El presidente, Michel Aoun, ha solicitado ayudar internacional para luchar contra el patógeno

Líbano se enfrenta al coronavirus sumido en una crisis económica y social

photo_camera AP/BILAL HUSSEIN - Militantes de la Sociedad Islámica de Salud, una organización de Hezbolá, se preparan para realizar una desinfección en Beirut

Líbano se enfrenta a uno de los mayores desafíos de su historia reciente. Al hartazgo social, la crisis económica y la de los refugiados se suma ahora la pandemia del coronavirus. La expansión del patógeno en Oriente Medio llega en un delicado momento para el país de los cedros. Con una deuda pública del 150%, una de las más elevadas del mundo, y un déficit del 11%, el Estado se ve obligado a desplegar sus escasos recursos para gestionar la emergencia sanitaria. Por ello, el presidente, Michel Aoun, ha solicitado este lunes ayuda internacional ante la falta de recursos.  

El presidente ha explicado que Líbano está en una situación muy delicada. “Estamos pasando por dos de las peores crisis que han golpeado el mundo en los últimos 75 años”, ha afirmado Aoun en referencia a la crisis de los refugiados sirios, ya que la gran mayoría han huido de Siria para instalarse en Líbano, y la pandemia. El presidente calcula que atender a los refugiados le ha costado al país más de 25.000 millones de dólares y aún no se vislumbra una solución de futuro.  

Soldados libaneses

El mandatario libanés ha recordado que el Grupo de Apoyo al Líbano anunció en su última reunión en diciembre de 2019 en París la necesidad de apoyar al país para superar la crisis económica y financiera una vez tuviera gobierno. Las protestas en todo el país a causa de la crisis económica y financiera que vive el país provocaron la salida del ex primer ministro, Saad Hariri, que se vio forzado a dimitir en octubre. Hariri trató de mantenerse en el poder con un ambicioso plan de reformas económicas, pero finalmente tuvo que dimitir. La salida de poder del jefe del Gobierno no ha conseguido acabar con los problemas financieros y la moneda del país, igualada con el dólar desde 1997, perdió cerca del 60% de su valor en las siguientes semanas.  

Además, la crisis financiera y el coronavirus ha llevado a Líbano a incumplir por primera vez el pago de su deuda en moneda extranjera y a iniciar conversaciones de reestructuración a finales de marzo, según informa Reuters. El bloqueo de Líbano por coronavirus ha agravado las heridas de un país con una moneda debilitada, reservas en disminución e inflación al alza.  

El nuevo primer ministro, Hassan Diab, ha prometido reformar el sector bancario afectado por la crisis, según ha explicado este lunes en una reunión con funcionarios de un grupo de apoyo del Líbano que incluye a Estados Unidos, Rusia y Francia. “El presidente Aoun y mi Gobierno han decidido realizar una auditoría de las cuentas del banco central para cumplir nuestra promesa de transparencia y fortalecer nuestra posición negociadora en este difícil período de la historia de Líbano”, ha afirmado Diab.  

Hassan Diab

Los expertos ya han avisado de que el sistema sanitario del país será incapaz de hacer frente al aluvión de pacientes contagios que se esperan en las próximas semanas. El Banco Mundial ya advirtió, antes de la propagación del coronavirus, que la mitad de los 4,5 millones de libaneses quedarían por debajo del umbral de la pobreza. Del mismo modo, cabe destacar que desde el inicio de las protestas en octubre, más de 220.000 personas han perdido su empleo.  
 
En este escenario, incluso el grupo paramilitar libanés Hizbulá está movilizando sus profundos recursos en la lucha contra el coronavirus, utilizando un cuerpo de voluntarios, médicos e instalaciones para desempeñar un papel destacado en la respuesta del Estado ante la crisis, según ha informado la agencia Reuters.  

Todos los partidos del país se han lanzado a las calles para ayudar contra la pandemia del coronavirus y demostrar que son los que más se vuelcan con la emergencia sanitaria. Los analistas citados por la agencia afirman que la élite política ve una oportunidad para restaurar la legitimidad que ha perdido en los últimos meses debido a las protestas masivas contra la corrupción y los problemas económicos. 

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