La lucha por el control del comercio y los recursos naturales acentúa el conflicto armado

La guerra económica de Yemen

photo_camera OCHA/Giles Clarke - Niño caminando en Aden, Yemen, una zona que ha sido afectada por la guerra desde 2015

Ambos bandos han sido acusados de corrupción y de desviar fondos destinados a los ciudadanos

La población yemení lleva 7 años sufriendo una terrible guerra que ha abocado al país a la crisis humanitaria más grave del mundo según Naciones Unidas. Asesinatos, bombardeos, agresiones sexuales, saqueos o torturas son algunas de las gravísimas violaciones de derechos humanos cometidas en Yemen mientras las hostilidades continúan entre los hutíes, respaldados por Irán, y la coalición internacional, liderada por Arabia Saudí.

Los conflictos armados siempre tienen un efecto negativo en la economía, y Yemen no es una excepción. El país de la península Arábiga no solo está sufriendo un enfrentamiento militar, sino que también es testigo de una guerra comercial entre los actores involucrados. Además de la destrucción de infraestructuras y el colapso comercial, que acentúan la crisis económica, los dos bandos, tanto los hutíes como el Gobierno de Abd Rabu Mansur Hadi, reconocido internacionalmente y respaldado por Riad, luchan por dominar o reforzar su control sobre los sectores financieros y los recursos naturales del país, en este caso, el petróleo. La ambición de los actores principales del conflicto por ganar posición en el plano económico empobrece todavía más a la población y acentúa la crisis económica y humanitaria; mientras, una pequeña parte adinerada, se beneficia de la guerra y sus efectos.

AFP/MOHAMMED HUWAIS - Un joven yemení lleva ayuda alimentaria distribuida por la fundación de desarrollo Yadon Tabney, en Sanaa, el 17 de mayo de 2020

Abdul Hameed al-Masajdi, analista económico yemení, explica al medio Al-Arab que el factor económico se ha convertido “en una piedra angular para la sostenibilidad y prolongación de la guerra”. Asimismo, advierte que el conflicto se puede transformar en una “doble lucha por el poder y la riqueza”. Al-Masajdi indica que los “sectores petroleros y bancarios son las áreas más importantes en las que los señores de la guerra en ambos bandos del conflicto crecen y prosperan”. Respecto a los hutíes, en concreto, el economista señala que los rebeldes obtienen recursos y dinero saqueado a cambio del empobrecimiento de la sociedad. Estos fondos se destinan para conseguir tres objetivos. En primer lugar, para crear empresas que blanqueen este dinero, también para ganar influencia política y controlar las áreas bajo control. Por último, y lo más fundamental: adquirir municiones, armas y combustible para el frente. También hay una parte de recursos, sobre todo petróleo, que los hutíes venden en el mercado negro.

Las autoridades saquean la ayuda humanitaria dirigida a los yemeníes

Faris Al-Bayl, investigador político yemení coincide con el analista económico, asegurando que la “economía de guerra contribuye en gran medida al resurgimiento y expansión del conflicto, con sus múltiples frentes y consecuencias”. En este contexto, cabe destacar la ausencia y debilidad de las instituciones políticas y su inacción en estos desafíos económicos. De hecho, las autoridades de ambos bandos han sido acusados de corrupción, de robar dinero y ayuda humanitaria dirigida a la población civil.

AFP/ MOHAMMED HUWAIS - Los yemeníes recogen la ayuda humanitaria del Programa Mundial de Alimentos (WFP)

De acuerdo con un informe publicado por la ONU a principios de año, los rebeldes hutíes desviaron al menos 1.800 millones de dólares en 2019. Estos fondos estaban destinados al Gobierno para proporcionar servicios básicos a los ciudadanos. No obstante, el Ejecutivo de Hadi también ha sido acusado por el organismo internacional de desviar dinero destinado a la población civil. Según señala la ONU, 423 millones de dólares procedentes de Arabia Saudí donados al país para comprar arroz y otros alimentos fueron desviados por el Gobierno yemení. El panel de expertos de la organización denunció la “indiferencia” de los hutíes y del Gobierno al efecto devastador de la caída de la economía.

En las zonas controladas por las milicias chiíes respaldadas por Irán se han impulsado medidas económicas como recaudación de impuestos u otros ingresos que se usan para financiar su armamento y no para ayudar a los ciudadanos. Por otra parte, "el gobierno de Yemen, en algunos casos, está participando en prácticas de lavado de dinero y corrupción que afectan negativamente el acceso a suministros alimentarios adecuados para los yemeníes, en violación del derecho a la alimentación", recalca el informe.

REUTERS/KHALED ABDULLAH- La gente se agolpa para obtener raciones de comida de una cocina de caridad en Sanaa, Yemen, el 20 de julio de 2020

Por otra parte, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), organismo de la ONU, también denunció el robo de ayuda humanitaria destinada a la población yemení por parte de “todos los bandos del conflicto”. David Beasley, director del PMA, aseguró que tan solo un 40% de las donaciones llegan a ciudadanos necesitados en Saná, capital del país controlada por los hutíes. Beasley también señala que únicamente un tercio recibe ayuda en el bastión norte de la milicia rebelde. También se han denunciado el saqueo de ayuda sanitaria para enfermedades como el cáncer, la única esperanza de las personas enfermas debido a la falta de medios sanitarios del país. 

El negocio del petróleo une al Gobierno yemení y a los hutíes mientras la subida de precios ahoga a los ciudadanos 

La reciente investigación periodística del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) denominada “Los papeles de Pandora” reveló que el Gobierno de Hadi y los hutíes están asociados en el comercio de petróleo. El ICIJ encontró documentos que demuestran que Ahmad Saleh Al-Issi, un asesor económico clave del presidente Hadi es copropietario de una empresa que realiza negocios petróleos en territorio controlado por los rebeldes hutíes. Al-Issi ha negado las acusaciones destacando que desde que comenzó la intervención militar extranjera no ha desarrollado ninguna actividad empresarial en las zonas bajo control de los rebeldes. Sin embargo, la investigación del ICIJ demostró sus vínculos con varios comerciantes hutíes.

AP/HANI MOHAMMED - Los rebeldes hutíes en Yemen han bloqueado la mitad de los programas de entrega de ayuda de las Naciones Unidas en el país devastado por la guerra 

Por otra parte, mientras las partes enfrentadas se asocian en asuntos comerciales relacionados con el petróleo, el precio de este combustible aumenta, acentuando la crisis económica y empeorando el nivel de vida de los yemeníes. Este incremento de precios ha llevado a muchos ciudadanos a tomar las calles de localidades como Adén o Hadramaut para denunciar el deterioro de las condiciones sociales y económicas y protestar contra el colapso de la divisa nacional. En Taiz, en el centro del país, los manifestantes corearon lemas señalando el fracaso del Gobierno y de la coalición internacional para ayudar a paliar la crisis económica. 

A principios de diciembre, el precio del dólar alcanzó los 1700 riales, frente a los 215 riales por dólar en 2015. "La subida del precio del dólar frente a la moneda local contribuye a un incremento récord de los precios de los combustibles, así como a la ausencia de competencia en el proceso de importación de petróleo y la ausencia de control de precios”, indica Youssef Saeed Ahmed, experto en economía a Al-Arab. "Esta alza tuvo repercusiones negativas en la venta de bienes y alimentos básicos como pescado, verduras o fruta, y con ello, el poder adquisitivo de la mayoría de la población pasó a ser inexistente”, añade.

ACNUR/RASHED AL-DUBAI - Un miembro de ACNUR habla con niños desplazados en Yemen

Últimamente, el valor de la gasolina en las zonas bajo control gubernamental ha aumentado notablemente, alcanzando cifras sin precedentes. Una lata de gasolina de 20 litros alcanza los 22.000 riales, lo equivalente a 18 dólares, el doble que en octubre. Este incremento afecta a todos los sectores de la población, e incluso obstaculiza el desarrollo normal de las actividades educativas en colegios o universidades. Los profesores no pueden dar clase o los estudiantes no pueden desplazarse hasta los centros educativos debido al alto precio del transporte. "Es lamentable y doloroso que cientos de alumnos y alumnas no puedan continuar sus estudios debido a la incapacidad de cientos de familias para brindar apoyo, además de los gastos de la universidad”, señala Bushra Hajed, estudiante de la Universidad de Aden a Al-Arab.

“No podemos seguir viviendo en medio de esta gran crisis”, lamenta Ali Mohsen al-Hasani, editor jefe del medio yemení 24 Post. Asimismo, explica como este incremento del precio de los combustibles durante los últimos meses se refleja en las materias primas y en los bienes y alimentos de primera necesidad, “duplicando las malas condiciones de vida de los yemeníes”. También señala los motivos que han provocado esta gravísima situación.

REUTERS/KHALED ABDULLAH - Los estudiantes asisten a una clase en una escuela cerca de su pueblo natal de al-Jaraib en la provincia noroccidental de Hajjah, Yemen

"Las razones del catastrófico deterioro en el aspecto económico se deben a malas prácticas en materia económica, como malgastar recursos, no racionalizar gastos y detener el trabajo de instituciones y sectores económicos”. La empresa petrolera estatal, Safer E&P Operations suspendió el trabajo en tres yacimientos petroleros al este de Marib. Varios expertos en energía han advertido que esta decisión puede deteriorar la situación humanitaria en el país. El pasado mes de febrero estalló un nuevo frente dentro de la contienda yemení en Marib, una ciudad rica en petróleo y gas donde el Gobierno lucha por mantener su control ante el avance de los hutíes.

Los ingresos procedentes del petróleo presentan el 30% del PIB y el 70% de los recursos del presupuesto general del Estado. Asimismo, el crudo constituye el 90% de las exportaciones se detuvieron debido a la guerra.

AFP/MOHAMMED HUWAIS - El presidente yemení Abd Rabbuh Mansur al-Hadi
La batalla por Marib representa la lucha por el petróleo

La riqueza de la zona norte de Yemen ha provocado que el punto más caliente de la guerra se traslade a Marib. La región contiene grandes reservas de petróleo y gas, por lo que los hutíes están intensificando sus esfuerzos para tomar la ciudad mientras las fuerzas gubernamentales, respaldadas por la coalición internacional, tratan de mantenerla bajo su dominio. La refinería de petróleo Safer, próxima a la ciudad, tiene la capacidad para producir de 10.000 a 20.000 barriles de petróleo por día. Marib, además, es especialmente relevante para las fuerzas gubernamentales ya que es el último bastión en el norte

Los hutíes comenzaron su ofensiva en febrero y desde septiembre han intensificado los ataques, causando "víctimas civiles, nuevos desplazamientos y restricciones los movimientos de civiles", tal y como señala la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU. Desde septiembre, 40.000 personas se han visto obligadas a abandonar la ciudad debido a los enfrentamientos. Una de las masacres contra población civil más reciente ocurrió en octubre, cuando varios misiles hutíes provocaron la muerte de al menos 30 personas, aunque durante el mes anterior, en septiembre, más de 100 ciudadanos perdieron la vida.

AFP/MOHAMMED HUWAIS - Combatiente rebelde hutí
El Gobierno de Hadi solicita ayuda económica a Arabia Saudí, su gran aliado 

En medio del colapso económico y la devaluación de la divisa nacional, el presidente Hadi decidió a principios de diciembre enviar una carta al príncipe heredero saudí Mohamed bin Salman con el objetivo de recibir ayuda financiera. Hadi expone a su socio de Riad las grandes dificultades económicas que atraviesa Yemen debido a “la guerra desencadenada por las milicias hutíes respaldadas por Irán”. Yemen ha perdido 90.000 millones de dólares en producción económica y más de 600.000 personas han perdido sus puestos de trabajo a causa de la guerra. Además, el 58% de la población vive en la pobreza

Hadi, según señalan fuentes políticas yemeníes, solicitó al Gobierno saudí nuevos fondos para el Banco Central de Yemen para detener la devaluación del rial. Asimismo, tal y como indica el medio The Arab Weekly, Hadi habría tomado esta decisión después de que varios miembros del Gobierno amenazasen con dimitir, algo que podría debilitar las instituciones estatales en medio de la guerra con los rebeldes. No obstante, la conocida corrupción de las autoridades “ya no alienta a los aliados a brindar apoyo, especialmente en ausencia de reformas tangibles”, advierte el analista económico yemení al-Masajdi al medio árabe. “Creo que la carta del presidente Hadi se inscribe en el marco de presión sobre el liderazgo saudí para que apoye al Banco Central de Yemen con un nuevo depósito, sin que el gobierno haga ningún esfuerzo por proponer reformas económicas”, considera el analista. Al-Masajdi recuerda que Riad ya “ha apoyado previamente a Yemen con dos fondos, además de una donación financiera relacionada con los derivados del petróleo”.

AFP/ ESSA AHMED  -   Campamento en Abs, en la provincia de Hajjah del norte del Yemen, el 3 de septiembre de 2020.

Desde 2015, año que comenzó la guerra, más de 3 millones han huido de sus hogares de acuerdo con cifras de la ONU. Por otra parte, el 80% de la población necesita ayuda y protección humanitaria. Sin embargo, las instituciones internacionales no pronostican un cambio en el futuro del Yemen. Un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) arroja cifras desoladoras para 2030. En ese año, según el programa de la ONU, la cifra de muertos podría alcanzar los 1,3 millones si la guerra no termina. Por otra parte, para el fin de 2021 estiman que el número de fallecidos llegará a 377.000. El 60% de las bajas sería resultado indirecto de la guerra, como hambrunas o enfermedades, mientras que el resto corresponde a causas directas como ataques o bombardeos. De las víctimas, los niños representan el 25% de las muertes de civiles desde 2018 y 2020.

REUTERS/ALI OWIDHA - Campamento de desplazados por los combates en Marib, Yemen 

Desafortunadamente, el fin del conflicto parece estar lejos. En marzo, Arabia Saudí ofreció a sus rivales un alto el fuego que incluyese la reapertura del aeropuerto internacional de Sanaa, capital del país que lleva sitiada durante los últimos 7 años. No obstante, los hutíes rechazaron la oferta centrando sus esfuerzos en tomar Marib. Hans Grundberg, enviado especial de la ONU para Yemen, subrayó recientemente la dificultad de iniciar un proceso de paz ya que “la brecha entre los bandos es cada vez mayor”. 

Más en Reportajes