Saca a la luz las terribles condiciones a las que se ven sometidas las reclusas

La activista civil iraní Sepideh Qalyan denuncia las condiciones inhumanas de las presas

REUTERS/HUSEYIN ALDEMIR - Imagen de complejo penitenciario

Obligar a las presas a prestar servicios sexuales, negarles la atención sanitaria, prohibirles llevar ropa interior incluso durante la menstruación y acosar a las reclusas infantiles son algunas de las cosas que Sepideh Qalyan ha revelado sobre la prisión de mujeres de Bushehr.

En un tuit con el hashtag #prison, la activista civil Sepideh Qalyan habló de las terribles condiciones de la prisión de mujeres de Bushehr. La activista civil, que actualmente se encuentra de permiso debido a una enfermedad coronaria, dijo que ya había informado por escrito a los funcionarios de la prisión de todos estos hechos, pero que no había recibido respuesta, por lo que se vio obligada a revelarlo al público.

El maltrato del hijo de un preso es uno de los casos descritos por la Sra. Qalyan, y ha recibido mucha atención pública. Según la Sra. Qalyan, una madre afgana que se encuentra en la cárcel de Bushehr con su hijo pequeño, es testigo de cómo su hijo es "amortajado" en el ventilador de la prisión junto con otros reclusos. Por orden del director del centro de asesoramiento, el niño fue amortajado para asustarlo y obligarlo a acostarse temprano.

Hamed Farmand, activista de los derechos del niño, comentó en Twitter que sus hallazgos demuestran que éste no es un caso aislado, y que los hijos de los reclusos son maltratados en muchas prisiones iraníes.

Otro caso mencionado por Sepideh Qalyan es el de una reclusa que es obligada a llevar sujetador, y cuando una presa se niega, el director de la prisión ordena a todas las reclusas que entreguen su ropa interior y que lleven ropa interior durante semanas. Incluso durante la menstruación, está prohibido hacerlo.

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Otra reclusa que se baña más allá del tiempo asignado es desnudada en medio del ventilador y "bañada" con leche y agua mineral ante los ojos vendados de las demás reclusas. Si los demás reclusos cierran los ojos ante el incidente, se les niega el derecho a llamar al 911.

Sepideh Hookah menciona otra situación en la que algunas detenidas fueron obligadas a realizar servicios sexuales. Según él, estas mujeres son entregadas a agentes masculinos o a reclusos de carácter económico por este motivo, especialmente las reclusas que no reciben apoyo económico de sus familias.

La Sra. Qalyan señaló además que las reclusas deben llevar siempre el hijab y en todos los lugares excepto en sus camas.

Sepideh Qalyan informó de que había informado a las autoridades de todas estas situaciones por escrito y de forma oral, pero que no había recibido nada más que el "silencio del cementerio" a cambio. Si las reclusas protestaban por estas situaciones, advirtió, se enfrentarían a torturas y violencia, como examinar un órgano sexual delante de todo el personal y del resto de las reclusas, golpear a una reclusa, ponerla en cuarentena, cortarle las citas telefónicas y de visita y negarle los permisos.

"Cualquier desafío y desobediencia a las duras y bárbaras exigencias de los directores de la cárcel de Bushehr equivale a ser cada vez más aplastado en esta inmundicia que no tiene voz ni rostro", dijo al final de su tuit.

Sepideh Qalyan fue detenida el 1 de julio de 1999, tras comparecer ante la Unidad de Ejecución de Sentencias del Tribunal de Evin, y fue llevada a la tristemente célebre prisión de Evin para cumplir su condena.

El 11 de marzo de 2010 fue trasladada del pabellón de mujeres de la prisión de Evin a la prisión de Bushehr. El 20 de julio de 2014, Hookah recibió una fuerte paliza delante de los funcionarios de la prisión por los presas acusadas de delitos violentos.
 

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