El delantero francés del Real Madrid logró el máximo reconocimiento individual en la gala del Balón de Oro celebrada en París

Karim Benzema: fútbol de oro

photo_camera AFP/FRANCK FIFE - El delantero francés del Real Madrid Karim Benzema recibe el premio Balón de Oro durante la ceremonia de entrega del Balón de Oro de Francia 2022 en el Teatro del Chatelet en París el 17 de octubre de 2022

Karim Benzema, el nueve que parece un diez, recibió a los 34 años el Balón de Oro de 2022 tras un último año sensacional con el Real Madrid en el que conquistó la Liga española y la Champions League como máximo goleador en ambas competiciones, 27 goles en Liga y 15 tantos en Champions, y después de haber desplegado un fútbol de alto nivel durante toda la temporada pasada, también con la selección de Francia. 

Un reconocimiento a un jugador de fútbol con todas las letras. En otras ediciones han sido premiados jugadores que han sobresalido, además de por su calidad claro está, por otras características más destacadas como la capacidad goleadora, como Cristiano Ronaldo, por ser muy espectacular o vistoso en el juego, como Ronaldinho, o por instinto goleador y potencia física, como Ronaldo Nazario. 

Benzema no es el ariete típico al uso. En sus comienzos en el Olympique de Lyon era considerado el sucesor de Ronaldo Nazario por su potencia y capacidad goleadora, pero evolucionó a un tipo de delantero que siempre ha tenido olfato de gol, pero que no ha tenido afán de protagonismo y siempre ha preferido jugar para el equipo y para surtir a otros compañeros de cara al gol, como en el caso del juego que generaba en muchas ocasiones para que acabase definiendo Cristiano Ronaldo en la etapa de ambos en el Real Madrid. 

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El nueve que no se limita a ser un especialista a la hora de definir. Un nueve que juega al fútbol y que es capaz de tejer la jugada en el centro del campo y en la media punta con gran clase y con una capacidad de regate y, sobre todo, de control de balón al alcance de muy pocos. Todo eso unido, claro está, a un remate con ambas piernas y de cabeza también al nivel de los mejores delanteros centro del mundo. 

Ese es Karim Benzema, el nueve del Real Madrid que ganó el Balón de Oro por aclamación popular este año 2022 por delante de otros nombres que no podían aspirar ni siquiera a acercarse al nivel del francés este curso futbolístico, como Sadio Mané, delantero del Liverpool ahora en el Bayern de Múnich, Kevin de Bruyne, centrocampista del Manchester City, y Robert Lewandowski, delantero durante la temporada pasada del Bayern de Múnich y actualmente en el Barcelona. 

La temporada 2021-2022 fue espectacular a nivel productivo para Karim Benzema. Disputó 46 partidos con el Real Madrid y anotó 44 goles (a un nivel de promedio goleador que no se veía desde los mejores momentos de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, quienes se repartieron durante tantos años el galardón del Balón de Oro), muchos de ellos en partidos clave como en las eliminatorias de la Champions League ante el PSG, el Chelsea y el Manchester City que valieron para lograr épicas remontadas y para llegar a la final en la que el conjunto madridista se impondría precisamente en París al Liverpool, significando la 14ª Copa de Europa para el club de Chamartín. Con la selección francesa el ritmo goleador también fue bueno, 6 goles en 10 partidos con la elástica gala después de su retorno al combinado francés tras la polémica judicial que mantuvo por el caso Valbuena. 

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Un emocionado Karim Benzema recogió el galardón de manos de Zinedine Zidane, ganador también del Balón de Oro en 1998 y entrenador suyo en el Real Madrid durante tantos años y con tantos éxitos deportivos, y quiso recordar el trabajo realizado desde niño cuando tenía el sueño de triunfar en su país y jugar en el Real Madrid y también en la selección nacional gala. Benzema aludió a que pasó momentos malos, aunque señaló que eso forma parte de un camino y un sueño que no es fácil, pero que con trabajo se puede alcanzar. 

“Estoy muy orgulloso. Me acuerdo cuando era un niño, todo el trabajo incesante, y para mí era un sueño como el de cualquier niño. Siempre lo he tenido en la cabeza. Después encontré la motivación para ello”, declaró Benzema nada más recoger el premio de manos de Zinedine Zidane. “He tenido buenos modelos en mi vida: Zizou, Ronaldo… Es fruto de mucho trabajo, entrenamiento, esfuerzo… Pero sobre todo es perseguir un sueño que tenía en la cabeza desde niño. Todo es posible, para mí ha sido muy difícil. Lo he conseguido, no ha sido fácil”, remarcó. 

Benzema destacó pronto en el Olympique de Lyon, con 17 años firmó su primer contrato profesional debido a las grandes condiciones que mostraba. Sus buenas actuaciones en la Ligue 1 y en la Champions League con el conjunto lionés le valieron la atención de muchas escuadras, pero la intención estaba clara, jugar en el club más laureado en el continente europeo: el Real Madrid. 

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Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, se enamoró de su juego y fue personalmente a casa de Benzema en 2009 para ficharle en presencia de sus padres. Un traspaso que se cerró en 35 millones de euros tras duras negociaciones con el presidente del Lyon, Jean Michel Aulas, un duro negociador siempre, quien también estuvo presente lógicamente en la gala parisina. 

Llegó ese año al Real Madrid junto a otras estrellas como Cristiano Ronaldo y Kaká, ambos galardonados también con el Balón de Oro, y estuvo a la sombra por su carácter menos protagonista, aunque dando siempre muestra de su gran capacidad futbolística. Fue un fiel escudero de Cristiano Ronaldo y gran surtidor de balones de gol para el astro portugués, e incluso alternó el banquillo en ocasiones en dura competencia con el argentino Gonzalo Higuaín, pero este último buscó su sitio fuera del Madrid para irse a Italia y Benzema se hizo con el puesto fijo en la famosa delantera que acabó formando con el propio Cristiano Ronaldo y con el galés Gareth Bale, que llegó posteriormente. 

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Tras la salida de Cristiano Ronaldo después de lograr la 13ª Copa de Europa y la caída poco a poco en su rendimiento de Bale, Karim Benzema asumió los galones de líder atacante del Real Madrid y se echó a la espalda la responsabilidad goleadora del equipo madridista, algo que acabó haciendo con total naturalidad porque la capacidad siempre la ha tenido y porque ya como jugador más veterano y asentado ha sabido interpretar a la perfección ese papel e incluso la capitanía en el Real Madrid, sirviendo ahora de modelo ejemplar para los jóvenes como los brasileños Vinicius y Rodrygo. 

Karim Benzema se ha erigido ya como segundo máximo goleador de la historia del Real Madrid, solamente superado por el voraz Cristiano Ronaldo, y cuenta con un palmarés impresionante en el club blanco. Ha logrado la friolera de 5 Copas de Europa (solamente a una del jugador más laureado en este sentido, el también madridista Francisco Gento), 4 Mundiales de Clubes, 4 Ligas, 2 Copas del Rey, 3 Supercopas de Europa y 4 Supercopas de España. 

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En París se acordó lógicamente de todos aquellos que han estado a su lado. “Gracias a todos mis compañeros de equipo tanto en el Madrid como en la selección de Francia, a mi entrenador, a mi gran presidente, que para mí es un miembro de mi familia, porque me dio un día la oportunidad de jugar y firmar por el Madrid y desde ese día siempre ha estado a mi lado, me ha apoyado y ha confiado en mí. Tiene todo mi respeto. Quiero agradecer a toda la academia del Lyon, sin ellos no estaría aquí, y a mi familia. Es un premio individual, pero no deja de ser un premio colectivo”, finalizó Benzema rodeado de su familia a la hora de recoger el título de mejor jugador del planeta fútbol. Un Balón de Oro para reconocer el fútbol de oro de un jugador elegante como el mejor centrocampista y con instinto asesino como el mejor goleador. 

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