La detención de un libanés que iba a enviar armas estadounidenses a la milicia pone de relieve la opacidad de los vínculos entre ambos

La compleja relación entre Estados Unidos y Hizbulá

PHOTO/Canal de televisión Al Manar de Hezbollah via Reuters TV - Una imagen del canal de televisión libanés Al Manar de Hizbulá el 7 de junio de 2017, muestra lo que dice que fue filmado por un dron iraní: un dron militar estadounidense volando sobre el sudeste de Siria

Un hombre de nacionalidad libanesa, Osama Hamada, se declaró culpable el pasado 18 de abril de conspirar para exportar ilegalmente piezas de repuesto y tecnologías de drones desde Estados Unidos a Hizbulá ante un tribunal federal en el estado de Minnesota, según ha informado Middle East Monitor. Entre el material que estaba planeando enviar, de acuerdo con la fiscal Erica MacDonald, figuraban unidades de medición, las cuales se pueden usar para rastrear la posición de una aeronave; brújulas digitales, que se pueden combinar con las unidades mencionadas anteriormente para elaborar sistemas de guía de drones; y varios motores, a reacción y de 20 pistones. 

Según revela Associated Press, el hermano de Osama, Issam, también se declaró culpable por exportar repuestos de drones a Líbano, donde opera la organización encabezada por Hassan Nasrallah. “Los dos hermanos -que fueron arrestados en febrero de 2018 en Sudáfrica y fueron extraditados a EEUU en 2019- habían adquirido tecnología avanzada para drones de 2009 a 2013 y los exportaron ilegalmente a Hizbulá, que EEUU considera como una organización terrorista”, señala la agencia.

Una policía militar rusa vigila un vehículo militar estadounidense que circula por la autopista M4 junto a la ciudad de Tal Tamr el 25 de mayo de 2020, en Siria

Un tercer individuo, Samin Ahmed Berro, también ha sido inculpado por haber participado en la operación, aunque todavía sigue en libertad. “Se cree que el trío obtuvo equipos técnicos para drones de varias compañías estadounidenses entre 2009 y 2013, incluidos productos de una compañía en Minnesota que fabrica brújulas digitales”, explican desde Middle East Monitor. “Hizbulá ha usado drones durante muchos años, por lo que los hermanos [Hamada] representan un peligro para EEUU y para otras comunidades del todo el mundo”, concluyó la Fiscalía en su acusación.

Este episodio pone de manifiesto la conexión opaca que existe entre el gigante norteamericano y la milicia chií, nunca pretendida de forma oficial por el primero. El analista James Sinkinson denuncia en Israel Hayom que “la ayuda estadounidense a Líbano financia a Hizbulá, por lo que es hora de detenerla”. “Cada centavo de la contribución anual estadounidense de un cuarto de billón de dólares a Líbano apoya a los terroristas de Hizbulá, el imperialismo iraní y las amenazas militares a Israel”, expone.

Hassan Nasrallah, líder de Hizbulá

Su posición es defendida por un grupo de senadores republicanos, encabezados por Ted Cruz, que a mediados del mes de mayo presentaron un proyecto de ley para prohibir la asistencia del Gobierno de EEUU a cualquier gobierno libanés “que esté influenciado o controlado por Hizbulá”. El documento debe ser aprobado tanto por el Senado como por el Congreso y debe ser ratificado, en última instancia, por el presidente del país, Donald Trump. 

“El Gobierno libanés está controlado por Hizbulá, un grupo terrorista respaldado por Irán que es directamente responsable de la muerte de cientos de estadounidenses”, aseveró la portavoz de Cruz al remitir el proyecto de ley. El documento “prohibiría cualquier asistencia a Líbano hasta que el presidente certifique que Hizbulá no es miembro del gobierno, no ejerce influencia sobre él y no tiene poder en cualquier ministerio gubernamental”, de acuerdo con Washington FB, que obtuvo una copia del texto.

Un iraní lleva las banderas de Irán y de Hizbulá durante la conmemoración del 41º aniversario de la revolución islámica en Teherán, Irán, el 11 de febrero de 2020

“La ayuda a Líbano se ha convertido en un punto crítico entre la Administración Trump y los republicanos en el Congreso, muchos de los cuales han tratado de poner fin a la financiación debido al control casi total del sistema político libanés por parte de Hizbulá”, asegura al respecto el analista Adam Kredo en Washington FB. “Los funcionarios estadounidenses han advertido durante algún tiempo que la ayuda civil y militar de EEUU ha caído en manos del grupo terrorista”, como ha sido probado con el caso de los hermanos Hamada. 

Anualmente, Washington destina más de 100 millones de dólares a Beirut, a través del marco del programa de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), con el objetivo de ayudar al país “en los esfuerzos de reactivación”, según queda recogido en la página oficial de la misión. El fondo se destina, entre otros campos, a la educación, los servicios de agua y saneamiento, la reconstrucción de la infraestructura nacional, la preservación de los recursos ecológicos del país y el fortalecimiento de la gobernanza local. 

Un hombre palestino rocía pintura para cubrir un logotipo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el 4 de febrero de 2020

Sin embargo, cabe recordar que Hizbulá, por medio de la coalición 8 de marzo, negoció la formación del nuevo gobierno del país, liderado por Hassan Diab, -que entró al poder en el mes de febrero-, junto con sus aliados, entre los que se incluye el Movimiento Patriótico Libre, dirigido por Gibran Bassil, yerno del presidente del país, Michael Aoun. La milicia se convirtió, así, en el “gran arquitecto” del gabinete libanés, como indicó entonces el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Libanesa de EEUU, Imad Salamey, en Al Jazeera. “El nuevo Ejecutivo no habría podido salir adelante sin el apoyo de los chiíes de Hizbulá, quien apoyó la propuesta de Diab a cambo de poder nombrar a dos ministros de su tendencia”, explica en este sentido la periodista Mar Romero en France 24.

Por lo tanto, a través de sus delegados, la organización calificada de terrorista tiene acceso directo a la gestión de los fondos que recibe Líbano procedentes del gigante norteamericano, así como de otros países y agencias internacionales. 

Miembros del nuevo gobierno libanés posan para una foto en el palacio presidencial de Baabda, Líbano, el 22 de enero de 2020

Además, la penetración de la milicia en Líbano es tal que ha conseguido suplantar al Estado en algunas ocasiones, lo que le ha permitido ganar legitimidad y apoyo entre la población. A través del “clientelismo” o de la “ayuda social”, por ejemplo, en la crisis del coronavirus, ha movilizado ambulancias y almacenes de comida para proteger a los más desfavorecidos, a los que las autoridades gubernamentales no destinan prácticamente recursos. Aunque a priori parece una estrategia noble, su objetivo no es otro que controlar el país, para acercarlo a su agenda partidista islamista y radicalizada.

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