Satélites de observación como el KhalifaSat de Emiratos van a ayudar a la reconstrucción de la capital de Líbano

KhalifaSat de Emiratos muestra la devastación de Beirut

photo_camera PHOTO/MBRSC - Imágenes tomadas por el satélite de observación KhalifaSat de Emiratos pocos días antes y después de la tremenda explosión que ha asolado Beirut

El satélite electro óptico KhalifaSat de la Unión de Emiratos Árabes ha recogido a vista de pájaro la gran devastación que ha provocado la gigantesca explosión que en la tarde del 4 de agosto arrasó el puerto de Beirut y una importante parte de la ciudad.

En órbita a 613 kilómetros de altura, las imágenes captadas por la plataforma de observación de Emiratos y difundidas por el Centro Espacial Mohammed bin Rashid de Dubái ya están sirviendo para que las autoridades de Líbano, de Naciones Unidas y de las agencias internacionales de emergencia puedan determinar el alcance de los daños y programar las actuaciones prioritarias que se deben afrontar para restablecer los servicios básicos de agua, electricidad y gas y prestar auxilio a las víctimas.

En una primera aproximación, el presidente libanés, Michel Aoun, y el Gobierno del primer ministro de Líbano, Hassan Diab, estiman que el accidente ha dejado alrededor de 150 muertos y desaparecidos, unos 5.000 heridos y entre 250.000 y 300.000 personas sin hogar, que deben ser alimentadas y atendidas de sus heridas y frente a la pandemia de la COVID-19 que también incide sobre la población de la ciudad.

Desde una altura de 613 kilómetros, las imágenes del KhalifaSat difundidas por el Centro Espacial Mohammed bin Rashid de Dubái contribuyen a determinar el alcance de los daños y programar las actuaciones

Gracias a las imágenes captadas por KhalifaSat y otros satélites de observación antes y después de la explosión, los analistas de teledetección puedan valorar la gravedad de los daños y establecer la urgencia de las intervenciones y las tareas prioritarias. Al pasar KhalifaSat unas 14 veces cada 24 horas por encima de la zona afectada, las autoridades implicadas en las operaciones de emergencia pueden valorar la evolución de las actuaciones de los equipos de auxilio que están sobre el terreno.

Los ingenieros y arquitectos pueden planificar la reconstrucción de las áreas asoladas, de los edificios destruidos o dañados en un radio de varios kilómetros, organizar la limpieza de las calles repletas de escombros, actuar sobre las carreteras con el pavimento levantado y retirar los miles de vehículos volcados y árboles caídos por los efectos directos de la explosión y su onda expansiva.

La explosión ha arrasado las instalaciones portuarias y ha afectado de forma directa a los edificios más cercanos y en varios  kilómetros alrededor
Primer satélite construido en Emiratos

Con un peso de 330 kilos y 2 metros de longitud y menos de 1,5 metros de diámetro, cuenta con cuatro paneles solares que alimenta los equipos a bordo, en especial el funcionamiento de su cámara digital de 40 centímetros de apertura y los sensores de alta resolución que embarca, cuyo peso total suma unos 70 kilos.

El pequeño KhalifaSat proporciona imágenes de alta resolución de 30 kilómetros cuadrados de terreno en los espectros visible e infrarrojo con una resolución de 75 centímetros por píxel pancromático ‒en blanco y negro‒ y de 2,98 metros por píxel multiespectral o en color. De ese modo, es posible conocer el alcance de los daños visibles y no tan visibles desde el suelo. 

El pequeño KhalifaSat es el primer satélite construido en Emiratos por un equipo de ingenieros del país capitaneados por el ingeniero Amer al-Ghafri

Proyecto del año 2014 del Instituto de Ciencia y Tecnología Avanzada de Dubái, ‒que a partir de abril de 2015 pasa a denominarse Centro Espacial Mohammed bin Rashid‒, tiene el mérito de ser el primer satélite construido en Emiratos por un equipo de ingenieros del país capitaneados por el ingeniero Amer al-Ghafri.

Basado en la plataforma SI-300 de la compañía coreana Satrec ‒al igual que sus antecesores DubaiSat-1 y 2‒, las primeras tareas se llevaron a cabo en Corea. Pero a partir de febrero de 2015 los ingenieros coreanos y emiraties se trasladaron a las nuevas instalaciones del Centro Espacial Mohammed bin Rashid en Dubái para proseguir su labor hasta concluir la construcción del satélite a principios de 2018. 

Los ocho emiraties desplazados a Tanegashima para cooperar en la integración del satélite en el lanzador H-IIA, que lo colocó en órbita el 29 de octubre de 2018
Lanzado también desde Japón

Inicialmente conocido como DubaiSat-3 pero más tarde denominado oficialmente KhalifaSat, cuenta a bordo con un sistema de alta velocidad para la descarga de datos y las comunicaciones, posicionamiento por GPS, así como equipos de control automático y de localización avanzada de objetivos sobre los que fijar su atención y tomar imágenes. 

Con una vida útil en el espacio estimada en cinco años, su lanzamiento tuvo lugar el 29 de octubre de 2018 desde el Centro Espacial de Tanegashima, en Japón, a bordo del cohete H-IIA de Mitsubishi Heavy Industries (MHI), junto con el ingenio japonés GOSAT-2, de 1,8 toneladas, y otra media docena de pequeños satélites de distintos países.

Gracias a las imágenes aportadas por KhalifaSat, las autoridades de Emiratos pueden determinar las prioridades de ayuda para atender a los afectados y contribuir a la reconstrucción de la ciudad

La correcta puesta en órbita y la buena gestión de las operaciones de despegue de KhalifaSat que demostraron los técnicos de MHI y la Agencia Japonesa de Exploración Espacial (JAXA) fueron del total agrado de las autoridades de Emiratos. Hasta tal punto fue así que también la sonda marciana Al-Amal ha repetido vuelo desde Tanegashima a bordo de un H-IIA, el 19 de julio pasado.

Los hermanos mayores del KhalifaSat son el DubaiSat-1 (de 190 kilos) y el DubaiSat-2 (de 300 kilos), que fueron construidos en Corea. Ambos fueron lanzados en julio de 2009 y noviembre de 2013, respectivamente, desde el cosmódromo ruso de Baikonur a bordo de cohetes también rusos Dnepr. En los dos casos fueron colocados a una altura de unos 680 kilómetros, pero sus prestaciones son inferiores a las del que permanece en servicio y alimenta de imágenes del desastre a las autoridades de Emiratos y de Líbano. 

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