La participación electoral ha disminuido en un 20%

Kais Said y Nabil Karoui, protagonistas de las elecciones presidenciales de Túnez

photo_camera AFP/HASNA y FETHI BELAID - Combinación de imágenes, (de izquierda a derecha) a Nabil Karoui, magnate de los medios de comunicación tunecinos y candidato presidencial del partido Qalb Tounes (Corazón de Túnez), actualmente encarcelado por cargos de corrupción, en la capital, Túnez, el 2 de agosto de 2019; y al candidato independiente Kais Saied en la capital, Túnez, el 10 de septiembre de 2019

A falta de los resultados definitivos, que se anunciarán este martes, el primer tanteo apunta a que Said y Karoui lucharán la segunda vuelta antes del 13 de octubre. Este domingo, se ha celebrado en el país norteafricano la primera vuelta de las elecciones presidenciales, que se convocaron tras la muerte del expresidente Beji Caïd Essebsi el pasado 25 de julio.

Según informa la comisión electoral, esta llamada a las urnas no ha obtenido una gran respuesta. La participación ha disminuido, sobre todo, entre los jóvenes. Así, fruto de la desconfianza en los políticos, la participación electoral se ha desplomado y el porcentaje de votos ha pasado de un 64%, en 2014, a un 45% en esta primera vuelta. Alrededor de siete millones de votantes potenciales pudieron elegir entre veinticuatro candidatos.

Para alcanzar la victoria directa, los candidatos deben obtener el 50% de los votos, pero si no alcanzan la mayoría, los dos aspirantes con más votos se verán en una segunda ronda antes del 13 de octubre. 

Los electores han puesto a la cabeza de los resultados a los populistas Kais Said, profesor de derecho experto en asuntos constitucionales, y Nabil Karoui, empresario del sector mediático encarcelado a finales de agosto por blanqueo de dinero.

Mohamed Ennaceur, presidente interino de Túnez, emitiendo su voto en una mesa electoral en Túnez el 15 de septiembre de 2019

Cabe recordar, en este punto, que el presidente de Túnez tiene poderes limitados. Llevará la política exterior, la defensa y seguridad nacional, y gobernará junto con un primer ministro elegido por el parlamento, que tiene poder de decisión y autoridad en los asuntos internos.

El partido de tradición islamista, Ennhadha, ha sido representado en las urnas por primera vez por Abdelfattah Mourou. Su director de campaña y diputado, Samir Dilou, declaró ante los medios debido a la pronta atribución de la victoria a Said y Karoui. “Solo la junta electoral da los resultados. No dudo del trabajo de los institutos de votación, pero no es su papel imponer una cierta verdad al público”, dijo a los periodistas.

En la disputa por la presidencia también han entrado el primer ministro, Youssef Chahed, afectado por la crisis económica, y la abogada Abir Moussi, líder del partido de los nostálgicos de la dictadura de Zinedin el Abedin Ben Alí, derrocado en 2011.

El primer ministro interino de Túnez, Kamel Morjane, emite su voto para las elecciones presidenciales en un colegio electoral de Sousse, al sur de la capital, Túnez, el 15 de septiembre de 2019
Pericias electorales

Durante la campaña anterior a las elecciones, los candidatos han sacado a relucir sus estrategias con el objetivo de arrastrar más votantes a sus partidos. 

En una publicación de Facebook, el abogado de Karoui anunciaba el pasado miércoles que el político había iniciado una huelga de hambre para conseguir mantener su derecho constitucional de voto. Numerosos estudios sugieren que su detención, a tan solo diez días de que comenzase la campaña, regaló al candidato más popularidad y que es uno de los motivos de su triunfo en las urnas. El viernes, su demanda de ser liberado de la prisión antes de las elecciones fue rechazada.

Una votante deposita su voto en las elecciones presidenciales en un colegio electoral de Ben Arous, cerca de la capital, Túnez, el 15 de septiembre de 2019

Por su parte, Said, el profesor de derecho de 61 años, ha hecho campaña de puerta en puerta para obtener apoyo para su plataforma conservadora.

Zbidi, ex Ministro de Defensa y candidato en estas elecciones, ha prometido un cambio en la constitución tunecina para obtener un apoyo mayor a la presidencia.

Voluntarios tunecinos cuentan los votos en un colegio electoral en Sousse, al sur de la capital, Túnez, el 15 de septiembre de 2019
La difícil construcción de una democracia

En 2011, en Túnez tenía lugar la mal llamada ‘Primavera Árabe’, en la que se sucedieron cuatro semanas de protesta contra la corrupción política y las desigualdades de su sociedad. Este movimiento consiguió alejar a Zine El Abidine Ben Ali, militar, dictador y expresidente de la República tunecina del poder. En 2014, la nación celebró sus primeras elecciones, colocando a Béji Caïd Essebsi en la presidencia.

Pero la crisis turística desencadenada por los diversos ataques terroristas que sufrió Túnez en 2015, llevó al país una grave crisis económica con un desempleo de hasta el 15%, que afectó sobre todo a los más jóvenes. 

Dossier informativo sobre Túnez

Ahora, el país lucha por la construcción de una democracia real, pero el paro, la economía y la situación de seguridad en el país vuelven este proceso mucho más difícil. Las siguientes elecciones estaban previstas para noviembre, pero el fallecimiendo de Essebsi el pasado julio las ha adelantado, colocando a la Instancia Superior Independiente electoral ante un enorme reto logístico y organizativo.

El jefe de ISIE, Nabil Baffoun, animó a los tunecinos a que acudieran a las urnas: "Debemos abandonar nuestros hogares y votar, es un derecho que obtuvimos de la revolución de 2011 que costó vidas", agregó Baffoun.

Unos 70,000 agentes de seguridad fueron desplegados para las elecciones, incluidos 50,000 enfocados únicamente en los colegios electorales, según el Ministerio del Interior. Las mesas de votación en el extranjero para los ciudadanos tunecinos en el extranjero han estado abiertas desde el viernes.

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