La muerte de Soleimani, puede poner en jaque la viabilidad del acuerdo nuclear con Irán

La diplomacia europea se la juega en Irak

REUTERS/LUISA GONZALEZ - Josep Borrell, Alto Representante de la Unión para la Política Exterior y de Seguridad

La escalada de la tensión en Oriente Medio ha pillado a contrapié a la Unión Europea y a muchos de sus Estados Miembro. Además de ser unas fechas complicadas y de que la nueva Comisión y su Servicio de Acción Exterior, al mando de Josep Borrell, apenas llevan un mes en funcionamiento, se le debe añadir la escasa consideración que ha mostrado la Administración Trump con sus socios de la OTAN. Poco le ha importado al presidente estadounidense la extensa presencia de tropas de países aliados en la región, apoyando entre otras cosas, la Coalición Internacional Contra el Estado Islámico (CJTF) que lidera Estados Unidos. En ningún momento el presidente norteamericano avisó con antelación del ataque que se iba a producir, y en el que se acabaría con la vida del general Qassem Soleimani, lo que supone una absoluta falta de lealtad a los países que apoyan su presencia militar en la región.

La participación de países de la Unión Europea en la operación Inherent Resolve de la CJTF es de gran importancia para Estados Unidos. La aportación de países como Italia está cerca de los 1500 efectivos a través de su operación Prima Parthica, Francia mantiene también en torno 1000 militares desplegados en la denominada operación Chammal, España está presente con 600 militares y Alemania con otros 450. No son los únicos, pero si algunos de los contingentes más relevantes. Estas cifras son lo suficientemente destacables como para esperar que la actitud estadounidense hacia sus aliados sea diferente a la mantenida en los momentos previos al ataque perpetrado, para apuntalar la prevención y extremar la seguridad de las fuerzas desplegadas ante posibles represalias. Aparte de las aportaciones que a nivel individual realizan estos socios europeos, el propio ente comunitario tiene desplegada su propia misión, la EUAM Irak, que con casi un centenar de efectivos colabora con el fortalecimiento del sector secutirario iraquí y afianzan el compromiso de la Unión Europea con la región y con su aliado atlántico. A pesar de que la presencia militar en Irak puede ser la que se vea más afectada en el corto plazo, hay que tener en cuenta que las redes de milicias tejidas por Soleimani se extienden por otros países, como Líbano, donde también hay tropas de países europeos desplegadas bajo el paraguas de Naciones Unidas.

Las primeras reacciones de los socios europeos fueron en la misma línea: la petición de una desescalada en la región. Desde el británico Dominic Raab, hasta la francesa Amélie de Montchalin. El propio Macron hablo con Vladimir Putin, acordando una postura favorable a rebajar la tensión en la región. El ministerio de asuntos exteriores alemán, sin embargo, fue un paso más allá, a través de Ulrik Demmer, se incidió en que la acción estadounidense respondía a una serie de provocaciones del régimen iraní a través de estas milicias, a las que Washington se ha visto obligado a reaccionar. Recordaba además, la pertenencia del general iraní a la lista de terroristas de la propia Unión Europea. Ya de forma posterior, el secretario de estado norteamericano, Mike Pompeo, mantenía conversaciones con el propio Dominic Raab, Jean-Yves Le Drian y Heiko Maas. Más tardías fueron las primeras declaraciones comunitarias, dado su papel en la región como mediador en el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA por sus siglas en inglés) sobre el programa nuclear iraní, se exigía cierta cautela. El primero en hacerlo fue el presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, que aludía a la necesidad de frenar la escalada de provocaciones y reacciones que está teniendo lugar. A última hora del viernes se emitía el comunicado del Alto Representante, Josep Borrell,  en el que se apelaba a la responsabilidad de los actores involucrados en la escalada que podrían acabar con décadas de esfuerzo y desarrollo para la estabilización de Irak. El comunicado tendía la mano a todos para representar el papel de mediador que la Unión Europea puede desarrollar también en este ámbito, de forma que se favorezca la reversión de la dinámica alcista de la tensión en la región.

Para la Unión Europea, la relación con Irán es importante, pues ha sido uno los pocos escenarios en los que su diplomacia ha tenido un papel preponderante. Desde que en 2015 se acordase en Viena la estrategia para controlar y reducir el programa nuclear iraní, la UE ha ejercido de mediador entre EEUU e Irán para que este acuerdo fructificase. Bruselas lo ha seguido haciendo a pesar de que Trump sacó a Estados Unidos del acuerdo a mediados de 2018, reactivando las sanciones sobre el país asiático. Con estas sanciones, las suspendidas y las nuevas de la era Trump, Estados Unidos pretendía ejercer una presión máxima, según palabras textuales. Ante esta presión, la Unión Europea trató de actuar como contrapeso, favoreciendo un intercambio y aliviando la situación económica de Irán para mantenerlo a cambio dentro del JCPOA. A pesar de estos esfuerzos europeos, y ante la presión estadounidense, Irán ha ido perdiendo su predisposición al cumplimiento de los acuerdos, anteponiendo el cumplimiento a las ofertas que la UE hiciera para paliar el bloqueo comercial. En los últimos meses de 2019, además, Teherán ha anunciado nuevas medidas que atentan, directamente contra el acuerdo de 2015, como la construcción de 30 nuevas centrifugadoras avanzadas anunciada el pasado noviembre. 

Con el futuro del acuerdo nuclear en juego y tras las primeras horas de incertidumbre tras el ataque, las comunicaciones entre las partes, incluso entre EEUU e Irán a través del embajador suizo en Teherán, se han sucedido. En el caso de la Unión Europea, el propio Borrell mantuvo una conversación con su homólogo iraní, Mohammad Javad Zarif. Según el comunicado del EEAS, durante ésta se ha vuelto a incidir en el papel que puede ejercer Bruselas en la desescalada de los acontecimientos y urge a Irán a la contención y a considerar la posible respuesta. También se ha tratado la situación relativa al JCPOA, que la UE coordina y con el que los participantes restantes están plenamente comprometidos. En ese sentido, el Alto Representante ha invitado a Zarif a Bruselas para tratar las cuestiones relativas al acuerdo nuclear y sobre todo, para mostrar un gesto de acercamiento a Teherán tras la muerte de una de sus principales figuras.

Mientras toda esta diplomacia tiene lugar, la delicada situación que se vive en Irak ahora mismo tiene consecuencias directas sobre los contingentes europeos allí desplegados. En el caso español, pero también en el caso de otros aliados europeos, se ha comunicado la suspensión de la actividad en las tareas de adiestramiento y capacitación de las fuerzas iraquíes. Se prioriza así la precaución y seguridad de los militares desplegados, manteniéndose en todo momento dentro de los emplazamientos extremando la seguridad ante el desarrollo de los acontecimientos. Está en discusión también la situación de la propia operación Inherent Resolve, dada la intención de parlamento iraquí de discutir la presencia estadounidense en el país y en caso negativo, de si deben abandonarlo de forma inmediata o escalonada. De producirse su retirada, la presencia de otros contingentes supeditados a esta operación que dirige Estados Unidos  quedaría en el aire y el leve progreso realizado hasta ahora podría verse tremendamente comprometido. 
 

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato