Un informe publicado por la organización Save The Children estima que al menos 426 niños por día se encuentran en riesgo de muerte por hambre por el impacto de la pandemia del coronavirus

La COVID-19 en África subsahariana, el virus que podría acabar con la vida de 67.000 niños

PHOTO/SAVE THE CHILDREN - Un informe publicado por la organización Save The Children estima que al menos 426 niños por día se encuentran en riesgo de muerte por hambre por el impacto de la pandemia del coronavirus

La pandemia del coronavirus ha llevado a algunas regiones de África subsahariana al borde del abismo. El impacto de esta enfermedad ha provocado que más de 67.000 niños corran el riesgo de morir de hambre en África subsahariana antes de que acabe este año, según ha señalado un estudio elaborado por la organización Save The Children, que indica que un promedio de 426 niños por día está en riesgo de perder la vida al menos que se tomen medidas urgentes.

La inseguridad alimentaria es según la organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación (FAO) “la probabilidad de una disminución drástica del acceso a los alimentos o de los niveles de consumo, debido a los riesgos ambientales o sociales, o a una reducida capacidad de respuesta”. En contra, la seguridad alimentaria según esta misma organización aparece cuando “todas las personas tienen acceso físico, social y económico a alimentos seguros, nutritivos y en cantidad suficiente para satisfacer sus requerimientos nutricionales y preferencias alimentarias para poder llevar una vida activa y saludable”.

Las inundaciones, las tormentas de langostas o el aumento de los precios de alimentos han agravado esta situación de inseguridad alimentaria. La aparición del coronavirus ha exacerbado las desigualdades ya existentes y ha paralizado la economía. Además, este patógeno ha llevado a decenas de personas a quedarse sin un modo de obtener ingresos, necesarios para acceder a los servicios de salud o para comprar productos básicos. La actual pandemia le costará a la región de África subsahariana entre 37.000 y 79.000 millones de dólares en pérdidas de producción solo en este 2020, lo que reducirá la productividad agrícola, debilitará las cadenas de suministro, aumentará las tensiones comerciales, limitará las perspectivas de empleo y exacerbará la incertidumbre política y normativa, de acuerdo con el Banco Mundial. 

El coronavirus podría aumentar la pobreza hasta en un 23 por ciento en África subsahariana, según han estimado algunas organizaciones internacionales, que prevén que pará 2030, unos 433 millones de personas estarán desnutridas en África. “La vida fue difícil para mí y para mi familia, pero trabajé duro y sobrevivimos. El coronavirus ha empeorado mi situación. Ahora, los trabajos son pocos. Antes de recibir apoyo, solo comíamos una vez al día y eso era solo por la mañana. He visto a mis hijos dormirse con hambre. El peor sentimiento para una madre es cuando no alimenta a su familia”, ha dicho a Save The Children, Ubah, una madre de seis hijos que viven en Puntland, Somalia. 

El aumento de los precios y la dificultad para acceder a determinados servicios básicos han llevado a miles de niños a vivir en riesgo de desnutrición severa. La ONG Save The Children ha informado de que antes de la pandemia, más de 26 millones de niños en África oriental y meridional presentaban retraso en el crecimiento y 2,6 millones de niños padecían desnutrición aguda grave, la forma más mortal de desnutrición. Esta misma organización estima que en África Occidental y central, al menos 15,4 millones de niños menores de cinco años padezcan desnutrición aguda grave este año; un aumento del veinte por ciento con respecto a estimaciones anteriores. 

Ya estamos viendo los efectos devastadores de este virus en algunas de las personas más hambrientas del mundo. Las medidas de coronavirus han diezmado los medios de vida y la producción de cultivos, los trabajos se han paralizado y los alimentos se están volviendo cada vez más caros, si es que están disponibles. En pocas palabras, muchos padres ya no pueden poner comida en la mesa para sus hijos”, ha lamentado Ian Vale, director regional de Save the Children en África Oriental y Meridional.

África subsahariana era una de las regiones del mundo con mayor inseguridad alimentaria, incluso antes de la aparición de este patógeno, que ya ha infectado a cerca de 25,5 millones de personas en todo el mundo. Save The Children teme que esta zona se convierta en el hogar de más de la mitad de las personas que padecen hambre crónica en el mundo si continúan las tendencias actuales. “Ya estamos viendo que cada día llegan más niños a nuestras clínicas que sufren de desnutrición, y sabemos que solo estamos en el comienzo. Si esperamos hasta que las clínicas estén llenas, será demasiado tarde. La crisis alimentaria podría matar a decenas de miles de niños a menos que reciban asistencia humanitaria de inmediato. No podemos permitirnos el lujo de esperar”, ha subrayado Vale. 

Esta ONG ha respondido a la actual crisis sanitaria y alimentaria proporcionando alimentos e incluso dinero a todas aquellas familias que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Asimismo, ha incrementado sus esfuerzos para garantizar el acceso a agua potable y limpia y proporcionar el acceso a los servicios de salud y nutrición de una manera segura para el coronavirus. 
 

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