palestinos y ahora hay muchos más, entre suníes y chiíes, entre israelíes y palestinos, entre laicos y radicales, entre Daesh y Al-Qaeda, es un mundo en pura tensión.

'Espía accidental' Jorge DezcallarEstados Unidos ha virado al Indo-Pacífico con la propuesta AUKUS.

Y lo ha hecho muy deprisa, yo creo que para hacer olvidar lo de Afganistán. En cuestión de una semana ha habido tres iniciativas muy importantes de Biden en el Pacífico. La primera es invitar a Corea del Sur a meterse en el grupo de espionaje más sofisticado con más capacidad de obtención de información y que la comparte, que está formado por EEUU, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y el Reino Unido, ahora se incorpora Corea del Sur.

La segunda iniciativa ha sido AUKUS, que ha dejado muy heridos a los franceses, pero que integra a EEUU, Reino Unido y a Australia, con la relevancia de los submarinos nucleares. 

Y la tercera iniciativa es resucitar una propuesta japonesa de hace unos años, planteada por Shinzo Abe inicialmente y que ahora vuelve a resucitar. Que incorpora a Australia, EEUU, Japón y, por primera vez, la India, que toma posición contra China por primera vez, algo que no había sucedido. 

Son tres iniciativas que demuestran que el giro hacia Asia ya ha empezado con mucha fuerza. Eso nos plantea a los europeos el intentar situarnos y dónde nos situamos porque nos quedamos un poco en tierra de nadie. O nos integramos o buscamos tener una política exterior común, de defensa común, que sea capaz de hacernos hablar con una sola voz en los foros internacionales y de incluso proyectarnos militarmente, aunque sea de forma limitada en defensa de nuestros intereses económicos y políticos, o si no nos pasará como a Venecia cuando Bartolomé Díaz dio la vuelta al cabo de Buena Esperanza y Vasco de Gama llegó a la India. Las especias llegaban por la India a Arabia Saudí y a Egipto hasta Venecia. Venecia se enriqueció, fue el gran poder en el siglo XIV y XV en el Mediterráneo. Hasta que los portugueses llegaron a la India, cuando ya las especias empezaron a llegar a Lisboa a precio mucho más baratos. Encima Cristóbal Colón descubrió América. El centro de gravedad se fue al Atlántico y Venecia se hundió. A Europa le puede pasar eso, el centro de gravedad se va al Pacífico y Europa puede quedarse totalmente a desmano de lo que pasa en el mundo y sin capacidad para hacerse oír, lo cual es muy malo. 

Europa tiene el 6% de la población mundial y el 50% del gasto social mundial, eso no hay dios que lo mantenga salvo que seamos una gran potencia. Nuestro nivel de vida está en juego. 

Volviendo a la novela, es una historia de personas que no tienen que ver con el mundo del espionaje, pero que acaban inmersas en el mismo, y de agencias al servicio de diversos Estados, ¿cómo es ese mundo? 

Es frecuente que en el mundo del espionaje las agencias se pidan favores entre sí y es frecuente que esos favores se hagan y se cobren y eso es lo que pasa en esta novela. Lo que hay aquí es un juego relacionado con eso. Es pura ficción y no lo podría haber escrito si no hubiese pasado por el Centro Nacional de Inteligencia, lo hubiera dirigido y si no hubiese sido 40 años diplomático y embajador en diversos sitios como Estados Unidos. 

Cada uno es uno y su circunstancia y la circunstancia en mi caso hace que sepa cómo se recluta un espía, cómo se le da cobertura, cómo se le envía a hacer una misión, este tipo de cosas que aquí me invento, pero que en la realidad son así y pasan así. 

Siempre me han llamado la atención diversos organismos, como el Mossad, su fama le precede. Usted que lo conoce, ¿es para tanto?

El Mossad es muy eficaz, es un servicio de inteligencia con muchos medios, dentro de un país que es muy pequeño, pero cuenta, por ejemplo, con más Premios Nobel per cápita que nadie y con una tecnología puntera en el mundo también en lo referente a la captación de información. Se esta viendo, ahora hubo un escandalo en Marruecos porque se utilizaba tecnología israelí para espiar a los franceses, a los argelinos y a nosotros. El Mossad se considera un servicio de un Estado en guerra. Los iraníes dicen que hay que destruirlo que hay que eliminar a la entidad sionista, no lo llaman siquiera Estado de Israel. Entonces está en guerra y hace cosas que los servicios europeos no hacemos. 

El libro habla de la colaboración entre diversas agencias, en este caso entra en juego el CNI.

Al CNI le piden un favor y va a buscar una persona, recluta a un individuo que se inscribe en la cultura de la picaresca española, es un pillo que ha dado tumbos por el mundo y de repente encuentra un sentido a su vida. Le ofrecen volver a Siria para que haga un trabajo que al principio no sabe muy bien cuál es, pero se apunta y se ve inmerso en una trama muy complicada. 

'Espía accidental' Jorge Dezcallar

Hay escenas, por atraer a todo aquel que pueda estar interesado en la novela, que son muy interesantes y que describen ciertas situaciones, que son realmente crudas y duras. Muchas veces la gente ve películas de espionaje y demás, pero la realidad muchas veces puede superar a la ficción y tras leer el libro hay escenas que son muy impactantes. En una vida muy dura. 

Es que esas cosas pasan. Las cárceles son muy duras, o la persecución de los opositores al régimen. Yo he estado en cárceles por esa zona y he visto cosas tremendas, aunque procuran que no las veas y te enseñan solo lo bonito. Pero he llegado a estar en una cárcel en la que todo eran rosales y mujeres cantando y detrás estaban las horcas, en un patio de atrás. Estas cosas desgraciadamente ocurren. Una de las cosas que se demuestran al leer este libro es la suerte que tenemos de vivir en un país como España, de poder ir por la calle sin que te pase nada.

Y la responsabilidad que conlleva trabajar para este tipo de agencias o estar a su servicio porque hay personajes, como se refleja en el libro, que están atormentados. Entran en conflicto dos cosas, servicios de inteligencia a la occidental que entran en contacto con lo que son en realidad policías políticas al servicio de un régimen determinado. Los servicios que puedan tener los iraníes o los sirios son de otro tipo. Eso existe, no me lo invento, desgraciadamente. La gente tiende a pensar que los espías son James Bond, ojalá todos tuviesen un Aston Martin y a Úrsula Andress saliendo del agua, pero no es así. Es muy duro, es un mundo de sombras, de discreción. Ahora en Kabul ha habido diplomáticos, militares, policías que lo han hecho muy bien, y es verdad que han hecho un gran trabajo, pero nadie habla de los agentes del CNI que estaban allí y que también han hecho un gran trabajo. Pero su labor se queda en la sombra, nunca se ponen medallas, nunca detienen a nadie, cuando tienen información dan información a quien puede detener, que es la Policía o la Guardia Civil. Ellos no detienen, no aparecen nunca y es una profesión difícil, hay que llevarla por dentro, no puedes hablar de lo que haces, no puedes hablar en casa, ni con los amigos. Dialogan entre ellos. 

Se menciona en el libro que hay muchas veces que es mejor en el mundo de los espías que no sepas muchas cosas por el bien de tu propia vida. 

Hay un principio básico que es la necesidad de saber, cada uno debe saber lo que necesita saber, pero nada más. Eso quiere decir que en este caso tratas con la gente que te dirige o manipula, pero no sabes qué otros colaboradores hay. Si caes, caes tú solo y eventualmente el que te manipula, no cae nadie más. Es la necesidad de saber y cuanto menos sepas, mejor, más seguro estás.

'Espía accidental' Jorge Dezcallar

¿Cómo una persona como usted con carrera diplomática acaba convirtiéndose en el primer director civil del CNI?

Eso habría que preguntárselo al presidente José María Aznar. Yo era embajador en Marruecos, él me llamó un día y me dijo que quería hablar conmigo. Fui a la Moncloa y allí, sin anestesia, me dijo si quería hacerme cargo del CNI, con rango de secretario de Estado, para cambiar el CESID y convertirlo en CNI, es decir pasar “civilizarlo”. Hicimos una serie de leyes, un proyecto muy atractivo. Yo le dije que sí, aunque lo interpretaba como un servicio de Estado con lealtad al Gobierno, sin meterme en la política interna de partido; mantenerme al margen, fue la única condición que puse y tiramos hacia adelante. Estoy muy satisfecho de haber sido el primer civil que dirigía el CNI, haber modernizado la institución, haber dado una ley al CNI y todo lo que hicimos allí esos años. La labor la describo en el libro ‘Valió la pena’, cuento que me faltó tiempo al final; pero sí, la labor fue buena. Me ha marcado mucho mi paso por el Centro, tengo una grandísima opinión de la gente que allí trabaja. Los profesionales de allí y su sentido de Estado. Este libro se interpreta también como un homenaje a la labor silenciosa, callada, discreta y que nadie sabe de los espías españoles. Tenemos un servicio muy digno que está al nivel de los mejores de Europa y la gente tiene que saberlo también. 

Volviendo a la guerra siria; por un lado, la injerencia de Irán por su connotación de estandarte chií apoyando a Al-Asad, por otro lado, Turquía hostigando a los kurdos, a los que acusa de terrorismo como excusa para perseguirlos. ¿Cómo se explica la salida de Estados Unidos abandonando a los kurdos que les ayudaron a derrotar al terrorismo islamista?

Los kurdos han sido abandonados a su suerte. Fueron la punta de lanza de lucha contra Daesh y cuando se consiguió el objetivo de desmantelarlo formalmente en Oriente Medio los americanos tuvieron que elegir entre kurdos y turcos y eligieron a los turcos, por mas que tiene problemas con ellos, como la compra de tecnología rusa del sistema antiaéreo S-400 que es lo mas moderno que hay y que es incompatible con los Patriot norteamericanos; y que además pueden revelar secretos de la OTAN a los rusos, con lo cual los americanos están muy enfadados con los turcos. Pero cuando tuvieron que elegir, eligieron a los turcos porque los norteamericanos no podían estar con turcos y kurdos al mismo tiempo. Eso se explica por ‘Realpolitik’, que es muy dura a veces.

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