Las cifras han sido ofrecidas por el oficialista Banco Central de Venezuela, aunque se estiman bastante peores por parte de otras entidades como el FMI

La inflación en la Venezuela de Nicolás Maduro cierra 2019 en el 9.585,5%, según datos oficiales

AFP/YURI CORTEZ - El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro

La crisis económica de Venezuela persiste insistentemente, ahogando a la nación, y continúan arreciando las críticas contra la gestión del Estado venezolano dirigido por Nicolás Maduro, la cual ha conducido a la economía del país latinoamericano a una superinflación desbocada, reconocida incluso por organismos oficiales, como el Banco Central de Venezuela, el cual ha informado que 2019 acabó con una inflación del 9.585,5%. Aunque estas cifras contrastan con otras peores servidas por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o nacionales como la Asamblea Nacional venezolana. 

El BCV protagonizó un silencio informativo preocupante al respecto durante los ejercicios de 2016, 2017 y 2018 y ahora alumbra unos aterradores datos que ponen de manifiesto la dura caída de las finanzas del país latinoamericano, seguramente el más castigado del cono sur tras una planificación errática en los últimos tiempos. 

Ya en mayo de 2019 el máximo regulador bancario nacional, tras tres años de silencio sepulcral, reveló que en 2018 la inflación cerró en el 130.060,2% y que el Producto Interior Bruto (PIB) se había contraído a la mitad desde 2013, año en el que asumió el sillón presidencial Nicolás Maduro, sucediendo al fallecido Hugo Chávez.

Esta cifra es ampliamente superada por los cálculos propios e independientes del Parlamento opositor, que habla para ese mismo período de una subida exorbitante de los precios del 1.698.844,2%. Aunque para 2019 la institución parlamentaria ya refirió una inflación del 7.374,4%.

Posteriormente, en el mes de octubre, el Banco Central admitió una inflación acumulada en los tres primeros meses de 2019 del 4.679,5% y una caída del PIB del 26,8% en el primer trimestre de ese mismo año. 

Las cifras arrojadas continúan confirmando la tremenda deriva destructiva que sigue Venezuela, un país que en tiempos pretéritos gozaba de una situación financiera envidiable gracias a sus ingentes recursos naturales y petrolíferos. 

Esta última subida de los precios reconocida por el propio BCV supera incluso los datos presentados por el Parlamento, de mayoría opositora, que desde el año 2017 ofrece sus propios datos inflacionarios y que la calculó sobre el ya citado dato del 7.374% para el pasado ejercicio de 2019. 

Frente a esto, desde fuera llegan datos que presentan un panorama aún más sombrío. En esta línea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) habló de una inflación del 200.000% en el año 2019, periodo en el que la devaluación del bolívar (moneda local) se situó en el 98,6%, derivando a un proceso de dolarización encubierta de la economía venezolana. 

Una mujer venezolana sostiene billetes de bolívar venezolano en medio de las crecientes tasas de hiperinflación

De hecho, en varios establecimientos existen artículos que no se pueden adquirir en tiendas normales y que entran dentro del circuito comercial en el que se utiliza el dólar como moneda de curso en lugar del bolívar. 

La situación económica actual sigue afectando duramente a la ciudadanía venezolana, que sufre la carencia de productos, incluso de primera necesidad, a los que no pueden acceder muchas personas; lo que ha provocado una situación de éxodo poblacional histórico, con una salida de en torno a los 4,6 millones de venezolanos, que han huido del país desde 2015, según cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

El régimen bolivariano de Nicolás Maduro achaca el abismo económico que padece el país a la actuación de sus enemigos políticos internos y externos. Venezuela se ve sumida en una guerra interna abierta entre los oficialistas y la oposición liderada por Juan Guaidó, líder de la Asamblea Nacional y presidente interino reconocido por una cincuentena de países, incluidos los del Grupo de Lima y Estados Unidos. Polo opositor que exige la celebración de unas nuevas elecciones después de denunciar fraude en los últimos comicios que auparon al poder a Maduro. 

Precisamente, el sector opositor venezolano encabezado por Juan Guaidó viene haciendo referencia siempre a una debacle económica provocada por la gestión de la actual Administración chavista, que ha sumido a la nación en una espiral descontrolada de gasto público y de corrupción institucional que ha dado al traste con una etapa anterior marcada por la bonanza económica adquirida gracias a los grandes recursos naturales del país venezolano. 

Una mujer grita consignas de apoyo al gremio de enfermeras frente al Hospital Infantil José Manuel de los Ríos

Por otro lado, hay que destacar la situación de embargo que pesa sobre Venezuela a instancias de EEUU, declarado enemigo del Gobierno de Maduro; un bloqueo aplicado, sobre todo, en el sector petrolero, principal fuente de financiación de Venezuela a lo largo de los años. 

Un ámbito petrolífero venezolano que ha decaído bastante en los últimos años debido a varios factores como el descenso del número de taladros utilizados provocando así la caída del bombeo de crudo en los campos petrolíferos; la caída sostenida de la producción de los 2,03 millones de barriles al día que producía en 2017 a los 907.000 barriles diarios de 2019, según estadísticas oficiales; el deterioro de las refinerías que opera la petrolera estatal PDVSA; el citado peso de las sanciones estadounidenses sobre esta área; y la necesidad urgente de nuevas inversiones para aumentar la producción petrolera. 

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