El levantamiento del bloqueo marítimo exigido por los hutíes se cumple para garantizar el acceso de la población local a bienes humanitarios

La coalición liderada por Arabia Saudí autoriza la entrada de cinco buques en el puerto yemení de Hodeida

photo_camera PHOTO/AFP - Puerto de la ciudad costera de Hodeida en el mar Rojo de Yemen, a unos 230 kilómetros al oeste de la capital Saná

Cinco buques comerciales con combustible han accedido este miércoles al puerto yemení de Hodeida tras recibir la aprobación de las fuerzas de la coalición, lideradas por Arabia Saudí, y el permiso del Gobierno reconocido internacionalmente. Las embarcaciones amarraron en el puerto situado en el extremo occidental del país, con el objetivo de facilitar el acceso a bienes humanitarios a la población local que se encuentra bajo el control de los hutíes.

Dos de los cinco buques transportan un total de 45.000 toneladas de gasóleo, el tercero carga 5.000 toneladas de gas licuado de petróleo, mientras que los dos últimos contienen 22.700 toneladas de fuel. “La medida para permitir que cinco barcos que transportan gas y petróleo ingresen al puerto se hizo para aliviar el sufrimiento de los yemeníes en las áreas controladas por los hutíes y para garantizar que tengan acceso a los bienes humanitarios”, anunció el portavoz del Gobierno reconocido, Rajeh Badi.

La medida se produce días después del ofrecimiento de un alto al fuego por parte de las fuerzas de la coalición a los insurgentes yemeníes. La milicia chií, respaldada por Teherán, controla la parte occidental de Yemen y mantienen desde 2015 una cruenta guerra civil que ha provocado la mayor crisis humanitaria del planeta. La oferta incluía la reapertura del aeropuerto de Saná y la supervisión de Naciones Unidas.

Los hutíes rechazaron la propuesta tras alegar que esta “no contiene ningún punto nuevo o positivo”. Sin embargo, exigieron el levantamiento del bloqueo aéreo y marítimo como condición indispensable para aceptar la propuesta. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Yemen anunció, por lo tanto, que había permitido la entrada de varios buques de combustible en el puerto de Hodeida para aliviar la situación humanitaria, sin aportar más detalles. 

Las organizaciones en defensa de los Derechos Humanos han denunciado el bloqueo naval y aéreo impuesto por Arabia Saudí y el resto de las fuerzas de la coalición. Según estas agrupaciones, las obstrucciones por tierra, mar y aire han impedido el acceso de la población a los productos básicos y han empeorado ostensiblemente las condiciones humanitarias. El 80% de los yemeníes sobrevive gracias a la ayuda internacional. 

Los datos recogidos por la ONU arrojan que, hasta el 23 de marzo, un total de 14 embarcaciones petroleras estaban retenidas por los buques de guerra de las fuerzas de la coalición frente al puerto de Hodeida. El negociador jefe de los hutíes, Mohammed Abdulsalam, ha declarado que “el suministro de combustible, alimentos, productos médicos y básicos es un derecho humanitario y legal del pueblo yemení”. “No aceptamos ninguna condición militar o política para recibirlos”, ha añadido. 

El Gobierno reconocido por la comunidad internacional, sin embargo, ha denunciado a los hutíes de controlar la distribución de suministros una vez llegan al puerto. “Sabemos que los hutíes usarían el combustible para sus propios fines y lo almacenarían para sus beneficios”, reconoció un funcionario del Gobierno a The National. Y añadió que están haciendo “todo lo posible para garantizar que los yemeníes tengan acceso a la ayuda”. 

La medida ha recibido el elogio de la ONU. El portavoz adjunto del secretario general, Farhan Haq, reconoció que era un paso en la dirección correcta, y animó “a todos los implicados a que se abstengan de llevar a cabo acciones que vayan en detrimento de los esfuerzos de mediación del enviado especial Martin Griffiths y les pedimos que sigan trabajando para hacer avanzar el proceso político con el fin de alcanzar una solución negociada que ponga fin al conflicto”.

El Departamento de Estado de los Estados Unidos también acogió la decisión de las fuerzas de la coalición. “El libre flujo de combustible y otros bienes esenciales hacia y a través de Yemen es crítico para apoyar la entrega de asistencia humanitaria y otras actividades esenciales”, aduce el comunicado, por lo que “aprecia esta decisión del Gobierno de la República de Yemen”. El combustible “debe llegar a los mercados yemeníes sin demora para abastecer de energía a los hospitales, garantizar la entrega de alimentos y el acceso al agua y, en general, ayudar a aliviar el sufrimiento del pueblo yemení”, incluyó la carta.

Participación británica en Yemen

“No ha habido ninguna petición o sugerencia específica para que el Reino Unido se comprometa, pero sin duda es algo que estaríamos dispuestos a estudiar si se dan las condiciones adecuadas”, declaró el primer ministro británico, Boris Johnson, durante una comparecencia ante la comisión de Asuntos Exteriores al ser preguntado por el envío de tropas a Yemen. 

Johnson reconoció que el Gobierno británico consideraría la decisión como parte de una futura misión de Naciones Unidas y si las condiciones fueran las adecuadas. Sin embargo, el primer ministro matizó que “las condiciones tendrían que ser realmente muy diferentes de las actuales para que sigamos adelante con las botas sobre el terreno”.

Ante las cuestiones del presidente conservador del comité, Tobias Ellwood, Johnson respondió que el Gobierno de Reino Unido respalda el enfoque de la ONU dirigido por el enviado especial a Yemen, Martin Griffiths. “Creo que no era realista decir simplemente que no se podía negociar ni hablar con los hutíes de ninguna manera. Creo que ahora tenemos la oportunidad de ir más lejos”, admitió.

El exjefe del Estado Mayor de Defensa británico, Lord David Richards, reconoció a principios de esta misma semana que había cierta presión para desplegar tropas en la región. “Tengo entendido por mis contactos que se está hablando de que alguna fuerza de estabilización tenga que entrar en Yemen”, declaró. “Si los estadounidenses participan en eso, sería muy difícil para el Reino Unido decir que no, que no vamos a hacerlo”.

Más en Política