El modelo de mediación diplomática de China puede ser efectivo

La consolidación de China en Oriente Medio

PHOTO/LUO XIAGUANG/XINHUA vía AP - Irán y Arabia Saudita acordaron restablecer relaciones diplomáticas y reabrir embajadas después de siete años de tensiones

Este documento es copia del original que ha sido publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en el siguiente enlace.

El reciente acuerdo entre Arabia Saudita e Irán, para el restablecimiento de relaciones diplomáticas, ha sido un acontecimiento que ha cambiado las dinámicas de seguridad en la región del Oriente Medio. El que este acuerdo se haya producido bajo los auspicios de China ha mostrado que su modelo diplomático para la región puede ser más efectivo que el estadounidense, por lo que se podría producir un cambio en el liderazgo de las grandes potencias en esta área global. Sin embargo, todavía existen importantes retos para la seguridad, que deben ser tratados con extrema delicadeza para evitar que una de las regiones más volátiles del planeta retorne a la conflictividad generalizada.

Introducción

Para el historiador Arnold J. Toynbee las civilizaciones van sucediéndose de una forma cíclica, pasando por las etapas de nacimiento, extensión, problemática y declive, lo que finalmente trae consigo el surgimiento de otra nueva civilización. Con una visión prospectiva del fenómeno de la globalización, este historiador profetizó que en un planeta unificado habría “un futuro para China en el viejo mundo”. Otro interesante punto de vista de su obra es el estudio de las zonas de encuentro entre civilizaciones, pues iluminan la historia1. Si tenemos en cuenta que el gran Oriente Medio puede ser una de estas zonas de confluencia y relevo de poderes, los acontecimientos que en ella sucedan pueden igualmente ser indicativos del grado de consecución del cambio global.

La región de estudio se encuentra entre las más conflictivas y volátiles del planeta. La existencia de la cuenca petrolífera y gasífera más importante a nivel mundial ha ocasionado que las principales potencias hayan manifestado un interés especial por esta porción asiática. Igualmente, la posición geográfica de estos territorios constituye una encrucijada de las comunicaciones globales por mar y tierra, poseyendo varios puntos de paso obligado para el tráfico marítimo como pueden ser los estrechos de Ormuz y Bab el Mandeb así como el Canal de Suez.

Esta área global ha sido testigo del enfrentamiento de grandes potencias durante la denominada Guerra Fría, configurándose finalmente bajo la prevalencia de los Estados Unidos tras la desaparición de la Unión Soviética. A pesar de ello, la zona nunca ha conocido la paz, produciéndose desde el cambio de siglo multitud de conflictos de todo tipo que han implicado a las potencias globales y regionales. También se ha observado la actividad de otros actores no estatales como grupos y organizaciones, caracterizados por sus connotaciones religiosas, ideológicas e incluso criminales.

Con el paso del tiempo los estadounidenses han ido perdiendo el interés primordial que tenían en esta zona al no ser tan dependientes de los hidrocarburos que produce. Igualmente, el cambio de prioridades norteamericanas hacia la región Asia-Pacífico han ido alejando de las miras estadounidenses los problemas del Oriente Medio, sin que esto quiera decir que no mantengan todavía una importante presencia y una notable influencia.

Por su parte China ha crecido como un gigante económico, ávido de recursos y necesitado de las vías de comunicación que le lleven hasta ellos. La gran región del Maxreq se constituye como algo primordial para los intereses chinos. Por ello, el vacío de poder que han ido dejando los norteamericanos se ha ido rellenado con la influencia pujante de China. No obstante, la actuación china se ha llevado a cabo mediante herramientas del poder de tipo económico y diplomático, e incluso de tipo informativo- cultural, con un rotundo pragmatismo que busca el beneficio sin interferir en los asuntos internos de los países con los que se relaciona.

La aproximación china ha causado un impacto positivo sobre una gran parte de los conflictos regionales, llegándose a producir acuerdos que podrían acabar con muchos enfrentamientos que se han hecho casi endémicos en la zona. El reciente pacto entre Arabia Saudita e Irán podría ser el punto de inflexión que incrementase esta tendencia de manera exponencial.

Sin embargo, existen todavía cuestiones preocupantes como pueden ser las relaciones de los países de la zona con Israel, el programa nuclear de Irán o el cuestionamiento de la fragilidad de los acuerdos alcanzados, que podrían devolver a la región a la volatilidad y al conflicto que la caracteriza.

Una aproximación geopolítica asiática para el Oriente Medio

El modelo que EE.UU. ha aplicado para extender su influencia como potencia global se puede definir como el de «un país, dos sistemas», mediante la implantación de la democracia en su territorio nacional y la hegemonía fuera de este. China tiene una visión distinta de en su modelo de relación, que se podría definir como un inverso del anterior, en el que los chinos serían hegemónicos dentro de sus fronteras y permisivos con los demás fuera de ellas2.

La conceptualización tradicional confucio-menciana se ha inspirado en lo que se podría denominar como “tian-xia” (todo bajo el cielo), en el que China se consideraba el centro del mundo, rodeado de un glacis defensivo de su influencia y que debería ser respetado por los pueblos que la rodeaban. Hoy en día parece que este concepto ha sido ampliado y superado, si se tiene en cuenta que los citados pueblos no se circunscriben a su área geográfica inmediata. Así, la “conectividad infraestructural” de China se ofrece a sus allegados como una aproximación de asistencia y de extensión de su poder, a cambio del control de determinadas instalaciones durante un largo periodo de tiempo. Otro aspecto del concepto global chino se basa en una concepción nueva de la soberanía y de las fronteras, que hace que los proyectos de comercio euroasiáticos dependan de la cooperación regional. De este modo se puede comprender la iniciativa de la Franja y Ruta de la Seda se pueda desarrollar sin límites territoriales o políticos predeterminados3. Esto es especialmente relevante si consideramos que gran parte del Oriente Medio posee fronteras trazadas con tiralíneas, sin que en ocasiones exista una distribución lógica del espacio geográfico.

Sobre la evolución del anterior modelo tradicional se desarrolla el actual cambio de paradigma global, en el que se pone de manifiesto la extensión de la influencia china lejos de su ancestral espacio de relación. Liu Mingfu basa su sueño chino sobre un planteamiento que bien podría encajar lo preconizado por George Modelski acerca de la teoría de la estabilidad hegemónica, según la que aproximadamente cada ciento veinte años se produce un relevo en el liderazgo4.

Esta aproximación, en la que no se busca la interferencia con la modalidad de gobierno, costumbres o los propios asuntos internos, parece que se está adaptando muy bien a la idiosincrasia de los Estados del gran Oriente Medio. Por ello, muchos de los líderes de estos países se encuentran en una situación de mayor comodidad junto a la gran potencia china, que busca hacer negocios sin exigir cambios ni preguntar por comportamientos.

En el ámbito de la seguridad esto se traduce en el ascenso de un nuevo tipo de diseño. Hasta ahora ha imperado en la región un concepto occidental basado en nociones clásicas, en el que se perseguía la derrota de un posible adversario al tiempo que se proporcionaban alianzas militares exclusivas, buscando fundamentalmente relaciones de bilateralidad. Frente a esta conceptualización ha aparecido una orientación hacia la creación de «percepciones de seguridad compartidas», a través del fomento de formatos para la creación de paz a través del desarrollo. De esta manera se puede comprender que por toda la región vayan apareciendo iniciativas para promover el diálogo entre antiguos rivales y el establecimiento de acuerdos multilaterales. Para ello, la diplomacia china ha intentado evitar los temas de conflicto entre los diferentes actores, al tiempo que ha fomentado alternativas de tipo multipolar a las antiguas soluciones estadounidenses para la región5.

No obstante, el camino que han emprendido los chinos no está exento de riesgos y escollos, ya que su política de alianzas compartidas y beneficios mutuos discurre a través de un rosario de puertos marítimos, puntos de paso obligado y territorios de una volatilidad inusitada. Ahora que la pesada gestión de estas áreas interconectadas va a recaer sobre las espaldas del gigante chino, es muy posible que resulte muy difícil mantener una política de equilibrios en una zona tan inestable y caracterizada por el cambio constante a una velocidad extraordinaria. Si a ello se suma el que otros rivales globales asuman un rol desestabilizador, es posible que China tenga un difícil reto por delante si quiere consolidarse como una potencia hegemónica.

La «larga marcha» de China en el Oriente Medio

China se viene perfilando, a caballo del cambio de siglo, como el actor con mayores aptitudes para el relevo hegemónico global. En su ascenso se podría marcar el año 2013 como un punto de inflexión, cuando consiguió el mayor PIB global en términos de poder adquisitivo y por el anuncio de la iniciativa de la Franja y Ruta de la Seda por parte del presidente Xi Jinping. El auge económico chino necesitaba recursos de todo tipo, incluidos los energéticos, para saciar la fuerte demanda de su pujante producción y consumo. Ello le obligaba a ampliar los antiguos espacios próximos de relación para buscar la expansión hacia nuevos lugares donde poner en marcha sus proyectos en tres ámbitos claramente marcados: Político, comercial (incluyendo el energético) y de seguridad. Hasta ahora la expansión china se ha producido de una forma aparentemente apacible, aunque una gran parte de pensadores occidentales la califican como paciente, sugiriendo que en su momento China cambiará de actitud6.

El desarrollo de los últimos acontecimientos marca una clara tendencia que confirma el afianzamiento de China como una potencia que ha llegado al Oriente Medio para quedarse. A este respecto merece la pena reseñar el cambio de orientación de los principales actores regionales y de las políticas de las potencias globales en la región.

La victoria electoral del candidato Joe Biden imprimió en EE. UU. un cambio en la actitud hacia su tradicional socio saudita, basándose en posturas idealistas en las que se cuestionaba la legitimidad saudí, achacándole intervencionismo exterior y falta de respeto por los derechos humanos. Debido a esto, las primeras intenciones norteamericanas fueron aislar internacionalmente a los saudíes, al tiempo que se buscaba el retorno al Plan de Acción Integral Conjunta (PAIC). Dicho documento limitaba y dilataba en el tiempo el programa nuclear iraní y el presidente Biden era un gran conocedor de este, por haberse acordado durante su mandato como vicepresidente.

El rechazo saudita a la política exterior estadounidense quedó de manifiesto cuando en el verano de 2022 el presidente Biden realizó una visita de conciliación, bajo la apariencia de asistir al régimen en su protección frente a las amenazas provenientes de Yemen por parte de los huzíes. La frialdad del recibimiento al presidente norteamericano contrastó con la cálida bienvenida que se prodigó al líder chino, Xi Jinping, cuando este visitó Arabia Saudita a finales de año7.

Otro nuevo acuerdo del siglo

El 10 de marzo de 2023 quedará reflejado en la historia como el día en que Arabia Saudita e Irán acordaron restablecer las relaciones diplomáticas. Se debe observar el contexto previo al acuerdo para constatar el cambio que se está produciendo en las dinámicas de la zona y su repercusión global. Partiendo de la tensión que se vivía en 2017 después de la ruptura de relaciones diplomáticas con Catar por parte de varios países árabes, encabezados por Arabia Saudita, la situación ha evolucionado con una rapidez inusitada. En 2021 se restablecieron dichas relaciones, abriendo un espacio de cooperación entre las monarquías del Golfo, del que China resultaba especialmente beneficiada y que sería un paso más hacia el establecimiento de un mercado de negocios en toda la región. También 2021 fue un año especial en las relaciones entre China e Irán, debido a la firma de un acuerdo integral de cooperación8. En esta escalera ascendente, el siguiente peldaño chino se debía dirigir a romper el hielo entre iraníes y saudíes.

Es interesante ver quiénes fueron los negociadores finales de cada parte, que llevaron todos los esfuerzos diplomáticos a su consecución. Por la parte iraní se encontraba el secretario del Consejo de Seguridad Nacional, Ali Shamkhani. Este militar ha ejercido importantes cargos en la Marina de Guerra de las fuerzas regulares o Artesh así como en la Guardia de la Revolución Islámica o Pasdaran. Su posición camaleónica le ha llevado a permanecer en el cargo desde 2013, abarcando diferentes legislaturas del espectro político iraní. Además, su origen árabe le proporciona un punto de encuentro con el modo de pensamiento que pudieran tener los saudíes9.

La parte saudita estaba representada por Musaad bin Mohammed al-Aiban, graduado por Harvard y asesor de Seguridad Nacional, siendo uno de los más veteranos ministros de Estado que además supo mantener unas relaciones cordiales con los estadounidenses durante la legislatura del presidente Trump10.

Que los máximos representantes de la seguridad de ambos países sean los que han llevado el acuerdo a su consecución es un gesto que debe ser interpretado. Es muy posible que el principal mensaje entre ambos y de cara al mundo, es que tanto iraníes como saudíes intentarán basar sus relaciones en la ausencia de conflictos, para proseguir en otros ámbitos con posterioridad. Igualmente se debe destacar la presencia del Sr. Wang Yi, director de la Oficina de la Comisión Central de Asuntos Exteriores del Comité Central del Partido Comunista de China, y diplomático con mayor estatus de su país. Posiblemente, el mensaje enviado por los chinos con su presencia aluda a la trascendencia que estos dan a la consecución del acuerdo.

El incremento en la percepción de la seguridad ha llevado a que a mediados de abril de 2023 hayan comenzado los contactos entre Siria y Arabia Saudita para el futuro restablecimiento de las relaciones diplomáticas, que podrían llevar a estabilizar el régimen de Al Assad y el retorno sirio a la Liga Árabe11. Para los chinos, quienes mantienen buenas relaciones con Irak, si se produjese la estabilidad en el Levante se podrían abrir las rutas de comunicación terrestres de su iniciativa de la Franja y la Ruta hasta los puertos sirios del Mediterráneo.

Otro escenario de distensión lo constituye el territorio de Yemen, donde la coalición liderada por Arabia Saudita se encuentra implicada en un conflicto contra el movimiento huzí, sin que se hayan podido obtener resultados definitivos por alguna de las facciones implicadas. Los contactos diplomáticos entre saudíes y los rebeldes yemeníes han logrado un alto el fuego y el intercambio de prisioneros como un primer paso de aproximación12.

En este conflicto los sauditas se encuentran en un verdadero avispero, no solo por el desgaste las fuerzas empeñadas en combate, sino por las acciones realizadas por los houzíes contra territorio saudita con misiles y drones de supuesta procedencia iraní. Por su parte, Irán se encuentra en una ratonera, debido a que los apoyos prestados a los houzíes desgastan su maltrecha economía en un momento de malestar social. La liberación de gran parte del material proporcionado para el conflicto de Yemen podría ser derivado al conflicto de Ucrania, donde ya se ha visto armamento de procedencia iraní. La distensión en el escenario yemení sería igualmente beneficioso para China, debido a que por las aguas del Golfo de Adén discurre una importante ruta de comercio en dirección al Canal de Suez y hacia los puertos extractivos del continente africano.

Un nuevo paso hacia la distensión lo puede constituir el anuncio de la recuperación de las relaciones diplomáticas entre Catar y Bahréin, auspiciadas por Arabia Saudita. Las disputas entre ambos actores han seguido una senda de reconciliación desde la cumbre entre China y los países del Consejo de Cooperación del Golfo del pasado mes de diciembre13. De nuevo la sombra del gigante asiático, ávido de recursos energéticos, se vislumbra en esta posible aproximación.

La delicada posición de Israel

Aunque en el Oriente Medio nada es imposible, Israel ve con preocupación la evolución de los acontecimientos y teme que el acercamiento de posturas entre árabes e iraníes debiliten los pasos que aproximaron a los Estados israelíes y árabes motivados por los Acuerdos de Abraham.

Los temores israelíes se ven todavía más acrecentados al ver como EE.UU. pierde presencia en la región en favor de China. La disminución del poder de su aliado tradicional deja en Israel una sensación de incertidumbre, si se tiene en cuenta que Irán ha preconizado la desaparición del Estado de Israel desde que se implantase el régimen de los ayatolás.

Una consecuencia de la tendencia del cambio de liderazgo en la región ha sido el reciente nombramiento de Arabia Saudita como «socio de diálogo» de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), teniendo en cuenta que Irán consiguió su acceso como miembro de pleno derecho a la organización el pasado otoño14.

En el ámbito del conflicto palestino-israelí, la peregrinación a La Meca de una delegación del grupo Hamás, encabezada por los líderes Ismail Haniyeh y Khaled Meshaal, es un hecho que marca su acercamiento hacia los saudíes. Hay que tener en cuenta que a principios de abril Arabia Saudita protestó por la actuación de las fuerzas de seguridad de Israel, cuando estas intervinieron en los patios de la mezquita de al-Aqsa deteniendo a varios palestinos durante el Ramadán15. En paralelo con lo anterior se produjo la visita a Yeda del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, donde le recibió el príncipe Mohamed bin Salman (MbS). Durante la reunión se expresó el derecho palestino a poseer un Estado independiente, con Jerusalén-Este como su capital16. La puesta en contexto de esta concatenación de hechos puede llevar a Israel a percibir su progresivo aislamiento, lo que acrecienta su sensación de vulnerabilidad.

Israel interpreta como un riesgo existencial la posesión de armamento nuclear por parte de algún actor de la región, habiendo puesto de manifiesto su determinación para evitarlo cuando en el pasado se desarrollaron programas nucleares en Irak y Siria. La necesidad de que estos posibles adversarios no se dotasen de la capacidad nuclear militar, llevó a las fuerzas armadas israelíes a ejecutar operaciones para la destrucción de las instalaciones nucleares que dichos Estados poseían.

En la actualidad el programa nuclear iraní se encuentra en una fase en la que se ha producido uranio enriquecido al 84 por ciento, constituyendo prácticamente un grado de enriquecimiento militar17. La asociación del programa nuclear al programa de misiles iraní puede llevar a Israel a pensar que de nuevo se puede encontrar en una situación de vulnerabilidad extrema, a la que hay que añadir que la protección activa y pasiva de las instalaciones iraníes es suficientemente efectiva.

Conclusiones

El interés de China por Oriente Medio le ha llevado a consolidarse como una potencia global en ascenso exponencial dentro de la región. Lejos de emplear la herramienta del poder militar, el uso de otras herramientas le ha proporcionado una aproximación sutil a la zona, en la que se encuentra ampliando su presencia. Este nuevo modelo de pax sínica, concuerda con los planteamientos confucianos de vencer sin tener que luchar.

Además, el modelo de relación que plantea China para los regímenes de la región es muy favorable para ellos. El pragmatismo chino les conduce a una situación de entendimiento mutuo, en el que no se cuestionan las actuaciones ni los comportamientos si se pueden llevar a cabo negocios lucrativos. En este entorno las culturas orientales se encuentran mucho más cómodas que en otros ámbitos, en los que impera la democracia liberal, la economía de mercado y demasiada preocupación por los derechos humanos.

Este tipo de actuación ha provocado un cambio que ha llevado a la consecución de una multitud de acuerdos encadenados unos con otros. Se considera el que afecta a Arabia Saudita e Irán como un punto de inflexión en esta secuencia de acontecimientos, por ser el que ha puesto de manifiesto la posibilidad de acercar posturas entre estos dos rivales tradicionales gracias a la mediación de China.

Pese a ello, a China se le presenta una serie de importantes retos. El primero de ellos es el mantenimiento y la profundización en lo que ya ha conseguido. Pero más allá de los logros alcanzados hay que tener en cuenta que la dinámica de la región lleva a que se hayan degradado otros escenarios de relación como pueden ser todos los que rodean al Estado de Israel, donde se vive con honda preocupación la evolución de los acontecimientos. Por ello, la progresión de los conflictos palestino-israelí, libanés, la presencia de organizaciones afines a Irán en Siria y el programa nuclear iraní son elementos críticos que China debe gestionar con extrema delicadeza.
Frente al planteamiento chino, el modelo de pax americana más orientado al divide et impera, parece que no ha proporcionado los resultados apetecidos. Esto confirma a los regímenes de la zona que las reformas liberales que se han llevado a cabo a lo largo de los años podrían haber sido una solución errónea, dadas las características consustanciales de la naturaleza de estos países y sus territorios.

Además, los estadounidenses siguen otorgando la prioridad global al escenario de la región Asia-Pacífico, por lo que este cambio de orientación ha creado un vació de poder. No se considera que este vaya a ser total, ni mucho menos, sino el suficiente para poder seguir controlando las principales zonas de interés. Este control puede basarse en determinados puntos de anclaje, como las bases militares, o mediante la entrega de armamento sofisticado, necesario para el mantenimiento de la seguridad en un entorno en el que todos desconfían de todos. Parece, por tanto, que quedarán lejos las grandes intervenciones norteamericanas en la región después de las experiencias de Irak o Afganistán y que posiblemente el gigante estadounidense, consciente de las limitaciones de su grandeza, se limite a intervenciones que equilibren de algún modo los poderes del resto de los actores.

En todo caso, los acontecimientos sucedidos en el Oriente Medio han sido presentados por los chinos ante el mundo como una muestra de su nuevo poder global, al conseguir que los mayores rivales de la región hayan acudido a dirimir sus diferencias dentro de los muros de la Cuidad Prohibida. Enlazando el acuerdo entre saudíes e iraníes con las visitas a China de otros dirigentes mundiales, parece que las percepciones del cambio de liderazgo global se están haciendo patentes para todos los actores del sistema internacional.

José Ignacio Castro Torres COR. ET. INF. DEM

Doctor en Estudios de Paz y Seguridad Internacional

Analista del IEEE

Referencias: 

1 TOYNBEE, Arnold Joseph; SOMERVELL, David Churchill. Civilization on trial. New York: Oxford University Press, 1948. pp. 159-161.

2 MINGFU, Liu; RHODE, Grant. The China Dream: Great Power Thinking & Strategic Posture in the Post- American Era. Naval War College Review, 2016, vol. 69, no 2, p. 146.

3 NARINS, Thomas P.; AGNEW, John. Missing from the map: Chinese exceptionalism, sovereignty regimes and the Belt Road Initiative. Geopolitics, 2020, vol. 25, no 4, pp. 810-813.

4 SARI, Ni Komang; Cempaka Yulia; WICAKSANA, I. Gede Wahyu. United States in Asia: Transition in the International System and Restraining China Influence. 2022. p. 530.

5 AHMED MOONAKAL, Nadeem. “The Impact and Implications of China’s Growing Influence in the Middle East”. The Diplomat, July 09, 2022. https://thediplomat.com/2022/07/the-impact-and-implications-of- chinas-growing-influence-in-the-middle-east/ (consultado 17/04/2022)

6 Para estudiar en mayor detalle la evolución de los acontecimientos que han llevado a China a situarse en un papel de protagonismo en la región del Oriente Medio se sugiere la lectura del siguiente artículo, con el que enlaza el presente documento: SANCHEZ TAPIA, Felipe. El dragón y la media luna: una aproximación a la presencia de China en Oriente. Medio. Documento de Análisis IEEE núm 16/2019. https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2019/DIEEEA16_2019FELSAN-ChinaOM.pdf (consultado 18/04/2023)

7 Para un estudio en mayor profundidad del desarrollo de los acontecimientos acaecidos durante el año 2022 se sugiere la lectura del documento CASTRO TORRES, José Ignacio. Arabia Saudita entre el Rimland y la confluencia de las grandes potencias. Documento de Análisis IEEE núm. 05/2023. https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2023/DIEEEA05_2023_JOSCAS_Arabia.pdf (consultado 19/04/2023)

8 FULTON, Jonathan. China between Iran and the Gulf monarchies. Middle East Policy, 2021, vol. 28, no 3-4, p. 203-216. Para un estudio en mayor detalle del retorno de las relaciones diplomáticas entre Qatar y Arabia Saudita se sugiere la lectura de: CASTRO TORRES, José Ignacio. Del poder blando al poder sutil: El    caso    de    Catar.    Documento    de    Análisis    IEEE    83/2022. https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2022/DIEEEA83_2022_JOSCAS_Catar.pdf

9 BRODSKY, Jason M. “The race to replace Ali Shamkhani, Iran’s most palatable interlocutor with the West”Middle East Institute, March 6, 2023. https://www.mei.edu/publications/race-replace-ali-shamkhani- irans-most-palatable-interlocutor-west (consultado 19/04/2023)

10 SCHECK, Justin; HOPE, Bradley. “How Saudi Prince MBS Played Trump and Got the Keys to the Kingdom”. Daily Beast, Aug. 31, 2020. https://www.thedailybeast.com/how-saudi-prince-mbs-played- trump-and-got-the-keys-to-the-kingdom (consultado 19/04/2023)

11 France24 “Saudi readies Arab talks on Syria as Mideast diplomacy shifts”. 13/04/2023. https://www.france24.com/en/live-news/20230413-saudi-readies-arab-talks-on-syria-as-mideast- diplomacy-shifts (consultado 22/04/2023)

12 Gulf News. “Saudi envoy says in Yemen’s rebel-held capital to ‘stabilise’ truce, in first official comment”. April 11, 2023. https://gulfnews.com/world/gulf/saudi/saudi-envoy-says-in-yemens-rebel-held-capital-to- stabilise-truce-in-first-official-comment-1.95056371 (consultado 21/04/2023)

13 HUDHAIFA Ebrahim. “Bahrain, Qatar Agree To Resume Diplomatic Relations After 2-year Blockade” The media line, 04/18/2023. https://themedialine.org/by-region/bahrain-qatar-agree-to-resume-diplomatic- relations-after-2-year-blockade/ (consultado 21/04/2023)

14    Aljazeera.    “Saudi    partners    with    China-led    security    bloc    as    ties    grow”    29Mar2023. https://www.aljazeera.com/news/2023/3/29/saudi-partners-with-china-led-security-bloc-as-ties-grow (consultado 22/04/2023)

15 ABUEISH, Tamara. “Saudi Arabia condemns Israeli police attacks on al-Aqsa Mosque during Ramadan”. Alarabiya      2023/04/05    https://english.alarabiya.net/News/saudi-arabia/2023/04/05/Saudi-Arabia- condemns-Israeli-police-attacks-on-al-Aqsa-Mosque-during-Ramadan (consultado 21/04/2023)

16 OBEID, Ghinwa. “Saudi Crown Prince, Palestinian President Abbas discuss latest developments” Alarabiya, 2023/04/19 https://english.alarabiya.net/News/saudi-arabia/2023/04/19/Saudi-Crown-Prince- Palestinian-President-Abbas-discuss-latest-developments (consultado 21/04/2023)

17 MURPHY, Francois. “US, European powers express alarm at Iran enriching uranium to 84%” Reuters, March 8, 2023. https://www.reuters.com/world/us-european-powers-express-alarm-iran-enriching- uranium-84-2023-03-08/ (consultado 21/04/2023)

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