La inflación se dispara en el Líbano ante la preocupación del FMI
Mientras la Comisión de Asuntos Exteriores del Líbano celebra una reunión bajo el liderazgo de la vicepresidenta Fadi Mark y a la que asistió el ministro de Salud en busca de soluciones, la hiperinflación en el país crece por vigésimo sexto mes consecutivo alcanzando un valor de 162%. El Fondo Monetario Internacional pidió a las autoridades libanesas que llevaran a cabo reformas estructurales y financieras críticas, un requisito previo para obtener 3.000 millones de dólares de asistencia del prestamista para ayudar al país a salir de su peor crisis económica.
#Liban ??
— Charli☀️? (@CharliB97783485) August 30, 2022
protestations avec des militaires oklm devant plusieurs banques à Beyrouth alors que le Parlement discute d'une loi sur le contrôle des capitaux visant à normaliser les restrictions bancaires mise en place depuis 3 ans et exigées par le FMI#Lebanon pic.twitter.com/JYLILR6jDb
El FMI dijo que la existencia de varios tipos de cambio está causando distorsiones significativas a la actividad económica y creando oportunidades de corrupción y de la obtención de alquiler, lo que ha dado lugar a presiones excesivas sobre las reservas de divisas de los bancos centrales. Como una de las soluciones al problema, el banco central libanés adoptará la tasa de cambio de 15.000 libras libanesas por dólar estadounidense, pese a que el cambio real es de más de 23.000, reemplazando la tasa de 1500 utilizada desde 1997, según el ministro de Finanzas. Esta medida, que se aplicará a partir del 31 de octubre, se espera que sea efectiva y suponga un gran paso hacia la unificación del tipo de cambio, señaló. La hiperinflación es un problema muy grave en el Líbano. Tan solo durante el mes de agosto aumentó en un 7.6%. Mientras más tarden las medidas, mayor será la inflación que, según estudios de Fitch Solutions, a finales de año será la segunda más alta del mundo sólo por detrás de Sudán. La situación es tal que entre 2019 y 2021 su economía se contrajo en un 58% siendo la que más poder adquisitivo ha perdido dentro de los 193 países de los que se tienen datos.
La economía libanesa sigue estando gravemente deprimida y prueba de ello es el costo del agua, de la electricidad, el gas y otros combustibles cuyo valor aumentó casi cinco veces en agosto, en comparación con el año pasado. El costo de la atención de la salud aumentó alrededor de tres veces y medio, y tanto el costo de la comunicación como el de los alimentos y las bebidas no alcohólicas aumentaron hasta tres veces su valor con relación al año anterior.
Pese a que la urgencia por la que atraviesa el país es máxima a nivel social y económico, las reformas acordadas en el marco del SLA en abril siguen sin llevarse a cabo por lo que han recibido duras críticas por parte de Ernesto Ramírez Rigo, quién dirigió una visita de la misión del FMI al Líbano del 19 al 21 de septiembre. El estancamiento que existe en la política libanesa está agravando el problema generando una gran incertidumbre. Dicho acuerdo debe llegar antes del 31 de octubre cuando acaba el mandato de Michel Aoun tras 6 años en el poder.
Para intentar paliar la situación el FMI activará un fondo de donaciones de 11.000 millones de dólares para reactivar y apoyar la economía libanesa procedente de un fondo de donantes aprobado en una conferencia en París en el 2018. La economía del Líbano colapsó después de desmoronarse en unos 31 mil millones de euros en marzo de 2020, con su moneda hundiéndose más del 90% frente al dólar en el mercado negro.
El FMI también señaló que, si bien la reforma de la ley de secreto bancario del país fue aprobada por el Parlamento en julio, no se le habían hecho los cambios necesarios para adecuarla a las mejores prácticas internacionales.
El programa del FMI para la reformación de la economía libanesa consta de la reestructuración del sector financiero para apoyar a los bancos que puedan manejar sus recursos de manera eficiente, implementar reformas fiscales para poder reducir deuda e invertir en gastos sociales, reformar el sector de la energía estatal para poder ofrecer servicios de calidad, fortalecer y luchar contra la corrupción y la financiación del terrorismo mejorando la transparencia y, estableciendo un sistema de tipo de cambio monetario creíble y transparente.
