Dirigentes de países relevantes como Qatar, Turquía o Irán se encontraron en Malasia para reforzar lazos, sobre todo, en materia económica

La cumbre de Kuala Lumpur impulsa la cooperación económica musulmana

PHOTO/ISKANDAR/BERNAMA - El primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, pronuncia un discurso durante la apertura de la Cumbre de Kuala Lumpur 2019, en el Centro de Convenciones de Kuala Lumpur

Malasia organizó la cumbre de Kuala Lumpur 2019 entre el 18 y el 21 de diciembre bajo el lema ‘El papel del desarrollo para alcanzar la soberanía nacional’ de cara a abordar los desafíos que enfrenta el mundo musulmán. El principal reto ha sido el que anunció el primer ministro malayo, Mahathir Mohamad, de conformar un espacio económico conjunto liderado por cinco naciones como su propio país, Qatar, la República Islámica de Irán, Indonesia, Turquía y Pakistán.

Más países del entorno musulmán integrantes de Organización para la Cooperación Islámica (OIC, por sus siglas en inglés) también asistieron al cónclave; aunque esta institución puede verse ahora sustituida a efectos prácticos por el nuevo grupo de países y la nueva estructura económica que se quiere disponer. La antigua formación de ocho establecida en los años 90 del siglo XX estaba compuesta por Indonesia, Bangladesh, Pakistán, Irán, Turquía, Malasia, Egipto y Nigeria y la nueva encabezada por las seis naciones citadas antes pretende relevarla porque la primera no ha tenido los resultados esperados. Además, se personaron en el encuentro en Malasia diversos empresarios, académicos, políticos e intelectuales para abordar diversas materias económicas, políticas, sociales y religiosas en torno al mundo musulmán. 

Mahathir Mohamad expresó la necesidad de crear un nuevo ente económico islámico para potenciar la cooperación entre Estados vinculados al islam. Este nuevo grupo comenzó a trabajar ya con la participación de 450 empresas, políticos y figuras del entorno islámico. Entre estas naciones se reforzarán los lazos comerciales, punto a destacar teniendo en cuenta la gran densidad demográfica que aportan varias de estas (solamente Pakistán, Turquía y Malasia acogen una población conjunta de 562 millones de habitantes), lo que supone un gran mercado potencial si se facilitan los intercambios comerciales. 

Malasia, Kuala Lumpur: (de izquierda a derecha) secretario general de la Cumbre de Kuala Lumpur Abderazzak Makri, viceprimer ministro de la República de Uzbekistán Elyor Ganiev, viceprimer ministro de Qatar Mohammed Abdulrahman Jassim al-Thani, presidente de la República Islámica de Irán Hasan Rohaní, emir de Qatar Tamim bin Hamad al-Thani, primer ministro de Malasia Mahathir Mohamad, rey Abdullah de Pahang de Malasia, su esposa Azizah Aminah Maimunah Iskandariah, y la esposa de Mahathir Mohamad, Hasmah Mohd Ali, la primera dama de Turquía, Emine Erdogan, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, el asesor de Estado del presidente de la República de Uzbekistán, Rustam Kasimov, el viceprimer ministro de Malasia, Wan Azizah Ismail, y el secretario general adjunto de la Cumbre de Kuala Lumpur, Samsudin Osman, posan para una foto de grupo en la apertura de la Cumbre de Kuala Lumpur de 2019, en el Centro de Convenciones de Kuala Lumpur

Esta nueva alianza presenta algunos inconvenientes que tienen que ver con las desigualdades entre las economías de sus integrantes. Por ejemplo, Turquía, Indonesia y Malasia se centran en la producción, pero las economías de Qatar y Pakistán dependen de las exportaciones de materias primas, como el petróleo en el caso qatarí. 

Las diferencias en cuanto al Producto Interior Bruto (PIB) son palpables también. Así, Indonesia cuenta con un PIB de algo más de un billón de dólares, Turquía con uno de 766.000 millones de dólares, Malasia 354.000 millones de dólares, Pakistán 312.000 millones de dólares y Qatar 192.000 millones de dólares. Los diferentes tamaños de las economías pueden generar desigualdades obvias y provocar que, finalmente, los países más potentes tengan otros intereses y direcciones financieras que dejen atrás al resto. 

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, pronuncia su discurso durante la ceremonia de apertura de la Cumbre de Kuala Lumpur, en Kuala Lumpur, el 19 de diciembre de 2019

Por otro lado, uno de los principales ausentes de la cita fue Arabia Saudí, el gran representante del Golfo no acudió al encuentro, en el que estaban algunas naciones enemigas del Reino, como Qatar, alineado ahora con Irán, principal representante de la rama chií del islam, rival de la suní, encabezada principalmente por los saudíes. Esta ausencia puso de manifiesto la falta de presencia importante de la nación saudí en determinadas esferas del ámbito musulmán. 

La cumbre de Kuala Lumpur (comandada por Turquía, Irán y Qatar) ha sido vista como un intento de reducir la preminencia de Arabia Saudí, y de otros países del Golfo como Emiratos Árabes Unidos (EAU), sobre la esfera diplomática y económica árabe y musulmana. Y es que los países dirigidos por Recep Tayyip Erdogan, Hasan Rohaní y el emir Tamim bin Hamad al-Thani son enemigos declarados de Arabia Saudí y del grupo que lidera este en Oriente Medio. 

El emir de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad al-Thani, habla durante la Cumbre de Kuala Lumpur en Kuala Lumpur, Malasia, el 19 de diciembre de 2019

Precisamente, el intento de sustituir a la Organización para la Cooperación Islámica, formada por 57 países y cuyo centro de operaciones está en Yeda (Arabia Saudí), por esta nueva alianza (principalmente económica) que surge de la cumbre de Kuala Lumpur ha recibido ya duras críticas. De esta forma, Yousef al-Othaimeen, secretario general de la OIC, criticó cualquier tipo de esfuerzo fuera del marco de su organización al considerarlo "fuera de tono" y una forma de "debilitar el islam y a los musulmanes". En declaraciones recogidas por el canal estatal saudí Al Ejbariya, Al Othaimeen insistió en que la OIC une a todos los musulmanes y permite cualquier encuentro islámico siempre que sea bajo su amparo. Por otro lado, Anwar Gargash, ministro de Estado de Asuntos Exteriores de EAU, indicó en la red social Twitter que "debilitar la Organización para la Cooperación Islámica no va en el interés del mundo islámico y sus países". El diplomático emiratí, país alineado con Arabia Saudí, se mostró contrariado y, al mismo tiempo, convencido de que esta "fragmentación selectiva" es sólo una cosa temporal.

Antes del propio inicio de la cumbre de Kuala Lumpur, el rey saudí Salman bin Abdulaziz bin al-Saud conversó telefónicamente con el primer ministro malayo Mohamad y le trasladó la importancia de la OIC como plataforma para arreglar los problemas del mundo islámico, según apuntó la agencia oficial de noticias saudí SPA.

El presidente iraní Hasan Rohaní habla durante la Cumbre de Kuala Lumpur en Kuala Lumpur, Malasia, el 19 de diciembre de 2019

Tras el cónclave de Kuala Lumpur se ha vuelto a poner de manifiesto la división entre dos principales bloques, uno el liderado por Arabia Saudí y gran parte de los países del Golfo y otro el encabezado por Irán y Qatar. Precisamente, Qatar sigue sumido en el bloqueo político y económico que le impusieron Arabia Saudí, Bahréin, Egipto, EAU en 2017 tras ser acusado de apoyar a grupos terroristas como los Hermanos Musulmanes y de entrometerse en los asuntos internos de otros Estados, algo que siempre ha sido negado por Doha. Ante este embargo, Qatar acabó estrechando lazos económicos y diplomáticos con Irán y Turquía, lo que le ha alejado de sus vecinos del golfo Pérsico. 

Mientras, el régimen de los ayatolás también esta inmerso en una contienda internacional ya que es acusado de amenazar la seguridad en Oriente Medio por estar detrás de incidentes relacionados con el tránsito de buques petroleros y de ataques a infraestructuras petrolíferas y aeroportuarias en territorio saudí. Acusación también negada desde Teherán.

19 de diciembre de 2019, Malasia, Kuala Lumpur: (De izquierda a derecha) El presidente turco Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro malayo Mahathir Mohamad y el presidente iraní Hasan Rohaní posan para una foto de grupo después de una sesión de mesa redonda durante la Cumbre de Kuala Lumpur 2019, en el Centro de Convenciones de Kuala Lumpur

Este conflicto con Irán arranca tras las sanciones políticas y económicas que decretó Estados Unidos en 2018 por el incumplimiento iraní de términos recogidos en el pacto nuclear del Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés), firmado en 2015 por estos dos países junto con Rusia, China, Francia, Alemania y Reino Unido, por el que se limitaba el programa atómico iraní a cambio de beneficios económicos y políticos. El Gobierno norteamericano de Donald Trump decidió salirse de este acuerdo y aplicar las medidas punitivas contra el país persa, siendo las más destacables las que afectaban al comercio del crudo, principal fuente de ingresos iraní; ante lo cual llegó la respuesta del presidente Hasan Rohaní, quien amenazó con seguir tratando con su petróleo y con bloquear el tránsito marítimo en aguas del Golfo y el estrecho de Ormuz, principal zona de paso del comercio petrolero mundial. 

Ante este escenario de bloqueos y sanciones diversas, en Kuala Lumpur se ha planteado la opción de establecer una moneda común. Así, Irán, Malasia, Turquía, Indonesia y Qatar consideraron durante este encuentro la opción de establecer esta nueva moneda común para las transacciones dentro del grupo e incluso comerciar entre ellos mediante el oro a través de un sistema de intercambios para hacer frente a sanciones internacionales recibidas, como cobertura ante cualquier medida económica contra ellos. 

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan (L) durante un encuentro con el presidente iraní Hasan Rohaní durante la Cumbre de Líderes Musulmanes de Kuala Lumpur el 19 de diciembre de 2019

Al final de la cumbre de Kuala Lumpur, el primer ministro malayo elogió a Irán y Qatar por resistir los embates económicos recibidos por parte de Arabia Saudí, Egipto, EAU, Bahréin y EEUU e indicó la importancia de que el mundo musulmán sea autosuficiente ante futuras amenazas. “Con el mundo testigo de que las naciones toman decisiones unilaterales para imponer medidas punitivas, Malasia y otras naciones siempre deben tener en cuenta que se puede imponer a cualquiera de nosotros”, expresó Mahathir Mohamad, según palabras recogidas por el medio especializado Oro Información. “He sugerido que volvamos a la idea de comerciar utilizando el dinar de oro y el intercambio entre nosotros. Estamos estudiando esto seriamente y esperamos poder encontrar un mecanismo para ponerlo en práctica”, resaltó el primer ministro malayo. 

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