Un día después de su cumbre bilateral por videoconferencia, Pekín concluye la construcción de su Cinturón Espacial de la Seda para aumentar sus capacidades competitivas comerciales frente a Bruselas

La China de Xi Jinping gana la carrera del GPS a la Europa de Ursula von der Leyen

photo_camera PHOTO/AP - China concluye su constelación espacial Beidou antes que la europea Galileo y un día después de la cumbre por video conferencia entre el primer ministro chino Li Keqiang y la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo, el belga Charles Michel

Pekín acaba de completar de manera oficial su propia red espacial mundial de navegación, posicionamiento y sincronía en un intento por incrementar su influencia y su poder económico a escala mundial. Denominado Beidou-3 ‒Osa Mayor en mandarín‒, el GPS chino pretende abarcar a todo el mundo y no solo Asia y crear una especie de gran Ruta Espacial de la Seda.

El lanzamiento del último eslabón de la cadena se produjo un día después de la cumbre celebrada por videoconferencia entre el premier chino Li Keqiang y la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, en la que ambas ambos mandatarios volvieron a constatar que son competidores económicos y rivales en la esfera global.

El despegue del cohete portador Larga Marcha 3B que colocó en su emplazamiento al satélite de 4,6 toneladas Beidou 55 GEO-3 ha tenido lugar el día 23 de junio desde el Centro de Lanzamiento de Xichang, en la provincia de Sichuan, una región localizada en el suroeste de China, que es el hogar de los osos panda.

El cohete Larga Marcha 3B despegó hace dos días desde el Centro de Lanzamiento de Xichang para emplazar al satélite Beidou 55 GEO-3 en ruta para alcanzar su posición a 36.000 kilómetros de altura

Con su entrada en servicio dentro de pocas semanas, el presidente Xi Jinping ya está en condiciones de intentar destronar el liderazgo a escala mundial que ejerce el GPS de Estados Unidos y de arrinconar a la constelación europea Galileo que patrocina la Unión Europea y cuyo despliegue en el espacio todavía no ha concluido.

La constelación Beidou-3 está formada por 35 satélites situados en orbitas distintas ‒a 21.000 kilómetros y a 36.000‒, lo que la diferencia de la arquitectura del GPS norteamericano, del GLONASS ruso y del Galileo europeo. Sin embargo, con el ingenio recién emplazado cuenta con 44 plataformas, ya que algunas todavía pertenecen a generaciones más anticuadas que, poco a poco, serán retiradas de prestar servicio. Según técnicos chinos, Beidou-3 ofrece una precisión de hasta 2,4 metros de posición horizontal, 4,3 metros en vertical y de centímetros con el apoyo de estaciones en tierra.

La constelación Beidou-3 está formada por 35 satélites situados a 21.000 y 36.000 kilómetros. Ofrecen una precisión de hasta 2,4 metros de posición horizontal, 4,3 metros en vertical y de centímetros con el apoyo de estaciones en tierra
Millones de teléfonos inteligentes con chips de Beidou

Los teléfonos portátiles inteligentes de las marcas chinas Huawei, Xiaomi y OnePlus incluyen los chips para captar y procesar las señales satelitales de Beidou, lo que permite el posicionamiento de alta precisión y la comunicación de mensajes cortos. Prácticamente todos los taxis de Pekín y de las grandes ciudades chinas incorporan la señal Beidou, al igual que los automóviles y camiones de reciente producción.

Los competidores más directos de Beidou son el GPS de Washington y el Galileo de Bruselas, que son compatibles entre sí. Este último es el sistema global de navegación por satélite de carácter civil de la Unión Europea, que está formado por 24 satélites operativos, varios de reserva en órbita y una extensa infraestructura en tierra para proporcionar diferentes servicios de posicionamiento y navegación ‒gratuitos, de pago e institucionales‒ con una precisión inferior a 1 metro. 

Los teléfonos móviles inteligentes, automóviles y camiones de reciente producción y prácticamente todos los taxis de Pekín y de las grandes ciudades chinas incorporan la señal Beidou

Galileo fue objeto de estudio en profundidad entre los años 2000 y 2003 y comenzó su fase de validación en órbita de las señales entre 2004 y 2008, con cuatro satélites bautizados IOV. A partir de agosto de 2008 dio inicio su fase de despliegue, que ya cuenta con 22 satélites operativos en órbita, el último de los cuales (Galileo 25) voló al espacio en julio de 2018. Desde entonces no se ha producido ningún nuevo lanzamiento. El motivo principal, según fuentes de la Agencia Espacial Europea (ESA), es que los satélites se adquieren por lotes y la última contratación de 12 nuevos ejemplares (lote 3) ha sufrido retrasos. No obstante, el próximo lanzamiento de un par de plataformas ya está programado para 2021.

Galileo ofrece servicios limitados desde el 15 de diciembre de 2016 y, según Paul Verhoef, director de Navegación de la ESA, ‒la organización que aporta a la UE su componente técnico‒, la red europea ya cuenta “con más de 100 millones de usuarios y su número crece cada día”. Bruselas y la ESA ya han planificado una nueva generación de satélites, que aporta mayor rendimiento y funciones adicionales.

Los últimos satélites de la constelación europea Galileo volaron al espacio en julio de 2018. Los despegues se retomarán en una fecha todavía no concretada de 2021
Más de tres décadas para hacerlo realidad 

La carrera de China para crear su propia red satelital de alcance mundial dedicada a la navegación y posicionamiento surgió en 1983 de la mano del profesor Chen Fangyun. Sin embargo, sus primeros pasos en firme no comenzaron hasta 1994, cuando el entonces presidente Jiang Zemin aceptó la propuesta formulada por el ingeniero Sun Jiadong de utilizar la plataforma de comunicaciones DFH-3 para hacer realidad un proyecto experimental.

En su origen, el sistema Beidou fue diseñado para obtener seguridad de acceso al posicionamiento de los sistemas de armas de las Fuerzas Armadas chinas y que redujeran su dependencia del GPS de Estados Unidos, una red gobernada por el Pentágono. Pero pronto las autoridades de Pekín, al igual que las europeas, se dieron cuenta de su importancia económica y decidieron darle un mucho mayor empuje. Disponer de una red autónoma permite expandir la influencia en todos los órdenes, tanto en el plano comercial como militar y político.

La imagen muestra la cofia donde se aloja el satélite de 4,6 toneladas, antes de ser fijada en la parte alta del lanzador. El despegue marca el punto y final de la constelación Beidou-3, cuyos despegues a partir de ahora serán para reponer plataformas que han quedado fuera de servicio

El primer satélite experimental Beidou fue puesto en órbita el 30 de octubre de 2000. Hasta febrero de 2007 solo se pusieron en órbita cuatro ingenios, que constituyeron la serie Beidou-1, lograban una precisión del orden de los 20 metros y aportaban servicios a algo menos de 200 usuarios de manera simultánea.

El entonces presidente Hu Jintao dio su aprobación en el verano de 2004 a la creación de un sistema mejorado de navegación (Beidou-2), lo que exigía poner a punto un costoso reloj atómico para servir de base del sistema. Su envío a la órbita empezó en 2010 y desde entonces ha permitido que sus servicios cubrieran el conjunto de países asiáticos con una precisión de 6 a 10 metros. 

La aprobación del actual sistema Beidou-3, más avanzado, dotado de mayor precisión y equiparable en cierto modo al GPS de Estados Unidos, recibió la luz verde en 2009. Una vez desarrollados los relojes atómicos de rubidio diez veces más precisos que los anteriores y necesarios para crear la nueva red, su despliegue en el espacio comenzó en marzo de 2015, dos años después del acceso al poder de Xi Jinping, y acaba de concluir.
 

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