La firma del acuerdo entre el Consejo Militar y la oposición en Sudán oficializa la transición

Actualizado: 05/08/19 | 21:40

Henar Hernández

Pie de foto: El Jefe Adjunto del Consejo Militar de Transición del Sudán, Mohamed Hamdan Dagalo, y el líder de la oposición firmaron un acuerdo político como parte de un acuerdo de reparto de poder destinado a conducir al país a la democracia tras tres décadas de Gobierno autocrático en Jartum, Sudán, el 17 de julio de 2019. PHOTO/REUTERS

Este miércoles 17 de julio marcará un antes y un después en la historia reciente de Sudán. La firma de un acuerdo político entre el Consejo Militar, que ha detentado el poder tras el golpe de Estado que desalojó a Omar al-Bashir del poder el pasado 11 de abril, y la oposición, pone fin a meses de inestabilidad política y social, que ha dejado un balance de centenares de víctimas mortales. El acuerdo ha sido suscrito por el general Mohamed Hamdan Dagalo alias Hemedti, vicepresidente del Consejo Militar y líder de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés), y por el líder opositor de las Fuerzas de la Declaración de la Libertad y el Cambio (DFCF, por sus siglas en inglés), Ahmad Al Rabiah.

Ambas partes han acordado 22 cláusulas, por la que se establece un periodo de transición que durará tres años y tres meses, tras el cual, se celebrarán elecciones. Hasta entonces, quien gobernará el país será un Consejo Soberano de 11 miembros, compuesto por seis civiles – cinco de las DFCF y cinco soldados del Consejo Militar. El undécimo miembro será escogido de forma consensuada por las dos partes. A la cabeza de la estructura directiva se situará un general durante los primeros 21 meses, que será reemplazado por un civil durante los 18 meses restantes.

Pie de foto: El general Mohammed Hamdan Dagalo firma un documento para compartir el poder con el movimiento pro-democracia de Sudán y el Consejo Militar gobernante en Jartum, Sudán, el miércoles 17 de julio de 2019. Las dos partes siguen trabajando en un acuerdo constitucional más polémico que especifique la división de poderes. PHOTO/AP

Mientras, el poder ejecutivo estará representado por un primer ministro, que nombrará a un Gabinete de 20 ministros, a excepción de las carteras de Interior y de Defensa, que serán designadas por los soldados del cuerpo directivo. Los nombramientos de todos los ministros deberán ser ratificados por el Consejo Soberano.

Asimismo, cabe destacar que el documento pactado estipula que aquellas personas que ocupen un cargo del Consejo Soberano o sean designados ministros o gobernadores de Estados o de regiones durante la fase transitoria, no podrán presentarse a los comicios que se convoquen dentro de 39 meses. No obstante, las funciones de ambas instituciones todavía no se han definido. Para ello, ambas partes, con la mediación de Etiopía y de la Unión Africana (UA) que han estado presente durante todo el proceso, están trabajando en una declaración constitucional que diferenciará los roles de los cuerpos políticos, por lo que se configurará como “el núcleo del acuerdo de transición”.

Las negociaciones se habían enquistado durante las últimas semanas; de hecho, un día antes de la firma, el diálogo se aplazó por enésima vez. Las discrepancias que han ralentizado el arranque oficial de la transición han sido por cuestiones relativas al poder judicial, como el nombramiento del fiscal general, todavía por esclarecer, o la dotación de inmunidad absoluta a los miembros del Consejo Soberano, algo que la oposición había rechazado frontalmente. Tampoco se ha logrado, todavía, un entendimiento en la formación del cuerpo legislativo del país.

Con el pacto sobre la mesa, ahora el siguiente paso es “estudiar una constitución”, asevera el mediador de la UA, Mohamed Hassan Labat.

Pie de foto: El líder del movimiento pro-democracia de Sudán, Ahmad al-Rabiah, firma un documento para compartir el poder con el Consejo Militar gobernante en Jartum, Sudán, el miércoles 17 de julio de 2019. PHOTO/AP

Creación de una Comisión de Investigación

El pasado 3 de junio, la escalada de violencia se recrudeció en la capital, Jartum, cuando el Consejo Militar dio la orden de desalojar a los manifestantes que se congregaban frente al cuartel militar. A instancias del Consejo, las RSF emplearon munición real, como armas de fuego o granadas, y gases lacrimógenos, lo que derivó en un balance de más de 100 víctimas mortales. El Consejo, que no reconoce la cifra de muertos que ha proporcionado el Comité Central de Médicos, ha admitido, en cambio, que sí dio la orden de desalojar a los manifestantes que se congregaban frente al cuartel militar de Jartum, la capital sudanesa, y que en el proceso se cometieron “algunos errores”. Por ello, el general Abdel Fattah al-Burhan, al mando del Consejo, anunció la apertura de una investigación para esclarecer responsabilidades.

No obstante, el acuerdo firmado este miércoles contempla la formación de un Comité Nacional, el cual se encargará de la investigación de dichos acontecimientos, así como de otra serie de violaciones cometidas contra los derechos y la dignidad del pueblo sudanés, como ha sido denunciado por Naciones Unidas a través de sus diferentes agencias.

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