William Ruto y Raila Odinga se disputan la presidencia en medio de las tensiones étnicas, crisis económica y descontento político; las autoridades llaman a evitar la violencia

Kenia se juega la estabilidad de África oriental en sus elecciones

Las urnas están abiertas desde las 6 de la mañana, hora local. Más de 22 millones de kenianos están llamados a elegir cuál será el nuevo presidente de la mayor economía de África oriental, en medio de un aumento del coste de vida y un desánimo político notable.

El posible fraude electoral y el temor por un estallido de la violencia son las preocupaciones de unas las elecciones que aseguran la transición del presidente saliente Uhuru Kenyatta, quien ha agotado los dos mandatos a los que un presidente puede presentarse según la Constitución.

Los candidatos para sustituirlo son cuatro, aunque sólo dos tienen opciones reales de ganar y, lejos de presentar una nueva era, son caras conocidas en Kenia. El más sonado de ellos es el ex primer ministro Raila Odinga, de 77 años, quien se presenta por quinta vez a la presidencia del país al frente de la coalición Azimio La Umoja, Aspiración por la Unidad en suajili. 

Odinga compite cara a cara con el actual vicepresidente, Wiliam Ruto, de 55 años y líder de la coalición Kenya Kwanza, Kenia Primero. Por detrás de ellos, y sin posibilidades de obtener votos significativos se presentan George Wajackoyah, con la promesa de legalizar la marihuana, y David Mwaure, el clérigo activista anticorrupción. 

Sin embargo, el duelo se mide entre Odinga y Ruto, que marca ya un aspecto histórico: una etnia distinta. Por primera vez desde que se instauró la democracia en Kenia en 1991, los dos candidatos a la presidencia no son de la etnia mayoritaria del país, los kikuyu, de la que es el presidente saliente. Odinga es de etnia luo, con mayor presencia en el oeste del país, y Ruto es de etnia kalenjin, otra de las dos comunidades más importantes del país que cuenta con el respaldo en el Valle del Rift. Eso sí, los dos candidatos incluyen en sus filas a miembros de los kikuyu, conscientes de la importancia étnica.

Y no sólo es la etnia la que marca un cambio en estas elecciones. También lo hace el giro inesperado de Uhuru Kenyatta a la hora de apoyar a su sucesor, que margina a su vicepresidente William Ruto y apoya a la coalición del opositor Raila Odinga. “Escuché a alguien decir que en ninguna parte del mundo hay un Gobierno que se haya unido a la oposición. Kenia será el ejemplo”, argumentaba Kenyatta. “Somos lo suficientemente maduros para distinguir entre la política y lo que la gente necesita”, añadió. 

Este firme apoyo de Kenyatta postula a Odinga como favorito para las elecciones, y obliga a William Ruto a multiplicar sus reuniones para conseguir un mayor respaldo. Una cuestión que no es menor, por la necesidad de los dos candidatos de conseguir más del 50% de los votos para evitar una segunda vuelta de las elecciones. Además, de ganar Odinga, se consumaría otro hecho histórico para la democracia keniana, y es que su compañera de candidatura, Martha Karua, se convertiría en la primera mujer vicepresidenta de Kenia.

“En momentos como este es cuando los grandes y poderosos se dan cuenta de que son los sencillos y ordinarios los que al final deciden”, afirmaba Ruto a los periodistas después de votar primera hora de la mañana. También votaba pasadas las horas Odinga, aclamado por cientos de simpatizantes aglutinados en la escuela de Nairobi.

En todo caso, el próximo presidente deberá hacer frente a la grave situación que vive el país con el encarecimiento de la comida y los combustibles como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania en el Cuerno de África, que se une con la sequía que vive el país y que está dejando a miles de personas al borde de la hambruna. También, la enorme deuda estatal, el desempleo juvenil y la corrupción de las autoridades son otros de los mayores desafíos.

En todo caso, los ojos siguen puestos en la seguridad de los comicios de los que se esperan que se celebren por vía pacífica y evitar así lo ocurrido en las pasadas elecciones de 2017, cuando decenas de kenianos murieron en la represión de las protestas por enfrentamientos interétnicos.

Las autoridades cuentan con un máximo de siete días para hacer el recuento de votos y dar a conocer el ganador de las elecciones. Kenia, la isla democrática en el Cuerno de África y ejemplo para el continente vota a su nuevo presidente. África oriental mira cuál será su futuro en los próximos años.

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