La exposición nos transporta por el arte del país norteafricano durante tres épocas desde la independencia hasta el presente

La evolución del arte contemporáneo marroquí llega al Museo Reina Sofía con “Trilogía marroquí”

Atalayar_Exposición marroquí

El museo Reina Sofía de Madrid ofrece desde el 30 de marzo hasta el 27 de septiembre de este año la exposición de arte “Trilogía marroquí”. Se trata de una iniciativa del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, del ministerio de Cultura y Deporte del Gobierno de España y de la Fundación Nacional de Museos del Reino de Marruecos.

“Trilogía marroquí” abarca diferentes artes visuales como lo fotografía y la pintura reflejando tres momentos históricos desde 1950 hasta 2020.Desde la independencia marroquí hasta el presente, envolviendo uno de los ejes del programa del museo, la investigación decolonial enfocado al país vecino.

La variedad de expresiones artísticas y los artistas seleccionados se dividen en tres épocas: la primera desde la transición hasta la independencia, 1950 hasta 1969; la segunda se trata de los años de plomo que transcurren de 1970 a 1999; y por último, la época moderna que comienza en los 2000 y termina en 2020.

La primera fase abarca un periodo posterior a los cuarenta años de protectorado francés compartido en algunas zonas como el Rif y el Sáhara con España. El campo artístico, después de conseguir la independencia, gira entorno a la corriente nacionalista que apareció en busca de simbología identitaria, permitiendo la construcción de un trasfondo conceptual del arte moderno marroquí durante los 60 y los 70.

Atalayar_Trilogía marroquí

Además, durante esta época destaca el planteamiento de los artistas para cuestionar a la academia marroquí, es decir, la enseñanza tradicional del arte en el país norteafricano. Esta primera generación de artistas desarrollan el arte abstracto como expresión de reivindicaciones nacionales y la búsqueda de identidad propia como país independiente.

Artistas como Mohamed Melehi, Mohamed Chabâa con Farid Belhakia, Mohamed Hamidi, Mohhamed Ataallah y Mustapha Hafid transformaron la educación artística y constituyeron una ruptura con el acervo académico para seguir sus estudios en Europa y Estados Unidos. Una vez en Marruecos, impulsaron la apertura a la modernidad con proyectos plásticos revolucionarios, en concreto en la Escuela de Bellas Artes de Casablanca. Asimismo, Tánger también se transformó en un centro bohemio y el lugar de reunión de esta generación.

La generación de artistas nacidos entre los años 40 y los 30 se alimentó del espíritu independentista y después de conseguirla, se convirtió en la vanguardia artística marroquí, cuestionando el academicismo.

Durante la segunda fase, un periodo complejo conocido como los años de plomo, vemos una serie de conflictos internos y aparecen publicaciones alternativas y festivales independientes, entre otros.  La ruptura estaba activa principalmente en el teatro, la literatura y la poesía que se difundía a través de la revista “Souffles”, dirigida por el poeta Abdellatif Laâbi, la cual se prohibió en 1972.

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Apareció también un arte que disipaba de la formación académica, que no era intelectual y era representado tanto por hombres y como por mujeres, como por ejemplo Chaïbia Talal y Fatima Hassan. Estas artistas, totalmente autodidactas, se vinculan a un dinámica artística viva. Esta época se caracteriza por la disidencia en cuanto a la arabización gradual de la vida cultural, la anexión del Sáhara occidental y el incremento de control estatal.

Una nueva corriente contemporánea comienza a finales de los 80 en los que encontramos nuevos planteamientos artísticos y que en los años 90 destaca a artistas como Mohamed el-Baz, Mounir Fatmi e Yto Barrada. 
Marruecos comienza a finales de esta década su transición democrática que influye en el arte y aparecen algunos signos de apertura en el panorama mediático. Además, comenzó en estos años la renovación de las prácticas vanguardistas y el uso de materiales modestos.

La tercera y última fase, recoge la obra de una generación que se desentiende del pasado en cuanto a lo formal, lo técnico y lo simbólico, además de lo político. Los artistas de esta época se acostumbran a reunirse en lugares alternativos a los que las anteriores generaciones solían frecuentar. En este periodo, toman un papel importante las mujeres que plantean una reflexión crítica en cuestión a las mujeres y la sociedad marroquí.

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La transición democrática influyó en el arte marroquí, rompiendo radicalmente con el pasado desde diferentes puntos de vista. Fueron testigos de la aparición del populismo y el desarrollo tecnológico, así como de los ataques terroristas en Casablanca y el movimiento popular de la Primavera Árabe. Internet servía a esta generación para alcanzar los objetivos a través de proyecto inspirados en el deseo de cambio y de justicia social.

La exposición “Trilogía marroquí” representa la diversidad y la evolución del pensamiento de cada ápoca por la que el país norteafricano ha vivido. Con sus tendencias formales, el nacionalismo y la independencia y el contexto histórico. Se muestra toda esta influencia en las distintas manifestaciones artísticas en busca de un progreso social, humano y cultural.

Además de las visualizaciones de películas, la exposición trae consigo acciones para conocer la realidad contemporánea marroquí con encuentros con artistas del país. También, con la coorganización con Medialab Prado, Casa Árabe y Museo Reina Sofía, y comisariado por Susana Moliner, se incluyen mesas redondas, conversaciones y conferencias y talleres que se irán desarrollando en las tres sedes.
 

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