La petrolera saudí podría tardar en retomar su actividad normal varios meses

La incertidumbre que rodea a Saudi Aramco eleva los temores de recesión

photo_camera REUTERS/AHMED JADALLAH - Refinería de petróleo Ras Tanura de Saudi Aramco y de la terminal de petróleo en Arabia Saudí

Tras los ataques a las refinerías de la petrolera Saudi Aramco de este sábado, los precios del petróleo experimentaron su mayor subida diaria en tres décadas. Cuatro jornadas más tarde, el valor del barril ha comenzado a bajar, hasta un 1%, pero los expertos advierten: se esperan precios más altos en los próximos meses. ¿La razón? El halo de incertidumbre que rodea al hermetismo en el que ha sumido la empresa más rentable del mundo. “Estoy muy preocupado por cuánto tiempo llevará volver a poner en marcha la producción. Aramco ha anunciado que podría ser hoy, pero luego pasaron de hablar de semanas a posiblemente meses antes de que se reanude la producción”, ha advertido el experto Bob Cavnar a Al Jazeera.

Después de la ofensiva, cuya responsabilidad todavía no se ha esclarecido – aunque la Coalición Árabe apunta directamente al uso de armas iraníes – la petrolera estatal se vio obligada a reducir su capacidad operativa en un 50%. Esto implicó que se detenía la producción de 5,7 millones de barriles de crudo, lo que supuso, a su vez, una reducción del 5% de la producción mundial de petróleo. “Si esto continúa por más de tres o cuatro semanas, puedo ver un nivel sostenido de precios más altos del petróleo durante bastante tiempo hasta que la producción en Arabia Saudí se normalice”, puntualizó Cavnar. Los precios, que se dispararon hasta un 20% en los barriles de Brent, referencia para Europa, y West Texas, referencia para Estados Unidos, podrían incrementarse en 10 dólares de forma permanente por barril a largo plazo si Aramco no resuelve la discapacidad operativa en sus refinerías. 

Sin embargo, cabe destacar otras visiones más optimistas: “La capacidad sobrante y las existencia de Arabia Saudí (que equivalen a 26 días de exportación) deberían mitigar parte de la producción perdida”, ha expuesto el director de Investigación del Commenwealth Bank of Australia, Vivek Dhar, a la CNBC.

En cualquier caso, las consecuencias también se han dejado notar en los mercados asiáticos, que han registrado caídas. El índice de Shanghái (SHCOMP) registró un descenso del 1,7%, lo que supuso su mayor descenso porcentual en un solo día en dos meses, como explica CNN Business. Por su parte, el Hang Seng (HSI) de Hong Kong cayó un 1,2%. Mientras, el índice nipón Nikke 225 consiguió remontar las pérdidas anteriores y el índice surcoreano Kospi se mantuvo plano.

“Por ahora es seguro decir que hay muchas cosas que no sabemos y, como tal, es probable que los precios del petróleo se mantengan elevados y volátiles. Los precios más altos del petróleo tendrán implicaciones en las perspectivas de crecimiento global”, concluyó el estratega del National Australia Bank, Rodrigo Catril, en la CNBC.

Las acciones fueron en su mayoría más bajas en Asia el martes, después de que un ataque a la mayor planta de procesamiento de petróleo de Arabia Saudí causara que los precios del crudo se dispararan, lo que provocó la venta de aerolíneas y otras industrias dependientes de los combustibles
El temor a una recesión global, más alto que nunca

Mientras, la sombra de la recesión global sigue planeando en el horizonte. Una encuesta de gestores de fondos realizada por Bank of America señala que “el 38% de los administradores de fondos esperan una recesión dentro del próximo año”, un porcentaje que representa el porcentaje neto más alto desde la crisis financiera que estalló en el año 2009. El estudio, que se realizó entre el 12 y 16 de septiembre, en medio de los ataques a Saudi Aramco, explica que las razones de los temores se sitúan en la guerra comercial abierta entre Estados Unidos y China, que los gestores califican de “nueva normalidad”. Sin embargo, de acuerdo con Markets Insider, “el aumento de los precios del petróleo y el posible conflicto geopolítico derivado de la ofensiva no se ha incluido en esta encuesta”, lo que, de haber quedado plasmado en las encuestas, podría haber elevado de forma sustancial el porcentaje del riesgo. 

Cabe destacar que la guerra comercial entre las dos superpotencias lleva agitando la economía global desde que se declarase con la imposición de elevadas tarifas arancelarias a los respectivos mercados. Tras sucesivas idas y venidas, ahora parece que los equipos y delegados de Estados Unidos y China han vuelto a la mesa de negociaciones en Washington. Uno de los primeros resultados ha quedado materializado con la decisión china de eximir a la soja y la carne estadounidense de su última ronda de aranceles y el anuncio del Departamento de Agricultura del gigante norteamericano de que sus compañías habían comenzado a exportar soja al país asiático. Además, las negociaciones podrían tomar un nuevo impulso al conocerse que Estados Unidos y Japón han llegado a un entendimiento sobre un nuevo acuerdo comercial inicial, que tendrá que ser aprobado por el Congreso estadounidense.

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La vulnerabilidad saudí

Según recoge Markets Insider, que cita a Citigroup, el ataque “ha arrojado luz sobre un riesgo crítico para el mayor productor mundial que los inversores han estado ignorando”. “El mercado ha subestimado constantemente el petróleo, al subestimar la vulnerabilidad de la infraestructura de Arabia Saudí a este tipo de ataque”, recoge la publicación. Resulta inquietante pensar, en este punto, cómo los responsables de la ofensiva pudieron llevarla a cabo con éxito, tiendo en cuenta que el objetivo alcanzado se configura como una de las infraestructuras críticas por excelencia del Reino. 

La apertura de esta brecha de seguridad implica, en este sentido, que “el aumento en los precios del petróleo también refleja un aumento en la prima geopolítica”, advirtió el analista Rodrigo Catril. 

De acuerdo con un informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés) de Washington, la planta de Abqaiq – una de la dos atacadas – es la “más vulnerable” de la red de infraestructuras críticas saudíes, por “encontrarse expuesta”. Otros elementos que estarían en riesgo por posibles nuevos ataques – como ya han sido anunciados por los hutíes – son las plantas de desalinización, la red eléctrica y los sistemas de control industrial. 

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