La presencia de Turquía en Siria es “ilegal”, según la Comisión Internacional de Derechos Humanos
“La presencia del Ejército de Turquía en suelo sirio es ilegal”, ha denunciado el coordinador para Oriente Medio de la Comisión Internacional de Derechos Humanos (IHRC, por sus siglas en inglés), Haitham Abu Said, en declaraciones realizadas al medio ruso Sputnik. “En realidad, es una ocupación […] Y Ankara no tiene derecho a dictar su voluntad a Damasco”, ha añadido al respecto.
El funcionario también ha aseverado, en este sentido, que “solo el Ejército sirio es responsable de liberar el territorio de su país”, por lo que “ningún otro Ejército debe realizar operaciones militares en Siria”.
Estas afirmaciones llegan en un momento en el que el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan está incrementando su número de efectivos y equipos militares en el territorio sirio, concretamente en Idlib -uno de los últimos bastiones rebeldes-, para hacer frente a las sucesivas contraofensivas lanzadas por el Ejército Árabe sirio de Bachar al-Asad y con el apoyo de Moscú. De hecho, según ha informado este lunes la agencia de noticias IHLAS (IHA), un convoy militar de 50 vehículos ha llegado a la provincia de Idlib. De acuerdo con Sky News Arabia, el nuevo despliegue está compuesto por ocho tanques, 12 transportes blindados de personal, 22 vehículos blindados, cinco camiones y tres excavadoras bulldozers.
Este domingo se conocía la noticia de que cerca de 65 vehículos de las Fuerzas Armadas turcas habían entrado en el sur de Idlib, en la zona de Jabal al-Zawiya. En total, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR, por sus siglas en inglés) estima que, desde el 2 de febrero hasta la fecha, “el número de camiones y vehículos militares turcos que llegaron a la zona aumentó a más de 2.765, mientras que se desplegaron unos 7.600 soldados turcos”.
Turquía también ha solicitado el apoyo de Estados Unidos, al que le ha pedido el envío de sistemas de defensa aérea Patriot para instalarlos en su frontera sur. El gigante norteamericano todavía no ha respondido, pero se espera que siga manteniendo una posición neutral en la contienda debido a su conflicto de intereses, pues ha apoyado tradicionalmente a las milicias kurdo-sirias, enemigas del Gobierno de Erdogan.
Por su parte, Rusia, ha vuelto a acusar al Ejecutivo del país euroasiático de “suministrar terroristas en la ciudad siria de Idlib, junto con municiones y equipos militares”, lo que viola el acuerdo de Sochi de 2018, por el que se estableció una zona desmilitarizada, de entre 15 y 20 kilómetros, en el noroeste de Siria, y se pactó la salida de todas las armas pesadas. “Los documentos firmados por el presidente Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan estipulaban el compromiso de Turquía de garantizar la retirada de armas pesadas […] Pero, hasta el momento, los terroristas siguen recibiendo apoyo en Idlib en forma de municiones y equipo militar”, ha denunciado el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitry Peskov, en el canal Rusia 1.
Sin embargo, horas más tarde, en una entrevista concedida a la cadena TASS, el funcionario ha mostrado su deseo de que las relaciones con el país euroasiático no se sumerjan “en un terreno sombrío, donde haya escenarios extremadamente negativos”, si bien ha reconocido que esta semana “ha sido absolutamente inquieta”.
Cabe destacar, asimismo, que las tensiones entre las dos potencias -Ankara y Moscú- podría empezar a tener consecuencias sobre otros aspectos. El analista turco Muharrem Sarikaya reveló este domingo en Habertük que Turquía podría, incluso, “bloquear la entrada de Rusia al estrecho del Bósforo”. “La primera opción de lo que sucederá si no hay consenso en la mesa con Moscú es un cambio en la implementación del contrato de Montreux”, explica el experto. El mencionado acuerdo estipula que el Gobierno turco tiene la autoridad de bloquear el paso de buques rusos si se considera amenazado con un peligro inminente de guerra.
Mientras, el Ejército sirio sigue recuperando posiciones en la región de Idlib. Según ha informado el SOHR, han capturado tres nuevas aldeas al sur de la zona, Rakaya, Hantutin y Sheikh Damis. La organización con sede en Londres también ha desvelado que la aviación rusa ha llevado a cabo más de 130 ataques contra las villas de Kafr Nubl, Kafr Sajna e Ishim en las últimas horas. Además, en la localidad de Almastumah, a tan solo 6 kilómetros de la ciudad de Idlib, Moscú ha bombardeado varios puestos de control turcos. “El ataque ha infligido grandes pérdidas en las posiciones de las tropas turcas y sus aliados terroristas en la región”, han detallado diversos medios locales.
“Los grupos armados y extremistas respaldados por Ankara solían utilizar estos puestos de observación como punto para lanzar ataques contra las posiciones gubernamentales y luego poder salir, así, ilesos de la respuesta de las tropas sirias”, han explicado dichas fuentes al respecto.
Habrá que comprobar ahora si el rápido avance que están protagonizando las fuerzas de Al-Asad, junto con el goteo de bajas militares que está sufriendo Turquía -16 soldados muertos hasta el momento- le forzará a Erdogan a cambiar su estrategia y a empezar a pensar en una retirada, dado que sería el paso lógico ante la pérdida de posiciones. No obstante, la ambición del presidente turco parece no tener límites, lo que ha quedado demostrado con el incremento de su presencia militar. Además, para una fuente con “vínculos estrechos” con el mandatario, “un retroceso en Idlib indicaría que Turquía podría retirarse de varios frentes, como Libia. Es por eso que la determinación de Ankara está en los niveles en los que no dudaría en llevar la crisis al siguiente nivel”, explica en el diario local Ahval.
Con este escenario sobre la mesa, los líderes de Turquía, Rusia, Francia y han acordado reunirse el próximo 5 de marzo -presumiblemente en Estambul- para buscar una distensión que permita trabajar en la nueva hoja de ruta para Siria, dirigida a poner fin a la guerra civil que estalló en 2011.