El país norteafricano se encuentra ante una "oportunidad única" para avanzar hacia la paz, así lo ha declarado el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres

La ONU invita a seguir con el diálogo libio paralizado en Marruecos

photo_camera AFP/ HANNIBAL HANSCHKE - Vista general de los participantes que asisten a la Cumbre de Paz sobre Libia en la Cancillería de Berlín el 19 de enero de 2020

La Conferencia de Berlín se ha reanudado esta semana de manera telemática y uno de los temas a poner encima de la mesa es las conversaciones de paz en Libia que se están llevando a cabo desde agosto. Las preocupaciones de la comunidad internacional han aumentado ya que las conversaciones diplomáticas se han paralizado por un problema de incompatibilidad de agendas.

Actualmente hay abiertas tres sendas de negociaciones en tres localizaciones distintas: en Ginebra, donde empezaron las negociaciones en febrero para pautar los primeros pasos a seguir. En Marruecos, Bouznika, se están dialogando los pactos de paz políticos y estructurales. Y en Egipto, Hurgada, donde se están poniendo en común los pasos a seguir para un alto el fuego y acordar una reestructuración militar y de seguridad. 

Guterres, durante la conferencia de ayer, recordó los recientes encuentros celebrados entre las partes en conflicto, entre los que destacan, el del 1 de octubre en Marruecos, o la reunión mantenida los pasados 28 y 29 de septiembre en la ciudad egipcia de Hurgada, donde los Gobiernos rivales libios hablaron sobre cuestiones relacionadas con la seguridad y el despliegue militar.

En Bouznika se acogió con satisfacción que las delegaciones del Alto Consejo de Estado de Libia y del Parlamento de Tobruk llegaran a un acuerdo global sobre criterios y mecanismos transparentes y objetivos para ocupar posiciones soberanas. Entre ellos se encuentran puestos clave como los del Banco Central, el jefe de la Comisión Anticorrupción, el presidente de la Alta Comisión Electoral, el fiscal general y el presidente del Consejo Judicial.

La misión especial de la ONU en Libia (UNSMIL) señaló que las conversaciones de Hurgada entre representantes militares de ambas partes alcanzaron importantes recomendaciones sobre la liberación de detenidos, así como la reapertura del espacio aéreo y las rutas terrestres para liberar prisioneros. Los rumores finales señalan que podría haber una fusión final entre los ejércitos enfrentados para conseguir una unidad que de ejemplo a la ciudadanía libia.

"Los últimos acontecimientos representan una oportunidad única para lograr un progreso real en la búsqueda de la paz y de la estabilidad en Libia", dijo Guterres. 

Marruecos Libia
La reanudación de las conversaciones en Bouznika

A principios de octubre iban a reanudarse las conversaciones de Bouznika, pero Abdelkader al-Hawaili, miembro destacado del Consejo de Estado, anunció a finales de septiembre que la mesa de diálogo libio se ha pospuesto de forma indefinida, al parecer por un conflicto de agenda entre las partes. 

El objetivo de estas nuevas rondas de negociaciones están enfocadas a "los mecanismos de nombramiento" de los siete cargos más importantes del Estado. Este diálogo entre las facciones libias, representadas por el Parlamento y el Consejo de Estado respectivamente, está estipulado en el acuerdo político libio firmado hace cinco años en la ciudad marroquí de Skhirat, vecina de Rabat.

Se desconoce quiénes encabezarán los equipos negociadores en Bouznika, y cabe la posibilidad de que lo hagan el presidente del Parlamento de Tobruk en el este, Aguila Saleh, y el presidente del Consejo Supremo del Estado, Jaled al-Mashri, lo que tendría un alto valor simbólico.

Las partes enfrentadas de la guerra de Libia tienen mucho que hablar y ponerse en común. Sobre todo por los intereses cruzados de los distintos aliados internacionales que han tenido durante la guerra. 

Por un lado, se encuentra el Parlamento de Tobruk con Aguila Saleh de presidente. Este Parlamento se encuentra en la ciudad de Tobruk y es leal al Gobierno de Bengasi, respaldado por las fuerzas del Ejército Nacional Libio, liderado por el mariscal Jalifa Haftar. Esta parte de la administración está apoyada internacionalmente por Jordania, Arabia Saudí, Egipto, Emiratos, Sudán, Rusia y Francia.

En el otro bando se encuentra el Alto Consejo de Estado Libio que representa el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) en Trípoli. El presidente de este organismo es Khaled al-Mechri y el primer ministro es Fayez Sarraj. Éste último ha anunciado su dimisión en plenas conversaciones de paz auspiciadas por Marruecos, una renuncia lamentada por muchos debido al “buen liderazgo” que supone para el bando apoyado por las Naciones Unidas, Italia, Turquía y Qatar.

Dimisiones políticas y embargo armamentístico

El diplomático portugués también destacó las dimisiones anunciadas en Libia por los líderes de los Gobiernos enfrentados y que abren el camino hacia el diálogo. Por una parte, la del jefe del Gobierno del este libio y no reconocido por la comunidad internacional, Abdallah al-Thani, que presentó su renuncia el día 13 de septiembre y, por otra parte, el líder del Gobierno de Acuerdo Nacional sostenido por la ONU en Trípoli, Fayez Sarraj, que anunció el 16 de septiembre que traspasará los poderes a un sucesor antes de que concluya octubre.

Además, el pasado 21 de agosto, los dos Ejecutivos, en conflicto desde 2015, anunciaron un alto el fuego tras quince meses de intensos combates, y se comprometieron a trabajar con la comunidad internacional para hallar una salida negociada que incluya la convocatoria de elecciones.

En su intervención, Guterres también pidió el compromiso de la comunidad internacional con el embargo de armas decretado por el Consejo de Seguridad para intentar poner freno a este conflicto que se ha convertido también en escenario de lucha entre diferentes países y potencias. “Las violaciones del embargo son un escándalo y ponen en tela de juicio el compromiso básico con la paz de todos los involucrados", dijo el secretario general antes de subrayar que "el envío de armas desde el extranjero y de otros apoyos militares deben parar inmediatamente".

Para acompañar esta nueva oportunidad de paz, Guterres también pidió unidad a la comunidad internacional para restaurar "la habilidad de Libia para proveer servicios básicos y seguridad a su población, que vive en condiciones que se han deteriorado continuamente, no sólo como consecuencia del conflicto, si no también debido a la mala gobernanza y a la corrupción rampante".

En este sentido, solicitó el "levantamiento inmediato, permanente e incondicional del bloqueo impuesto a Libia sobre la producción y exportación de petróleo", que, según el diplomático, "ha paralizado la economía". 

Guerra en Libia
Incomodidad por la presencia internacional

Fuentes próximas al Gobierno de Acuerdo Nacional, sostenido por la ONU con sede en Trípoli, se quejaron de un intento de interferir en el proceso de paz, por países de la región y otros Estados implicados de forma directa en la guerra civil.

Esta puede que haya sido una de las razones de la parálisis de las negociaciones. A Bouznika estaba previsto que acudan el líder del citado Consejo Supremo de Estado, una especie de Senado salido de las negociaciones de paz celebradas hace cinco años en la ciudad marroquí de Skhirat, Jaled al-Mishri, y el jefe del Parlamento electo en la ciudad de Tobruk, Aguila Saleh.

El norte de África se encuentra bajo el foco de la comunidad internacional esta semana. Esto se refuerza con la visita a Marruecos y Túnez del jefe del Pentágono para hablar sobre la inestabilidad en el Sahel y la lucha contra los grupos yihadistas que se extienden por el norte de Burkina Faso, Níger, Mali, Chad, el sur de Túnez y Argelia, así como la conflictiva región del lago Chad y la guerra en Libia.

Desde las Naciones Unidas hacen un llamamiento a las partes enfrentadas en Libia para retomar las negociaciones y no dejar a medio camino las distintas sendas elaboradas para encontrar un consenso común que acabe con este conflicto que ya lleva vigente nueve años. 

Para el secretario general, el "futuro de Libia está en juego" por lo que instó a los libios a continuar trabajando en la consecución de una alto el fuego duradero y a contribuir constructivamente al diálogo político facilitado por las Naciones Unidas.

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