Proyecto seleccionado en la convocatoria para incentivar la divulgación de la investigación en ciencias sociales

La conciliación familiar en verano, un mal negocio para las mujeres

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¿Cómo resuelven las familias el problema de la conciliación laboral y familiar cuando termina el colegio, en verano? Las madres son las grandes damnificadas en el ámbito laboral, lo que ocasiona probables consecuencias negativas para ellas, a corto y a largo plazo.

Muchas mujeres pasan a la inactividad en verano (ni trabajan ni buscan empleo) para conciliar su tiempo con las necesidades de su familia. Esto puede tener distintas consecuencias negativas para ellas en el ámbito laboral, como una menor proyección profesional, unas peores perspectivas de salario y un futuro laboral menos seguro.

A partir de los datos obtenidos de la Estadística de Flujos de la Población Activa (EFPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE), el análisis llevado a cabo para este estudio demuestra que, en verano, las mujeres pasan de la ocupación a la inactividad en mayor medida que los hombres. Entre los años 2010 y 2019, las mujeres que pasaron a la inactividad representaron un promedio de 325.730 mujeres en el tercer trimestre del año, mientras que solo 220.260 hombres tomaron esta opción. Lo que parece una solución al problema de la conciliación familiar se convierte en una solución ineficaz, ya que se genera un mayor problema a largo plazo: se producen interrupciones laborales en el colectivo femenino y se reduce el salario real y potencial de las mujeres en el mercado laboral español. Asimismo, cabe señalar el motivo de la ineficacia de esta solución: actualmente, las mujeres que dejan el mercado laboral en verano tienen un mayor bagaje profesional que los hombres que pasan de la ocupación a la inactividad.

1. Llega el verano y muchas mujeres dejan de lado sus carreras profesionales

¿Cómo se produce la transición de la ocupación a la inactividad? Durante los últimos nueve años, a excepción del 2017, se repite el mismo patrón: al inicio de las vacaciones escolares hay un mayor número de mujeres, en relación con la población masculina, que pasan de la ocupación a la inactividad. Estas mujeres abandonan su carrera profesional y, durante un determinado periodo de tiempo, no se dedican a buscar un nuevo empleo. En cambio, esta tendencia es mucho menor en el caso de los hombres.

2. Las mujeres asumen principalmente las cargas familiares

¿Por qué abandonan las mujeres el mercado laboral? En buena medida, porque se hacen cargo del hogar, de sus hijos y del conjunto de cargas familiares, lo que llega a ser incompatible con el desempeño de sus tareas laborales. Casi cuatro de cada diez mujeres (35,29%) que transitan de la ocupación a la inactividad entre junio y septiembre admiten que lo hacen por este motivo: las cargas familiares. En cambio, solo uno de cada diez hombres (9,5%) justifica el abandono del mercado laboral por motivos familiares.

3. Las mujeres que abandonan el mercado laboral, más preparadas que los hombres

Este porcentaje mayor de mujeres que abandonan el mercado laboral en el tercer trimestre del año (gráfico 2) remite a una ineficaz solución a la conciliación familiar. De las estadísticas se desprende que ellas están más cualificadas y atesoran mayor experiencia laboral que los hombres que también abandonan el mercado laboral en el tercer trimestre. El gráfico 3 así lo demuestra: los datos indican que las mujeres que dejan el trabajo y pasan a la inactividad acumulan más estudios y tienen más experiencia laboral que los hombres que optan por la misma opción, en casi todos los años analizados durante los últimos nueve años. En este gráfico se muestra la ratio del nivel educativo de mujeres y hombres en una misma franja de edad (25-50 años) con empleo en el segundo trimestre e inactivos en el tercer trimestre (para el periodo 2010-2019). 

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4. ¿Y si se comparan mujeres y hombres en la misma situación familiar? Madres vs. padres

En el gráfico 4 se observa el promedio de la tasa de inactividad de cada trimestre (periodo 2010-2019) de las madres y los padres de entre 25 y 50 años, diferenciando ambos colectivos en función de si sus parejas trabajan o no. Los datos provienen de la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE.

Como se muestra en el panel izquierdo del gráfico, las madres experimentan en el tercer trimestre un incremento por encima del promedio en la transición de la ocupación a la inactividad. También se evidencia que hay más madres que están en una situación de inactividad si sus parejas trabajan (de promedio, 864.247 mujeres, con una tasa de inactividad del 21,85%) que cuando sus parejas no trabajan (de promedio, 185.432 mujeres con una tasa de inactividad del 21,06%). En este sentido, se deduce que la situación laboral de las madres tiene un carácter de complementariedad respecto a la situación laboral de sus parejas.

En el panel derecho del gráfico 4 se representan los datos correspondientes a los padres, en función de si sus parejas trabajan o no. El primer dato destacable es que los padres pasan a la inactividad en menor medida que las madres, tanto en términos relativos (tasa de inactividad) como en cifras absolutas. En segundo lugar, no se observa el componente estacional que sí se detecta en el caso de las madres, ya que los datos son homogéneos a lo largo de los cuatro trimestres.

Por último, conviene destacar que hay más padres que pasan a la inactividad cuando, en la propia pareja, las madres tampoco trabajan, a diferencia del comportamiento que se evidencia en el panel izquierdo, correspondiente al caso femenino. En este sentido, no se observa el carácter de complementariedad de las madres con respecto a la situación laboral de sus parejas, sino que más bien los padres actúan de una forma más autónoma en el núcleo familiar y supeditan la solución de las posibles cargas familiares a la obtención de una remuneración económica.

5. Conclusiones

En el presente artículo se ha puesto de manifiesto que, en los últimos años, hay más mujeres que hombres que abandonan el mercado laboral durante el tercer trimestre para pasar a la inactividad, y que el motivo principal que las impulsa a ello es el de asumir las cargas familiares. Esta solución no es eficiente desde un punto de vista económico o social, ya que son mujeres que tienen un mayor bagaje académico y profesional que el de los hombres.

Por otra parte, hay muchas más madres que transitan de la ocupación a la inactividad dentro del colectivo femenino, en general, que padres que tomen esta decisión dentro del colectivo masculino. Esto se acusa de forma más generalizada en el tercer trimestre de cada año.

Los resultados que pone de manifiesto este artículo pueden repercutir negativamente en las carreras profesionales del colectivo femenino, así como en sus salarios y en sus pensiones de jubilación. A fin de lograr una verdadera igualdad entre hombres y mujeres, la sociedad española debe avanzar inexcusablemente en dos aspectos: por un lado, en conseguir una efectiva conciliación laboral y familiar, impulsada por las autoridades políticas y económicas, y, por otro, en el reparto real de tareas dentro del núcleo familiar.

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