La caída en picado de la economía de Argentina

Alex Erquicia

Pie de foto: El presidente argentino Mauricio Macri. Photo by Daniel VIDES / NOTICIAS ARGENTINAS / AFP

La economía argentina sufrió un nuevo golpe al hacerse oficial el dato de que el Producto Interior Bruto (PIB) se contrajo un 2,6% en 2018, marcando la peor caída en casi diez años (desde 2009).  Mientras, la batalla contra la inflación sigue muy viva en el país dados los últimos datos presentados: en 2018 la inflación anual alcanzó el 47,6%, el peor indicador en 27 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC). 

Pese a que la inflación es un problema crónico para Argentina desde hace años, tiene la segunda tasa más alta de América Latina después de Venezuela, el impacto sobre la sociedad es cada vez mayor. Sin duda será uno de los principales asunto de este año con las elecciones presidenciales previstas para el 27 de octubre y el bolsillo del ciudadano argentino muy afectado por las subidas de los precios y los vaivenes económicos. Además, el número de desempleados también ha subido en 2018 ya que se perdieron 191.300 empleos registrados, según informó el ministerio de Producción y Trabajo (de 12.387.200 ocupados en diciembre de 2017 bajó a 12.195.900 en diciembre del año pasado). 

Pie de Foto: Manifestación contra las medidas económicas del gobierno del presidente argentino Mauricio Macri, en Buenos Aires, el 10 de enero de 2019. Photo by Ronaldo SCHEMIDT / AFP

Según las últimas estimaciones el Banco Central (BCRA) argentino prevé que la inflación en 2019 sea del 28,7% (un porcentaje mayor al 23% que predijeron). Muchos dudan de que se vaya a cumplir ese objetivo pese a ser una de las promesas del presidente Mauricio Macri desde su nombramiento en diciembre de 2015. Los resultados del PIB tampoco le han acompañado al presidente siendo 2017 el único año de crecimiento económico del mandato de Macri con una expansión del 2,9%. La última vez que se contrajo la economía del país fue en 2016 cuando se redujo un 1,8 %, según datos del Indec. 

Desde el gobierno apuntan a diversos motivos por el importante retroceso de la economía como la crisis de volatilidad del tipo de cambio, una inestabilidad que ha golpeado el poder adquisitivo argentino. El impacto del tipo de cambio sobre los precios es evidente dado que el peso se ha devaluado casi el 50% en un año: el 28 de febrero de 2018 se podía comprar un dólar por 20,11 pesos argentinos; a 28 de febrero de este año se necesitan casi 38,78 para comprar ese mismo dólar. La crisis cambiaria llevó a que en 2018 Argentina rompiera otro récord al fugarse 27.230 millones de dólares, con un pico el pasado mes de mayo de 4.616 millones de dólares, según el BCRA. La pérdida de valor del peso llevó a la histórica fuga de capitales la cuál le obligó a Macri a acudir al FMI en busca de un crédito de asistencia.

Pie de foto: Un hombre retira pesos argentinos de un cajero automático en un banco en el distrito financiero de Buenos Aires, Argentina.REUTERS/Marcos Brindicci 

El gobierno también ha apuntado que los malos datos económicos se deben a un factor exógeno como es el clima. El año pasado Argentina sufrió la peor sequía en 50 años que causó grandes pérdidas en la agricultura en uno de los principales productores de soja y maíz mundial. Pequeños productores agrícolas argentinos realizaron una protesta el 27 de febrero, llamada "verdurazo", en Buenos Aires, por el que donaron hasta 50.000 kilos de verdura para reivindicar mejoras laborales. A la cita acudió más de un millar de personas y el reclamo se replicó en otras ciudades de Argentina.

La sequía argentina fue uno de los 10 eventos climáticos más destructivos del 2018 a nivel mundial, según un ranking basado en el impacto económico que provocó cada fenómeno, con pérdidas de miles de millones de dólares."Counting The Cost: A Year of Climate Breakdown" (Contando el costo: un año de crisis climática), publicado por Christian Aid, una organización cristiana británica que trabaja para erradicar la pobreza, dice que la sequía le costó al país seis mil millones de dólares.

Pie de foto: Los campesinos se preparan para regalar verduras a las personas de bajos ingresos durante una protesta llamada (Verdurazo) contra la distorsión de los precios y pedir mejores medidas tributarias.Photo by JUAN MABROMATA / AFP

Así, la tercera economía de América Latina tuvo la necesidad de acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para que accediera a entregar 56.300 millones de dólares de asistencia financiera a Argentina en un periodo de tres años bajo la condición de un fuerte ajuste (programa de estabilización) y una implicación a lograr el equilibrio fiscal este año (el déficit fiscal argentino también ha lastrado el crecimiento). El FMI exige un fuerte recorte de gastos en los próximos meses a fin de alcanzar la ambiciosa meta del equilibrio fiscal en 2019. Las consecuencias para la economía real de este plan de ajuste del gobierno argentino se traducen en los datos económicos, en las protestas y en el malestar social que impera en el país. 

Según el pronóstico del FMI, la economía argentina se volverá a contraer en 2019, un 1,7%, siendo la baja demanda interna uno de los motivos principales. El organismo internacional estará muy atento a las elecciones de octubre dado que un posible giro político puede conllevar un nuevo rumbo de la economía argentina, algo que podría suponer un cambio de sintonía entre Washington D.C. y Buenos Aires. El FMI busca que Argentina recupere la estabilidad macroeconómica y alcance todo su potencial económico pese a no haber logrado en el pasado que ningún gobierno logre controlar o manejar la inflación del país. Con la subida de tipos de interés de Estados Unidos y a la guerra comercial entre el país estadounidense y China es previsible que el dólar siga haciéndose más fuerte con el impacto que tendrá sobre el peso argentino, y otras monedas de países emergentes, y la tasa de crecimiento de la economía argentina.

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