El Ejército iraquí tendrá que seguir luchando desde este punto contra los restos del Estado Islámico

La coalición de Estados Unidos cede la base de Camp Taji a las fuerzas iraquíes

photo_camera US soldiers at the Taji base, which houses Iraqi and US troops and is located north of the capital, Baghdad

La coalición liderada por Estados Unidos en Irak ha traspasado la base militar de Camp Taji, situada al norte de Bagdad, a las fuerzas iraquíes, según un comunicado oficial del Ejército norteamericano que recoge la agencia rusa Sputnik. La coalición ha señalado que las fuerzas de seguridad iraquíes continuarán luchando desde este punto contra los restos del Daesh que aún resisten en Irak y ahora se tendrán que hacer cargo de unas instalaciones y equipos por valor de 347 millones de dólares. 

En el marco de la operación Inherent Resolve, la base de Camp Taji ha llegado a albergar a unos 2.000 militares aliados, la mayoría de los cuales han sido retirados durante este verano. En el pasado, los efectivos emplazados en esta base incluyeron un batallón español de helicópteros de transporte, así como asesores militares de Alemania, Australia, Canadá, EEUU, Finlandia, Hungría, Italia, Nueva Zelanda, Países Bajos, Polonia, Reino Unido, Turquía y la OTAN.  

Más de dos años y medio después de la "victoria" sobre los yihadistas, miles de soldados estadounidenses aún siguen desplegados en Irak. Tras una treintena de ataques con cohetes contra los norteamericanos, y tras el asesinado en enero por parte de Washington del general iraní Qassem Soleimani y su lugarteniente iraquí en Bagdad, el sentimiento de rechazo contra Estados Unidos entre la población se ha disparado, según indica la agencia AFP. 

Los diputados iraquíes chiitas votaron la expulsión de los soldados extranjeros y Washington respondió con amenazas de ataque a lugares paramilitares. La llegada de Mustafa al-Kazemi a la presidencia ha cambiado la situación. Ha asumido la dirección de un país en plena crisis económica y con una ciudadanía que reclama justicia para los 550 manifestantes muertos en la represión de una inédita revuelta popular en octubre de 2019. A diferencia de su predecesor Adel Abdel Mahdi, jamás invitado a Washington, Kazimi ha sido recibido en la Casablanca hace escasos días.

Es poco probable que se produzca una salida drástica de soldados, ya que la amenaza yihadista persiste, según han advertido el resto de miembros de la coalición, muy pendientes de estas conversaciones en las que no han participado. “Los no estadounidenses de la coalición se quedarán en Irak únicamente si los estadounidenses se quedan”, ha afirmado un diplomático a AFP. 

Problemas económicos

La crisis económica ocasionada por la COVID-19 ha impactado de manera directa a Irak debido al desplome del precio del barril de petróleo. El país trata de garantizar los contratos de reconstrucción acordados con los norteamericanos. Las autoridades también buscan cerrar tratos con los países del Golfo y el Banco Mundial para recibir ayudas. Los aliados de Irán en Irak también están muy pendientes de las nuevas conversaciones del país con Estados Unidos, aunque no participarán. Ahmed Asadj, portavoz de su bloque parlamentario, que lideró el voto en favor de la expulsión de soldados extranjeros, ha reiterado que les da seis meses a los norteamericanos para abandonar el país.

Más en Política