Aumenta la tensión en Afganistán por la supuesta presencia de milicias de Liwa Fatemiyoun y Daesh

La presencia de Irán en Afganistán, ¿un desafío para Estados Unidos?

PHOTO/AP - Frontera de Afganistán con Irán en Islam Qala

El futuro de Afganistán sigue en entredicho apenas dos meses después de que Estados Unidos y los insurgentes talibanes firmasen un histórico acuerdo de paz para el país. Aun así, la inestabilidad sigue siendo una constante en esta nación. Durante las últimas semanas, algunos medios de comunicación afganos han advertido sobre la amenaza que supone para el país la presencia de las milicias de Liwa Fatemiyoun y de distintas organizaciones terroristas como Daesh. 

Liwa Fatemiyoun, literalmente ‘Bandera Fatimí’, es definida por el organismo Global Security como “una milicia chiíta afgana formada en 2014 para luchar en Siria”. Este contingente afgano se convertiría con el tiempo en una división de 12.000 a 14.000 combatientes -desplegados a nivel de brigada de forma rotativa- dirigida en su totalidad por el IRGC (Guardia Revolucionaria Islámica de Irán) y compuesta por refugiados afganos que viven en Irán y trataban de salir del Afganistán. Esta milicia se creó bajo la supervisión directa del ex comandante de la Fuerza Quds Qassem Soleimani, con el pretexto de proteger sitios religiosos en Siria e Irak.

La tensión acumulada por estas acusaciones y por las consecuencias de la pandemia del coronavirus han llevado a este país al borde del abismo. El diario Al Ain ha explicado que, aunque la organización terrorista Daesh sí que ha admitido en varias ocasiones ser responsable de una serie de ataques en los que han perdido la vida ciudadanos afganos, en particular de la minoría chií Hazara, por el momento se desconocen informaciones que relacionen a la milicia Liwa Fatemiyoun con operaciones militares llevadas a cabo en suelo afgano. Sin embargo, varios políticos afganos y ciudadanos del país han acusado al régimen iraní durante las últimas semanas de crear “fuerzas de poder” en Afganistán o de apoyar a los talibán. 

En declaraciones al diario Al Ain, un analista político afgano llamado Qadir Kamel ha señalado que la milicia Liwa Fatemiyoun representa una “gran amenaza para la seguridad de Afganistán”.  Ante esta situación ha pedido al Gobierno de Kabul que tome medidas al respecto ya que, en su opinión, los efectos y consecuencias de la presencia de estas milicias en el país podrían provocar una “catástrofe” en el futuro. Por su parte y en una entrevista con este mismo periódico, el activista civil afgano Ghulam Farooq Rasib ha advertido de que la presencia de la milicia Liwa Fatemiyoun podría llevar al país a una “nueva guerra civil”. 

Fuerzas de seguridad iraníes
¿Quién está detrás de las milicias de Liwa Fatemiyoun? 

Global Security ha recogido varios testimonios de algunos excombatientes de las milicias de Liwa Fatemiyoun que han explicado que fueron arrestados por las fuerzas de seguridad iraníes. Posteriormente se les ofreció la posibilidad de “elegir entre la prisión, la deportación o un programa de voluntariado para obtener entrenamiento y luchar en Siria con la promesa de obtener a cambio la residencia legal”.

Desde su aparición en 2013, más de 50.000 ciudadanos de Afganistán han luchado en Siria como parte de estas milicias, que respaldan al Gobierno de Bachar al-Asad. Su misión es defender los lugares sagrados para su religión, por un lado, y, por otro, luchar contra la opresión en todo el mundo. Según han asegurado varias organizaciones internacionales, cientos de personas pertenecientes a estas milicias, incluso niños de tan solo 14 años, han perdido la vida luchando en Siria. 

La inestabilidad en Afganistán ha llevado a miles de personas a huir hacia el país vecino en busca de trabajo. Sin embargo, con la llegada del coronavirus el flujo de migrantes se ha invertido. Entre enero y abril, unos 240.000 afganos habían regresado a su país desde Irán, según datos recogidos por el New York Times. 

Un hombre armado chií afgano vigila un puesto de control en Kabul, Afganistán
La influencia de Irán en Afganistán 

En los últimos años, Irán ha utilizado su ‘soft power’ en Afganistán, a través de la inversión extranjera directa y el desarrollo de la infraestructura vinculada a las comunicaciones y el transporte. Aún así, Irán no ha logrado obtener el mismo nivel de influencia política que el que ejerce en países como Líbano, Siria o Irak. Durante los últimos meses y tras la firma del acuerdo político entre Estados Unidos y Afganistán, Irán se ha esforzado por mantener y mejorar su influencia en los asuntos políticos y militares del país vecino. 

Sin embargo, la tensión entre ambos países ha vuelto a surgir después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Afganistán informase este fin de semana de que estaba investigando una serie de denuncias que acusan a los guardas fronterizos de Irán de arrojar al río a docenas de migrantes afganos detenidos en Irán. En la provincia occidental de Herat, 57 ciudadanos afganos que trataron de entrar en Irán para trabajar fueron detenidos por las fuerzas de seguridad fronteriza iraníes. Posteriormente fueron torturaron y arrojados a un río -en donde algunos de ellos perdieron la vida. Las fuentes han explicado que el incidente ocurrió el miércoles, ha especificado el canal afgano de televisión Tolo News. “No dejaban de golpearnos con tuberías y de decirnos: 'No vuelvan a nuestro país', y seguían empujándonos al río”, ha explicado uno de los supervivientes al periódico The New York Times. 

Ante esta situación la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán (CIDH) ha pedido al Gobierno afgano que comparta exhaustivamente el incidente con el Gobierno iraní y que lleve el asunto a la Corte Internacional de Justicia y al Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura. “Este caso es una importante violación de los derechos humanos”, ha asegurado el jefe adjunto de la comisión, Naeem Nazari. “El Gobierno de Afganistán, como protector de los derechos de los ciudadanos, debe investigar el asunto a fondo”, ha añadido, según ha recogido Tolo News. 

En este contexto, el Consulado iraní en Herat ha rechazado la participación de Irán en este incidente, según varios medios afganos. Sin embargo, Fawzia Kofi, ex presidenta del Comité de Derechos Humanos en el Parlamento afgano, ha indicado que no es la primera vez que los refugiados afganos se enfrentan a la violencia de las fuerzas fronterizas iraníes y paquistaníes “El pueblo afgano espera que el Gobierno de Afganistán evalúe el asunto a través de canales diplomáticos”, ha insistido, de acuerdo con la información a la que ha tenido acceso el medio afgano Tolo News.  

Militantes y aldeanos talibanes afganos asisten a una reunión para celebrar el acuerdo de paz y su victoria en el conflicto afgano con EEUU

Durante las últimas semanas y tras la firma del acuerdo entre EEUU y los talibán son varios los analistas que advierten de que Irán está intentando reemplazar a Estados Unidos en territorio afgano. El ‘think tank’ Defense One considera que “Irán está bien posicionado para lograr un delicado equilibrio en Afganistán. Desde hace mucho tiempo mantiene relaciones de trabajo positivas con diversos miembros de la población afgana no pastunes, entre ellos personas y grupos influyentes de las comunidades tayika, uzbeka y hazara que ejercen el poder político en el actual Ejecutivo afgano. Irán incluso ha firmado un acuerdo de cooperación en materia de defensa con el Gobierno de Kabul”. 

Sea como sea el futuro de este país, gran parte de los analistas coinciden en que uno de los principales protagonistas será Irán. “Las relaciones de Irán con algunos agentes no estatales pueden plantear un desafío a los Estados Unidos en su intento de poner fin a su intervención en el Afganistán (especialmente si las tensiones entre ambos países vuelven a aumentar)”, aseguran desde Defense One. 

El impacto del coronavirus en Afganistán 

En esta espiral de inestabilidad, la ONG Save The Children ha alertado de que más de un tercio de la población del país, incluidos 7,3 millones de niños, se enfrenta a la escasez de alimentos.  “Solo en el último mes, el precio de la harina de trigo y el aceite en los principales mercados de las ciudades de Afganistán ha aumentado hasta un 23%, ya que la oferta no puede satisfacer la demanda, mientras que el coste del arroz, el azúcar y las legumbres ha aumentado entre un 7 y un 12%, según el Programa Mundial de Alimentos”, han explicado a través de un comunicado de prensa. 

El aumento del precio de los alimentos coincide con la disminución de la capacidad financiera de los trabajadores. En Afganistán, al igual que en otros países de la región, muchas personas viven de trabajos que han desaparecido temporalmente por las medidas tomadas para reducir el impacto del coronavirus. “No tenemos comida en casa. De tres comidas al día pasamos a dos y a veces sólo una. Mi madre está tratando de encontrar comida para nosotros, está tejiendo alfombras para venderlas, pero todas las casas están cerradas en este momento". Sólo puede hacernos té con pan seco. Mis otros hermanos a veces piden buena comida, pero mi madre no puede permitirse alimentarnos. Es difícil estar vivo”, ha explicado un joven de trece años a esta ONG. 

Por su parte, el director de Save The Children en Afganistán, Timothy Bishop, ha lamentado que para muchas familias el coronavirus no sea el principal problema, sino las medidas de cierre provocadas por esta pandemia. Por ello ha pedido a la comunidad internacional que envíe urgentemente por vía aérea suministros de alimentos para distribuirlos a algunas de las comunidades más vulnerables del país.  “Los niños afganos ya han sufrido bastante. La mayoría no ha conocido más que conflictos en sus vidas. No podemos permitir que la COVID-19 les robe aún más su futuro”, ha concluido. 
 

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