Egipto y Sudán convocaron el martes una cumbre extraordinaria de la organización para impulsar el acuerdo trilateral sobre la GERD

La Liga Árabe solicita la intervención de la ONU en el conflicto de la presa etíope

AFP/KARIM JAAFAR - Los ministros árabes de Asuntos Exteriores asisten a una reunión consultiva en la capital qatarí, Doha, el 15 de junio de 2021

El secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit, ha revelado este miércoles las decisiones adoptadas por la organización sobre la disputa de la presa etíope. Los titulares en materia de exteriores de los Estados miembro respaldaron de forma unánime el envío de una petición formal al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que intervenga en la cuestión.

“Invitamos al Consejo de Seguridad de la ONU a que asuma sus responsabilidades al respecto mediante la celebración de una reunión urgente para tomar las medidas necesarias y poner en marcha un proceso de negociación eficaz que garantice un acuerdo justo, equilibrado y jurídicamente vinculante”, reza el comunicado emitido por la organización.

La cumbre extraordinaria fue convocada por las autoridades egipcia y sudanesa tras la última negativa etíope a admitir los requerimientos de ambos Estados. Egipto y Sudán, países ribereños del Nilo, se muestran en contra del proyecto acuífero. El Cairo depende del Nilo para el 90% de sus reservas de agua dulce, mientras que Jartum ve amenazado el funcionamiento de sus propias infraestructuras.

Los países convocantes han solicitado en reiteradas ocasiones la participación de instituciones terceras como la Unión Europea, Naciones Unidas e, incluso, Estados Unidos en las labores de mediación junto a la Unión Africana, sin éxito y con el rechazo frontal de Etiopía.

Presa del Gran Renacimiento de Etiopía

Washington estuvo a punto de ser determinante el curso pasado para desbloquear la disputa, sin embargo, Etiopía abandonó la rúbrica del acuerdo entre acusaciones al expresidente Donald Trump por respaldar a Egipto.

Durante la última reunión, celebrada el martes en la capital qatarí de Doha, los 17 ministros de Asuntos Exteriores de los países que componen la organización trataron de desencallar el dilatado bloqueo que impide el funcionamiento de una infraestructura que, según Etiopía, sacaría de la pobreza a millones de ciudadanos y convertiría al país en un importante exportador de energía.

La acogida de la conferencia por parte de Qatar es también un factor significativo, ya que establece el reinicio oficial de las relaciones entre Doha y El Cairo tras años de disputas regionales. La cumbre de Al-Ula celebrada en enero sentó las bases para un entendimiento futuro que se ha materializado en esta nueva reunión de la Liga Árabe.

El desarrollo actual de la presa ronda el 80% y se espera que alcance la máxima capacidad en 2023. De ponerse finalmente en marcha, la presa se convertiría en la mayor central hidroeléctrica de África y la séptima del mundo, según los medios locales.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump (Centro), posa para una foto con la ministra de Asuntos Exteriores de Sudán, Asma Mohamed Abdalla (Izquierda), el ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Sameh Shoukry (Segundo Izquierda), el ministro de Asuntos Exteriores de Etiopía, Gedu Andargachew (Segundo Derecha), y el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin (Derecha), durante una reunión sobre las negociaciones en curso sobre la presa del Gran Renacimiento Etíope

Las delegaciones de Sudán y Egipto acordaron este mes ejercer presión sobre Etiopía para negociar un acuerdo definitivo sobre el llenado y la explotación de la presa que incluya un mecanismo eficaz y vinculante para resolver futuras disputas. La convocatoria del martes se enmarca en este contexto, aunque Etiopía se resiste a supeditar su proyecto a las pretensiones de sus vecinos. 

El Cairo explora la vía diplomática dentro del actual marco de negociación. No obstante, el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Sameh Shoukry, declaró que, en caso de una ruptura de las conversaciones y una posible amenaza a la vida de ciudadanos egipcios o sudaneses, ambos países tendrían “la responsabilidad de defender a su población”. 

En este sentido, el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi afirmó en abril que “todas las opciones están abiertas si se toca una gota de agua perteneciente a Egipto”, tras el último fracaso en las negociaciones celebradas en la República Democrática del Congo.

El principal escollo fue entonces definir las fechas para el llenado del embalse de la presa, cuya primera fase se completó en agosto del curso pasado. El siguiente ciclo está previsto para mediados de julio, cuando comience la temporada de lluvias en Etiopía. No obstante, Egipto ha dicho que, sin un acuerdo, esta etapa generaría muchas tensiones e “inestabilidad inimaginable”.

El ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Sameh Shoukry, habla tras reunirse con el presidente de Líbano, Michel Aoun, en el palacio presidencial de Baabda, Líbano

La Liga Árabe ha exigido a Etiopía que “se abstenga de tomar medidas unilaterales” que perjudiquen los intereses hídricos de Egipto y Sudán, incluida la abstención de llenar el embalse de la Presa del Renacimiento sin un acuerdo sobre las normas de la operación de llenado y tapado, en referencia al plan de Etiopía de completar la segunda fase de llenado de la presa en la temporada de lluvias.

Aboul Gheit subrayó en una rueda de prensa posterior que la “seguridad hídrica” de Egipto y Sudán forma parte de los intereses en materia de seguridad regionales, y aseguró que los países árabes presionarán para que el Consejo de Seguridad celebre una sesión urgente sobre esta disputa que se prolonga desde hace una década.

Los representantes de la Liga Árabe acordaron apoyar a Egipto y Sudán en la disputa. El ministro de Asuntos Exteriores de Qatar, Mohamead bin Abdulrahman al-Thani, sentenció al respecto: “Hay una posición árabe unida”.

Por su parte, las autoridades sudanesas anunciaron el lunes que estaban abiertas a debatir sobre un acuerdo provisional en base a una serie de mínimos. Yasser Abbas, ministro de Riego de Sudán, declaró que su país aprobaría el llenado de la presa “si Etiopía llega a un acuerdo vinculante tanto con Sudán como con Egipto”. 

El secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit
Reacción etíope

Tras la emisión del comunicado de la Liga Árabe, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Etiopía se pronunció a través de una carta dirigida a la organización. En la misma, Adís Abeba se mostró “consternada” por la resolución, y rechazó la decisión “en su totalidad”. 

Etiopía ha cargado contra la Liga Árabe señalando que no es la primera vez que emite una declaración “sobre sus posiciones erróneas” acerca de la presa, y asegura que la organización “ha desperdiciado su oportunidad de desempeñar un papel constructivo”. 

“Debería quedar muy claro que intentos inútiles como este de internacionalizar y politizar la Presa del Renacimiento no conducirán a una cooperación regional sostenible en la utilización y gestión del Nilo”, ha sentenciado el Ministerio etíope. “Etiopía está ejerciendo su legítimo derecho a utilizar sus recursos hídricos respetando plenamente las leyes internacionales sobre el agua y el principio de no causar daños significativos”.

Adís Abeba asegura haber hecho “todo lo posible por acomodar de buena fe” las preocupaciones de El Cairo y Jartum, y les ha acusado de minar intencionadamente la posibilidad de definir una hoja de ruta conjunta durante las últimas negociaciones trilaterales en Kinsasa. 

El primer ministro etíope, Abiy Ahmed
Una disputa de largo recorrido

La Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD, por sus siglas en inglés) ha sido objeto de continuas fricciones entre Egipto, Sudán y Etiopía desde que este último inició su construcción, hace ya una década.

El proyecto prometía unos ingresos de 4.600 millones de dólares, una cantidad que supondría una tabla de salvación para la economía etíope, así como un respiro en mitad de la tensión política que se respira tras el aplazamiento de las elecciones generales de agosto de 2020 a junio de 2021 y tras el devastador conflicto en la región de Tigray.

La gente hace cola para recibir donaciones de alimentos, en la escuela primaria de Tsehaye, que se convirtió en un refugio temporal para las personas desplazadas por el conflicto, en la ciudad de Shire, región de Tigray, Etiopía, 15 de marzo de 2021

Egipto depende considerablemente del agua dulce del Nilo y Sudán teme que su cuota de agua se vea afectada. Por este motivo, ambos han insistido desde el inicio de las negociaciones en que se tomen medidas para proteger a los países río abajo en caso de sequía durante el proceso de llenado de la presa.

El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, echó más leña al fuego y anunció en mayo la construcción de 100 presas pequeñas y medianas en distintas partes del país, mientras que Egipto cargó de nuevo contra las declaraciones en lo que supuso una nueva dilatación del conflicto, que promete perpetuarse en los próximos meses.

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