La influencia extranjera en la comunidad musulmana francesa que ha derivado en la ley contra el separatismo islamista

El proyecto de ley contra el separatismo en Francia ya apareció públicamente.

Macron ha presentado el pasado dos de octubre su proyecto de ley contra el separatismo islamista. Esta presentación, si bien ha sido criticada por su lenguaje, ha sido globalmente apoyada por los dos líderes de la comunidad musulmana en Francia, Mohammed Moussaoui, presidente del Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM), y Ghaleb Bencheikh, presidente de la Fundación del Islam de Francia. 

El concepto de separatismo islamista engloba los tres objetivos principales de la ley, controlar la amenaza yihadista y los radicalismos, acabar con el comunitarismo, es decir, la falta de control del Estado de determinados barrios o comunidades en Francia, y liberar a Francia de influencias extranjeras. Si bien las tres están relacionadas entre ellas, en el siguiente artículo nos centraremos en la influencia extranjera sobre las comunidades musulmanes francesas. Hay tres ejes fundamentales en los que los movimientos religiosos musulmanes internacionales, vinculados con Gobiernos del norte de África y Oriente Medio, tienen una influencia clara en la comunidad musulmana en Francia: la formación de musulmanes, la financiación de mezquitas y centros culturales y la creación de asociaciones y partidos políticos ligados al comunitarismo. 

Los dos movimientos internacionales musulmanes más influyentes son el wahabismo y los Hermanos Musulmanes. Los primeros llegaron a Francia a principios de los años 80 con la compra de varios inmuebles en Mantes-la-Jolie a través de la Liga Árabe y de la monarquía saudí, donde posteriormente financiará varias mezquitas a lo largo de los años 90 y en los 2000. Los Hermanos Musulmanes se instauran en Francia en 1983 con la creación de la Unión de las Organizaciones Islámicas en Francia (UOIF), que se convertirá en los Musulmanes de Francia en 2016. Estos últimos, tienen mucha influencia en Marruecos y Túnez, por lo que los inmigrantes de estos países serán los que impulsarán este movimiento. 

Las monarquías del Golfo se centrarán en la financiación del wahabismo a través de mezquitas, centros culturales y en el pago del salario de los imanes. El embajador de Arabia Saudí en Francia indicó en 2016 la participación a través de ayudas en la financiación de ocho mezquitas francesas, con un coste de 3,8 millones de euros aproximadamente. Además, precisó que también colabora en el pago del salario de 14 imanes de mezquitas francesas. Qatar, a través de sus fundaciones como Qatar Charity, financia mezquitas, asociaciones y centros escolares.

Un ejemplo son los 400.000 euros donados por esta fundación para la construcción de una mezquita en Potiers. Kuwait lo suele hacer a través de sus representaciones diplomáticas, y ha financiado parte de varias mezquitas francesas como la de Estrasburgo o la de Reims. En la mayoría de los casos, la financiación de las mezquitas y centros culturales se hace a través de una asociación francesa con personas físicas francesas detrás y no directamente, por eso es tan complicado determinar toda la financiación que se recibe del extranjero. Cabe destacar que la comunidad musulmana, al igual que la católica financia el 80% del culto a través de donaciones de los propios miembros de la comunidad. 

Por otro lado, los Hermanos Musulmanes comenzaron con un carácter social, limpiando y arreglando edificios de los barrios populares de inmigrantes, pero fueron creando un proyecto político en el que, sin cuestionar la laicidad francesa, se defienda el interés de los musulmanes en Francia.

De hecho, a diferencia de lo que ocurre con otros movimientos, la UOIF no se expresa sobre lo que pasa en Oriente Medio sino que se centra en las problemáticas de los musulmanes franceses. En la actualidad, hay alrededor de 50.000 musulmanes que forman parte de las organizaciones de los Hermanos Musulmanes.

Controlan 200 asociaciones, 147 lugares de culto y 18 colegios. El movimiento de los Hermanos Musulmanes ha comenzado a penetrar en la democracia a través de la presentación de listas comunitarias a las elecciones municipales, sobre todo a través del partido UDMF.

Habiéndose presentado por primera vez en las elecciones municipales de 2014 obteniendo un consejero municipal, en las elecciones europeas de 2019 consiguieron un 0,13% de los votos, demostrando que su influencia es bastante local, principalmente en localidades cercanas a París como La Courneuve o Mantes-la-Jolie. 

En tercer lugar, es necesario mencionar la influencia directa de los Gobiernos del Magreb y de Turquía en los musulmanes franceses. Con respecto a los primeros, por lazos históricos evidentes, tanto Argelia como Marruecos tienen una larga tradición en la financiación de centros islámicos y mezquitas, en la formación de los imanes y en las organizaciones musulmanes de Francia como el CFCM.

De los 290 imanes extranjeros en Francia, financiados directamente por el país de origen, 120 de ellos han sido enviados por Argelia y 30 por Marruecos. Además, por el acuerdo bilateral que se tiene con ambos países, 300 imanes vienen cada año a Francia por Ramadán, provenientes también de Marruecos y Argelia principalmente.

Con respecto a la financiación de mezquitas y remuneración de imanes, el embajador del Reino de Marruecos en Francia reveló en 2016 el presupuesto destinado a la financiación de la construcción y restauración de mezquitas y a la remuneración de 30 imanes en Francia, que fue alrededor de seis millones de euros.

Entre las mezquitas financiadas por Marruecos de encuentran las de Saint Étienne, Estrasburgo o Evry, de la que es directamente propietario el Reino de Marruecos. Por otro lado, Argelia no financia directamente ninguna asociación ni mezquita, sino que se hace a través de un acuerdo de colaboración con la Gran Mezquita de París de alrededor de dos millones de euros anuales.   

Con respecto a Turquía, la injerencia del Gobierno de Erdogan en los musulmanes franceses provoca tensiones permanentes entre ambos países. La influencia de los turcos en Francia, como en el resto de Europa y sobre todo en Alemania, viene de la organización islámica Millî Görü formada por la diáspora turca en Alemania a principios de la década de los 70.

Dicha organización fue cobrando importancia en la zona de Alsacia, especialmente en Estrasburgo donde tiene su mayor influencia, a través de la construcción de la mezquita de Estrasburgo por la organización Ditib y el colegio Yunu Emre, el proyecto de crear una facultad de teología dependiente de la Universidad de Marmara.

De los 290 imanes extranjeros en Francia, 140 son enviados por Turquía. Por otro lado, a pesar de que el Gobierno turco niega la existencia de subvenciones por parte de Turquía, la organización Ditib (La Unión Islámica Turca para Asuntos Religiosos) ha financiado varias mezquitas francesas.

Además, la influencia turca ha llegado a la esfera político-democrática francesa a través de la creación de un partido muy vinculado al AKP de Erdogan, el Parti Égalité et Justice (PEJ) fundado en 2015, que se presentó a las elecciones departamentales de 2015 y legislativas de 2017. De las siete circunscripciones en las que se presentó en 2017, no consiguió más del 1% de los electores.

Aun así, la creación de un partido de la diáspora turca tan vinculado con Erdogan ilustra hasta dónde llega la influencia en Francia. Erdogan criticó el discurso sobre la ley del separatismo, catalogándolo de una impertinencia y una provocación clara: "Hablar de estructurar el islam es un abuso de poder e impertinencia para un jefe de Estado francés". 

Por último, cabe destacar la influencia de los movimientos salafistas internacionales como Tabligh Jamaat, una asociación religiosa india y que, a pesar de que no están directamente ligados con ningún gobierno extranjero, forma parte de los movimientos más extremistas vinculados con la radicalización yihadista. En Francia el movimiento está representado por la Association Foi et Pratique que controla directamente 50 lugares de culto. 

Por causa de las influencias anteriormente presentadas, Macron, en su exposición sobre la ley contra los separatismos, incidió en el fin de la formación de los musulmanes en el extranjero y en el control de la financiación de las asociaciones musulmanes. Sin embargo, al no existir ninguna formación reglada en Francia para los imanes, a parte de dos cursos dependientes de la Gran Mezquita de París, va a ser complicado llevar a cabo esta medida al no ser que se permita y ayude a la creación de escuelas con este propósito.

Será necesario ver el proyecto de ley para calificar si las medidas verdaderamente resuelven problemas que se pretenden atajar. Lo que será imprescindible en todo caso es el acuerdo y apoyo de la comunidad musulmana francesa y de sus líderes para poder llevar acabo una ley que responda a las necesidades reales.