La Industria de Defensa en España, tras la llegada de la COVID-19, se encuentra en una situación de incertidumbre debido a numerosos problemas que arrastra desde hace varias décadas (la falta de una estrategia clara, una dirección política y no técnica, la pérdida de contratos clave en mercados potentes…) y al complejo contexto financiero en el que se encuentra. Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), el gasto mundial en defensa se incrementó en 1.830 millones de dólares , (un 3,9% más respecto al año anterior), mientras que las empresas nacionales del sector están atravesando serios problemas económicos.
A pesar de todo esto, es necesario resaltar dos hechos clave que muestran la importancia de este conjunto de empresas para la riqueza nacional: En primer lugar, España es el séptimo exportador mundial de armamento , con un 3,9% del total; tan sólo por detrás de EEUU (34%), Rusia (22%), Francia (6,7%), Alemania (5,8%), China (5,7%) y Reino Unido (4,8%). En segundo lugar, los dos principales mercados de armamento producido en España son los países de la UE y los socios de la OTAN, que representan el 72% del total de ventas, mientras que, del resto del mundo, destacan otros compradores como Arabia Saudí (270 millones), Singapur (175) o Australia (159).
La Industria de Defensa se puede definir como el conjunto de empresas especializadas en el diseño y ensamblaje de la tecnología utilizada para la fabricación de armas, material o vehículos militares, y sus componentes, para las Fuerzas Armadas. En España, según un
informe de TEDAE y KPMG , está formada por 85 empresas de las que el 80% son pymes, 11 de ellas poseen una cuota de mercado del 90% que crean más de 211.000 empleos y aportan 14.100 millones de euros.
Este sector, según el documento “Perspectiva de la Industria de Defensa” del Ministerio de Defensa , tiene 4 características principales muy relevantes para la economía y la sociedad española:
1º) El factor industrial le otorga un carácter estratégico. Los Estados solo pueden detentar un poder militar autónomo y permanente mediante una potente industria suministradora de armamento. El carácter estratégico solo está al alcance de las grandes potencias ya que confían en tener los medios para utilizar su capacidad militar como instrumento de influencia internacional a largo plazo. Utilizan el hard power como herramienta política en las relaciones internacionales.
2º) Crea mucho empleo, de calidad y que aporta valor añadido; esta serie de empresas aportan el 7,8% del PIB industrial, ocupan a más de 65.000 personas (entre puestos directos e indirectos), invierten casi un 11% en I+D+I, y cada euro que se invierte en ellas supone un retorno de casi 3€ y tienen una producción 3/4 veces la media nacional.
3º) Contribuye al crecimiento y dinamismo de zonas poco industrializadas (salvo Madrid); estas compañías aportan gran desarrollo económico a determinadas provincias del país con escaso peso industrial. En España se contabilizan más de 380 empresas armamentísticas que se pueden clasificar por territorios y producción, en el que destaca la Comunidad de Madrid sobre el resto de comunidades, con un total de 115 empresas; seguida de Cataluña, con 37; Andalucía, 27; País Vasco, 23; y Galicia, 11.
En lo que a facturación total se refiere, la CAM también figura en primer lugar, con el 65,7% de las ventas. Esto se debe fundamentalmente a dos factores: al volumen de grandes empresas de armamento del país, como pueden ser Airbus e Indra, y a que la mayoría de este tipo de compañías han establecido su sede social en la capital. A continuación, se encuentran, a una distancia muy significativa, Andalucía, con el 13,6%; Castilla-La Mancha, con 5,8%; Galicia, con 4,6% y el País Vasco 3,1%. Estos 5 territorios contienen el 98,2% de las firmas del sector.
4º) Tiene mucho potencial. La inversión en compras de armamento y vehículos tiene margen de mejora (tanto a nivel nacional como europeo e internacional); España es el decimosexto país que más gasta en Defensa, con 16.360 euros. Aunque según el think tank sueco SIPRI, entre los años 2009 y 2018 el gasto en defensa disminuyó un 5,2 % y en el contexto de la OTAN es el 3º miembro que menos recursos económicos destina a la Alianza Atlántica, un 0´92% de su PIB, por detrás sólo se encuentran Bélgica y Luxemburgo .
La falta de un horizonte presupuestario claro siempre ha sido uno de los grandes problemas a los que tienen que enfrentarse estas empresas. A pesar de todo, en los últimos años se han aprobado determinadas medidas para subsanarlo. En diciembre de 2018, se aprobó el Plan de Inversiones de Modernización de las Fuerzas Armadas por un valor total de 12.900 millones de euros destinados a la modernización de una decena de proyectos y material estratégico de defensa para el período 2019 y 2032.
Para este año 2021, el Gobierno aprobó, a través de los Presupuestos Generales del Estado, un gasto en Defensa de 9.411,93 millones de euros, 417,59 millones (un 4,64%) más que en 2020. Dentro de esta inversión, destaca la partida dedicada a inversiones que asciende a un total de 3.090 millones (un 32,8% del total del Ministerio de Defensa).
Actualmente, se está discutiendo en sede parlamentaria la necesidad de aprobar la Ley de Programación y Financiación de las Fuerzas Armadas para elaborar un horizonte presupuestario claro, a medio y largo plazo, en esta materia y poder llevar a cabo una adecuada política de compra a través de la Dirección General de Armamento y Material, que verdaderamente se ajuste a la licitación pública.
Este (todavía) proyecto de Ley serviría para dotar a la planificación de las compras de material bélico de una programación más racional y efectiva, asegurando la sostenibilidad del modelo y la consecución de los objetivos de las FAS y la Defensa Nacional.
La industria de Defensa Nacional se encuentra ante un escenario complejo, lleno de nuevas oportunidades y con una gran base de recursos humanos y materiales que se han traducido en más luces que sombras tanto a nivel nacional (reparto de riqueza por todo el territorio, creación de empleos de alto nivel técnico, etc.) como internacional (la corrección de la balanza de pagos, establecimiento de alianzas estratégicas, etc.).
La industria de defensa en España no se considera estratégica porque la cultura de Defensa del país no vincula la protección de los intereses estratégicos nacionales con el mantenimiento de una capacidad industrial y militar. Si no existe una voluntad de autonomía estratégica, no será posible conseguir el desarrollo la industria militar; sólo producir material y vehículos para intereses coyunturales como la participación en misiones internacionales, pero no la consecución óptima de los objetivos estratégicos.
El futuro del sector pasa por reforzar 3 ejes principales:
• Impulsar los grandes programas de armamento nacionales (el 8x8 Dragón, las fragatas F-110, el S-80, la modernización del Eurofighter, etc.) cuya tardanza está limitando drásticamente nuestras capacidades operativas.
• La participación e implicación efectiva de los grandes proyectos europeos de armamento (las corbetas EPC, el dron Euromale, el helicóptero Tigre) que tendrán un doble efecto: nuevos contratos para nuestras empresas, nuevos recursos.
• La apertura de nuevos contratos aprovechando el aumento del gasto en material bélico en el contexto internacional (y no perdiendo otros relevantes como ocurrió con las fragatas de la US Navy, que escogió el grupo italiano Fincantieri sobre las de Navantia).
Todas estas medidas supondrían un giro de 180º a la situación actual del sector, corrigiendo antiguos errores de planteamiento, implementando mayores capacidades a las compañías, e, incluso, reforzar la cultura de Defensa.
- Infodefensa. (02 de marzo de 2021). “La pandemia no impide una subida del gasto de defensa”. Extraído de: https://www.infodefensa.com/mundo/2021/03/02/noticia-pandemia-impide-subida-gasto-mundial-defensa.html
- Orivo, I. (10 de enero de 2020). “España es el séptimo exportador de armas del mundo”. La Vanguardia. Extraído de: https://www.lavanguardia.com/politica/20210118/6184205/espana-septimo-exportador-armas-mundo.html
- “Impacto Económico y Social de la Industria de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio”. TEDAE & KPMG. Extraído de: https://www.tedae.org/uploads/files/1607939815_impacto-economico-kpmg-b-pdf.pdf
- Ministerio de Defensa (Mayo 2019). “Perspectivas de la Industria de Defensa”. Extraído de: https://www.defensa.gob.es/Galerias/dgamdocs/Perspectiva-de-la-Industria-de-Defensa.pdf
- Cancio, F. (21 de octubre de 2020). “España sigue a la cola de la OTAN en gasto de Defensa pero mejora sus cifras”. La Razón. Extraído de: https://www.larazon.es/espana/20201021/kf3qezrj75cjrl6bgy3rmzlaga.html#:~:text=En%20cifras%20absolutas%2C%20la%20organizaci%C3%B3n,a%20los%2011.281%20de%202019.
José Ramón Corrochano Ponte
Colaborador Área Defensa Nacional Sec2Crime
