El estado con reconocimiento limitado más reciente de Europa, Kosovo, celebró este 17 de febrero doce años desde su declaración de independencia respecto de Serbia.

Kosovo: un cartel no alcanza, pero empieza a hablar

PHOTO/José Carpintero Molina - Prístina, Kosovo, el pasado 17 de febrero

El 17 de febrero es el día de la independencia de Kosovo, una independencia que aún no puede gritar a viva voz ya que se trata de un estado parcialmente reconocido. La mitad de los estados miembros de las Naciones Unidas, entre ellos España, entiende que esta República sigue siendo parte de Serbia, uno de los aspectos que más dificulta su integración europea desde su declaración de 2008. 

Además de los obstáculos diplomáticos, Kosovo se ha enfrentado a numerosos retos que en algunos casos ha llevado a que sus ciudadanos pierdan la confianza en las instituciones. Entre ellos, destacan la corrupción, el nepotismo, la inestabilidad política, los pocos avances en liberalización de visados, una alta tasa de desempleo, la consiguiente fuga de cerebros y en último lugar, los vaivenes del dialogo con Serbia. 

En muchas ocasiones, las principales perjudicadas han sido las mujeres, quienes se enfrentan a mayores dificultades para acceder al mercado laboral, especialmente las más jóvenes. 

A pesar del escenario sombrío, como cada 17 de febrero, muchos salen a la calle a ondear sus banderas para celebrar la ansiada independencia. Algunos llevan la oficial de Kosovo, otros la de Albania, ya que en torno al 93% de la población es albanesa.

El punto de encuentro principal es el emblemático monumento NEWBORN, que –como su nombre en inglés lo indica– celebra ser el estado recién nacido de Europa. Desde su creación este monumento cambia de diseño cada 17 de febrero. En esta ocasión el homenaje buscó visibilizar una de las partes más crudas de cualquier conflicto: la violencia sexual como arma de guerra. 

Newborn

Así, la palabra NEWBORN se transformó en un acrónimo:  Never Ending Wars Bring Opression, Rape and Neglect (en español: “Las guerras interminables traen opresión, violación y abandono”). Si bien el mensaje es universal, la referencia inmediata es al uso de la violencia sexual como arma de guerra durante el conflicto que puso a Kosovo en los titulares del mundo entre 1998 y 1999. 

Las letras coloreadas en un fondo negro buscan destacar el sufrimiento de las mujeres kosovares durante y después del conflicto y el estigma al que se enfrentan diariamente en una sociedad tradicional y patriarcal. Una de las frases que se incluyen es la siguiente: 

“Él venía pos las tardes y se quedaba toda la noche hasta la mañana, veintidós días, el mismo chico todas las noches. Las cosas que me hizo… no tengo palabras para describirlo. ¡Horrible! Es como ver la muerte todo el tiempo, la muerte frente a ti, pero no mueres”. 


El homenaje también busca destacar la resiliencia de las víctimas, mientras que los diseños de flores, pájaros y mariposas representan la esperanza y la libertad. 

Justo en frente del monumento de NEWBORN, se encuentra como testigo durante la inauguración del nuevo diseño, el memorial conocido como Heroinat (en albanés, Heroínas en español), compuesto por 20145 medallas que espejan a cada una de las mujeres albanesas que sufrieron los horrores de la guerra en carne propia. 

Kosovo ha dado algunos pasos hacia el reconocimiento legal de las víctimas de violencia sexual a través de una asistencia financiera de 230 euros mensuales. Sin embargo, son muchas las mujeres y hombres que siguen guardando sus experiencias de lo que vieron o sintieron durante la guerra. En particular las mujeres siguen siendo ampliamente cuestionadas incluso por su propia familia por los sucesos horribles que les tocó vivir. Pese a que organizaciones de la sociedad civil y activistas han hecho importantes esfuerzos para poner sobre la agenda política temas como la violencia sexual y la participación activa de las mujeres, aún queda un largo camino por recorrer. 

2020 será un año cargado de nuevos retos para Kosovo, pero también de nuevas oportunidades, sobre todo para las mujeres. Aunque no hay a una plena igualdad en todos los niveles, las mujeres han conseguido una mayor representación tanto en el parlamento como en el propio gobierno a partir de las elecciones de octubre pasado. La sociedad kosovar debe aunar a todas las capas de la sociedad sin distinción de colores para documentar el sufrimiento de las víctimas que han vivido las terribles consecuencias del conflicto, así como cambiar la conciencia de aquellas personas que aún culpabilizan a las mujeres por aquellos que les ocurrió. Solo así será posible lograr justicia y brindar el apoyo que necesitan las víctimas tras dos décadas en la sombra.

A pesar de los avances y esfuerzos realizados, queda mucho por hacer en Kosovo para  cambiar la mentalidad que perpetúa el sufrimiento de estas víctimas. Las autoridades deben tomar medidas para brindar justicia y reparación. No obstante, es necesario aplaudir esta iniciativa, no sólo porque a través de esta representación se conseguirá dar una mayor visibilidad a las víctimas de violencia sexual, sino que también se ha hecho de una forma neutral, sin aludir únicamente a una comunidad, sino abarcándolo como algo que puede llegar a vivir cualquier persona independientemente de su origen étnico. 

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