Por primera vez altos cargos de la Administración marroquí acuden a las celebraciones de la Fiesta de las Luminarias hebrea

La comunidad judía de Marruecos celebra la Janucá con el apoyo de la Corona y el Gobierno

photo_camera AFP/SAFIN HAMED - Un judío oriental porta el candelabro de nueve brazos o januquiá, símbolo de la Fiesta de las Luminarias

“Bajo el liderazgo y la inspiración del rey Mohamed VI Marruecos es un ejemplo de coexistencia para el mundo”. Lo dice el rabino Levi Banon, miembro de una comunidad, la judía de Marruecos, que ha celebrado, un año más, la Janucá -también conocida como Fiesta de las Luces o de las Luminarias-. Lo ha hecho con el respaldo, como es habitual, de la Corona marroquí. Este año además una de las celebraciones en la ciudad de Casablanca ha contado, por primera vez en la historia, con la presencia de oficiales de la Administración marroquí en un multitudinario acto. Un hecho histórico que visibiliza y normaliza la vida de la exigua minoría hebrea en Marruecos.

Algo que no ha pasado desapercibido para la prensa marroquí e israelí. Según el medio Times of Israel, los más de 800 miembros de la comunidad judía de Casablanca congregados el pasado jueves en un hotel de la ciudad atlántica contaron con la presencia del ‘wali’ o gobernador de la región, Said Ahmidouch, y con el gobernador de la prefectura de Casablanca-Anfa, Rachid Afirat, ambos nombrados por el rey Mohamed VI. La fiesta -una de las más importantes del calendario judío- concluye este lunes 30 de diciembre (había comenzado el 22).

“Esto envía un fuerte mensaje de paz y tolerancia”, afirma el rabino Levi Banon, quien dirige Jeunesse Chabad of Morocco, entidad organizadora del evento junto al Consejo de Comunidades Judías de Marruecos y la sinagoga David HaMelech de Casablanca, en palabras que recoge la web del digital marroquí Yabiladi. 

André Azoulay
Celebraciones en Casablanca y Esauira con presencia de representantes del Estado

Como contaba otro medio israelí, en este caso The Jerusalem Post, los invitados a la celebración de la Janucá en Casablanca pudieron disfrutar del 'sfeng' -un donut frito típico de la tradición culinaria magrebí- y el presidente del Consejo de Comunidades Judías de Marruecos Serge Berdugo encendió una januquiá -candelabro de 9 brazos, símbolo de la celebración- de gran tamaño. 

“Bajo el liderazgo y la inspiración del rey Mohamed VI Marruecos es un ejemplo de coexistencia para el mundo”, afirma el rabino marroquí Levi Banon

No ha sido la única celebración que ha contado con presencia de figuras del Estado marroquí. La noche del este domingo, en Esauira, la celebración del octavo día de Janucá en Esauira -hogar de una de las más importantes comunidades israelitas de Marruecos- tuvo como invitado al consejero real André Azoulay -de confesión judía- y al presidente de la Asociación Marroquíes Plurales, Ahmed Ghayet, además de otras personalidades, recoge el medio local Atlas Info. 

“Celebramos hoy el último día de la Fiesta de las Luces, Janucá, la última vela que nos ilumina. Esta fiesta judía es de todos. Es la fiesta de todas las modernidades, de las esperanzas, de la luz: la luz de la vida”, resumió Azoulay, que preside la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo. 

“Esta celebración es universal como las luces que simplemente brillan cuando son de todos", prosiguió en Esauira -Sui ciudad natal- Azoulay. “Estoy orgulloso y conmovido porque esta fiesta judía se organiza por iniciativa de jóvenes compatriotas musulmanes. Este gesto no es cualquier cosa", insistió. “La celebración de la Janucá es muy simbólica, muy rica y representa tanto el espíritu como la cultura de Esauira, ya que al mismo tiempo no solo hemos sido educados en esta escuela espiritual sino que estamos muy contentos de que el renacimiento de este espíritu se hace en esta convergencia, esta proximidad, esta intimidad y esta solidaridad entre el islam y el judaísmo, entre el islam, el judaísmo y otros", concluyó el consejero del rey Mohamed VI citado por Atlas Info. 

No es el primer gesto de apoyo explícito de la Corona a la comunidad israelita de Marruecos. El pasado mes de abril, como ya contó Atalayar, el rey Mohamed VI nombró a Yoshiyahi Pinto como rabino principal de Marruecos. Fue la primera vez que un monarca designaba en más de un siglo al rabino principal de la comunidad judía marroquí. 

La presencia judía en Marruecos es muy antigua, muy anterior a la musulmana: más de 2.000 años. La población actual de la judería de origen marroquí en todo el mundo ronda el millón y medio de personas, recogía en el citado artículo The Jerusalem Post. 

Judío marroquí
Recuerdo de la revuelta macabea contra los seléucidas helenos

La fiesta judía de Janucá proviene de la palabra hebrea ‘inauguración’, ya que en el siglo II a.C., época del Segundo Templo de Jerusalén, el régimen sirio-griego de Antíoco pretendió alejar a los judíos de su religión y asimilarlos a la cultura helénica.

Los judíos comenzaron entonces una revuelta en contra de esta amenaza a sus creencias. Después de tres años, los macabeos ganaron la batalla de manera inopinada, ya que Antíoco contaba con miles de tropas bien armadas, recoge la web de National Geographic. Con la victoria, la comunidad judía logró expulsar de su tierra a sus opresores.

La festividad se celebra el 25 del mes Kislev del calendario judío, fecha que cae entre fines de noviembre y mediados de diciembre del calendario gregoriano.

La tradición asegura que cuando llegó el momento de encender la menorá, los judíos macabeos revisaron el Templo y solo hallaron una vasija de aceite puro que llevaba el sello del Sumo Sacerdote pero en cantidad insuficiente para los días siguientes. Pero gracias a un milagro, según la tradición hebrea, la pequeña vasija de aceite ardió durante ocho días cuando lo normal es que solo hubiera bastado para una jornada. De ahí que 8 de los 9 brazos de la januquiá representan las 8 noches que duró el aceite que encontraron en una vasija los ‘jashmonaím’ al recuperar el Templo. Y es por ello por lo que la Janucá se celebra durante 8 días.  El noveno brazo de la januquiá es el shamash o brazo piloto, que se utiliza para el encendido de las demás velas.

Más en Sociedad