Desenterrada en Jerusalén una sección de la calzada que unía la piscina de Siloé y el Monte del Templo

La calle olvidada de Pilatos

REUTERS/NIR ELIAS - La calzada descubierta en Jerusalén transcurre, en parte, por la Ciudad Vieja

Hallazgo importante en el mundo de la arqueología. Investigadores de la Autoridad de Antigüedades de Israel y de la Universidad de Tel Aviv han sacado a la luz los restos de una antigua calzada en la zona antigua de Jerusalén. El tramo desenterrado, de 220 metros de largo, forma parte de una vía que comunicaba la piscina de Siloé con el Monte del Templo. Inicialmente, la calle había sido descubierta por arqueólogos británicos a finales del siglo XIX, pero había permanecido en el olvido hasta la actualidad. Unas monedas sugieren que la calle fue construida durante el mandato de Poncio Pilatos, alrededor del año 31 d.C.

La carretera habría discurrido por lo que hoy es el barrio de Silwan, habitado por unos 20.000 árabes israelíes, y por el Parque Nacional Ciudad de David, justo al otro lado del muro sur de la Ciudad Vieja. En total, un camino más de medio kilómetro de longitud y un ancho mínimo de 8 metros. “Su amplitud, combinada con el refinamiento de la piedra esculpida y el mobiliario ornamental encontrado, como el podio elevado que la recorría a lo largo, indica que esta era una calle especial”, afirma el doctor Joe Uziel, de la Autoridad de Antigüedades de Israel.

En efecto, la vía une dos lugares muy destacados en el imaginario colectivo de las religiones judía y cristiana. Desde el Templo, Jesús envió a un hombre ciego al pozo de Siloé. Tras bañarse, el hombre recobró la visión, según la Biblia. Los arqueólogos consideran razonable que los peregrinos se hubiesen servido de la calzada para subir hasta el Templo.

Para construir la calle, se estima que fueron necesarias unas 10.000 toneladas de piedra caliza. La materia se dispuso en grandes bloques que pavimentaron el suelo. En el estrato inmediatamente inferior, los arqueólogos encontraron cien monedas acuñadas entre el año 17 y el 31 d.C. Esta información, aunque no otorga una seguridad total, permite situar el descubrimiento con altas probabilidades en la época de Poncio Pilatos. “La datación a través de las monedas es bastante exacta”, ha asegurado el doctor Donald T. Ariel, arqueólogo también de la Autoridad de Antigüedades de Israel y experto en numismática.

¿Por qué decidió el gobernador realizar esta costosa obra de ingeniería? Los investigadores manejan tres hipótesis que no son excluyentes. Por una parte, opinan que podría haberse tratado de una dádiva del gobernador hacia el inquieto pueblo de Jerusalén, propenso a alzarse con cierta frecuencia. Por otra, argumentan que la calle constituyó, en su día, un paso más en la romanización de Jerusalén, de modo que el poder imperial. Una tercera teoría apunta a que podría haberse tratado, más bien, de un proyecto megalómano a mayor gloria del propio Pilatos.

En cualquier caso, se trata de la primera gran vía de comunicación descubierta en Jerusalén desde que los propios romanos, con el emperador Tito a la cabeza, sitiaron y destruyeron la ciudad en el 70 d.C. Cuatro años antes, había caído en manos de las facciones rebeldes de Judea. De hecho, el equipo también descubrió en el yacimiento indicios de la batalla, como piedras de honda y puntas de flecha.

Puerta de Sión en la Ciudad Vieja de Jerusalén
Controversia desenterrada

Las obras de excavación, no obstante, han estado revestidas de una cierta polémica. Algunos académicos, como la arqueóloga de la Universidad de Carolina del Norte Jodi Magness, han cuestionado la técnica de excavación horizontal empleada por el equipo. “No permite ver el contexto total de los restos”, ha explicado la doctora a la reportera Amanda Borschel-Dan, del diario Times of Israel. 

Otras voces apuntan no se quedan simplemente en el cuestionamiento del trabajo técnico, sino que sugieren motivaciones políticas. Las excavaciones han sido financiados por el grupo nacionalista israelí Elad Group. En el centro del debate, se encuentra la asociación Emek Shaveh, una organización de activistas que cuestiona la relación de los trabajos arqueológicos en Israel con el conflicto que mantiene el país hebreo con las autoridades palestinas, así como su uso para construir narrativas históricas.

Yonathan Mizrachi, director ejecutivo de Emek Shaveh, ha recalcado la derivada de interés turístico que tiene el proyecto. “Es todo parte de un plan político de los colonos y el Gobierno para crear esta especie de Jerusalén subterránea que enfatiza la historia judía. Ignora la vida presente de los palestinos, así como otros periodos de la historia de Jerusalén. Eso es muy peligroso”, ha alertado Mizrachi en declaraciones al Times of Israel.
 

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