Arabia Saudí anuncia el éxito de un Hajj sin contagios por COVID

La peregrinación a La Meca en la era de la pandemia

PHOTO/REUTERS - Peregrinos musulmanes, manteniendo la distancia social y llevando máscaras faciales, realizan el Tawaf durante la peregrinación anual del Hajj, en la ciudad santa de La Meca, Arabia Saudí 20 de julio de 2021

Alrededor de 60.000 peregrinos desfilaron por las ciudades santas de La Meca y Medina reconstruyendo la misma ruta que Mahoma hizo hace catorce siglos y ataviados con el "ihram", un hábito para la ocasión compuesto por dos piezas abiertas de paño blanco limpio sin costuras. Las jornadas más importantes comenzaron cuando los peregrinos, tras pasar la noche en Mina, a unos ocho kilómetros al este de La Meca, emprendieron el camino hacia el monte Arafat, un montículo a unos 15 kilómetros al este de la ciudad, donde dedican la tarde a entonar rezos. 

Durante la noche, de regreso a Mina, la multitud se preparó para celebrar el "Eid al Adha" (La Fiesta del Sacrificio), el acontecimiento más importante del calendario musulmán, en conmemoración para recordar como Abraham ofreció la vida de su primogénito a Dios. En Mina son sacrificados centenares de corderos. La peregrinación concluye con el ritual de "ramyi". Los peregrinos arrojan piedras contra tres pilares que simbolizan a Satanás. Las piedras fueron esterilizadas anteriormente y repartidas por las autoridades saudíes para evitar contagios del coronavirus. Hasta 2020, el ritual del lanzamiento de las piedras solía ser caótico y una muchedumbre se agolpaba frente a las columnas de las tentaciones del diablo en la zona de Mina, donde llegaron a producirse estampidas e incidentes mortales.

Peregrinos musulmanes, manteniendo la distancia social y llevando máscaras faciales, realizan el Tawaf durante la peregrinación anual del Haj, en la ciudad santa de La Meca, Arabia Saudí 20 de julio de 2021 PHOTO/REUTERS

Para poner fin al hajj, los peregrinos dieron otras siete vueltas alrededor de la "Kaaba", un edificio cúbico en el que está custodiada una piedra negra que los musulmanes consideran un pedazo del paraíso y está ubicado en el patio de la Gran Mezquita de La Meca, donde arrancaron la peregrinación con otras siete vueltas.

Decenas de miles de musulmanes realizaron el último gran ritual de la peregrinación a La Meca o Hajj bajo estrictas medidas de seguridad. Este año el ritual ha dejado estampas mucho más organizadas, con fieles manteniendo la distancia de seguridad y respetando las medidas de seguridad impuestas por el reino saudí. Las autoridades han organizado la entrada de peregrinos a la Gran Mezquita a través de puertas especificas para cada grupo y de acuerdo con las normas preventivas frente a la pandemia, que ha cambiado sustancialmente este evento religioso. Como precaución, los lugares de culto han sido desinfectados y en las alfombras se han establecido marcas para que los feligreses respeten los dos metros de distancia social. 

Los fieles realizan el tawaf (circunvalación) de despedida alrededor de la Kaaba, el santuario más sagrado del Islam, en la Gran Mezquita de la ciudad sagrada saudí de La Meca el 22 de julio de 2021, marcando el final del Hajj de este año. PHOTO/AFP

El ministro saudí de Sanidad, Dr. Tawfiq Al-Rabiah, declaró que el plan sanitario para el Hajj de este año fue un éxito, ya que no se detectó ningún caso de infección por COVID-19. "Me gustaría anunciar que este Hajj ha sido un éxito, sin que se haya registrado ninguna infección por coronavirus ni ninguna otra enfermedad epidémica", indico.

El peligro era evidente en una cita que llega a congregar hasta 2,5 millones de personas, al menos dos tercios de ellos llegados de fuera del país. Al final, el Gobierno saudí decidió mantener formalmente la gran peregrinación, pero limitar el riesgo de un contagio masivo limitando los participantes extranjeros a fieles que ya vivan en el reino. Este año sólo 60.000 de los acólitos de Mahoma residentes en el reino y vacunadas han podido realizar este ritual obligatorio para todo el mundo musulmán una vez en la vida, si su capacidad física y financiera se lo permite. 

Peregrinos musulmanes pasan, mientras otros peregrinos arrojan piedras a un pilar que simboliza a Satanás durante la peregrinación anual del Haj, en medio de la pandemia de la enfermedad del coronavirus (COVID-19), en Mina, cerca de la ciudad santa de La Meca, Arabia Saudí, el 21 de julio de 2021 PHOTO/REUTERS

Antes de que la pandemia impusiera el distanciamiento social a nivel mundial, unos 2,5 millones de peregrinos solían visitar los lugares más sagrados del islam en La Meca y Medina para el Hajj, de una semana de duración, y la peregrinación menor del Umrah durante todo el año, conmemoraciones que en conjunto le traen ganancias al reino por alrededor de 12 mil millones de dólares al año, según datos oficiales.

Después del petróleo, las peregrinaciones son la segunda fuente de ingresos del país y este año se esperaba que dejaran 12.000 millones de dólares (10.660 millones de euros). Esa pérdida resulta especialmente significativa en un momento en que no solo ha caído el precio del petróleo, sino que Riad se ha embarcado en un proceso de diversificación de su economía que incluía la expansión del turismo religioso.

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