Para Ankara el continente africano es una parte clave dentro de su política exterior

La presencia militar y económica de Turquía en África

REUTERS/FEISAL OMARAR - Ceremonia de apertura de la base militar turca en Mogadiscio, Somalia, el 30 de septiembre de 2017

El reciente anuncio de retirada francesa en el Sahel ha dejado la puerta abierta a otros países que comienzan a revelar sus intereses en la región africana. Turquía, que desde 2005 mantiene vínculos políticos y económicos en África, ha comenzado a desarrollar planes que buscan ganar influencia en el Sahel ante el repliegue de las tropas francesas de la Operación Barkhane. Sin embargo, también existe una fuerte presencia turca en el resto del continente. En palabras del Ministerio de Relaciones Exteriores, “las relaciones con África constituyen uno de los objetivos clave de la política exterior de Turquía”. Dentro de estos planes internacionales, Ankara ha incrementado notablemente su presencia diplomática en África en la última década. En 2009 tan solo había 12 embajadas turcas en el continente, cifra que ha aumentado a 42 en 2019.

También en África, concretamente en Somalia, se encuentra la base militar turca más grande fuera del país. Ankara, además, ha establecido una presencia firme en el puerto marítimo de la capital, Mogadiscio, con el objetivo de mantener su poder militar en zonas claves del mar Rojo y el océano Índico. Asimismo, cabe destacar el apoyo humanitario de Turquía durante una hambruna devastadora que azotó al país en 2011.

En el Sahel ha desarrollado principalmente operaciones militares ligadas a la seguridad y a la lucha antiterrorista. Uno de los acuerdos que más controversia ha creado ha sido el pactado con Níger en 2020. El texto, que es confidencial, podría sentar las bases para un futuro apoyo directo de Turquía a Níger. Sin embargo, algunos países como Francia y Emiratos Árabes Unidos consideraron el pacto como un intento turco de expandir su influencia en Libia, donde mantiene mercenarios apoyando al Gobierno de Acuerdo Nacional de Trípoli en su lucha contra Jalifa Haftar. Abu Dhabi incluso llegó a advertir acerca de unos supuestos planes de Ankara para armar a rebeldes en el Sahel y África Occidental con el objetivo de controlar recursos naturales y difundir el islam político.

atalayar_turquia sudan

Por el contrario, Ankara declaró que el acuerdo con Niamey apoyaría a las fuerzas nigerinas en su lucha contra el Boko Haram y otros grupos terroristas, además de asegurar las fronteras del país con los vecinos Malí y Burkina Faso.

El Gobierno turco también ha sido acusado de estar involucrado en el golpe de Estado que derrocó al expresidente de Malí Ibrahim Boubacar Keita. Mevlut Cavusoglu, ministro turco de Relaciones Exteriores, fue la primera alta autoridad extranjera que se reunió con los líderes del golpe. Por otra parte, a principios de año, después de un período de tensiones entre Ankara y París, algunos políticos galos insinuaron que extremistas entrenados por Turquía podrían estar detrás de una ola de ataques contra soldados franceses en Malí.

El país del Sahel ha sido un foco de conflictos en la región durante años, mientras que en la actualidad debe hacer frente al auge del terrorismo. Como consecuencia, en 2018 Ankara comenzó a entrenar a oficiales malienses mientras proporcionaba armas al Ejército nacional. Turquía ha alcanzado acuerdos bilaterales con otros países como Tanzania, Sudán, Uganda o Benin en cuestiones similares, es decir, en la adquisición y mantenimiento de material militar y de defensa. Con Marruecos y Túnez firmó un pacto por el que los países del Magreb recibían vehículos de combate no tripulados.

atalayar_mali-sahel
Poder militar para proteger los intereses económicos

No obstante, Ankara no solo ejerce influencia militarmente, sino que aprovecha una identidad religiosa compartida para promover sus intereses económicos. Cuando Turquía envió delegaciones diplomáticas a varios países del Sahel, como Burkina Faso, Níger o Mali comenzó a cooperar con las élites religiosas al igual que con las políticas. Los países de la región han dado el visto bueno a los proyectos de Ankara, la mayoría de ellos relacionados con la economía, asegurando acuerdos con empresas turcas de construcción, energía y minería. Aunque el comercio turco en el Sahel es bastante limitado en comparación con los cientos de millones de dólares en exportaciones chinas y francesas a la zona, ha crecido notablemente en los últimos diez años.

El lanzamiento de vuelos directos de la aerolínea Turkish Airlines desde Estambul a Bamako, Niamey y Uagadugú impulsó las relaciones económicas entre Ankara y el Sahel. Por ejemplo, el comercio entre Malí y Turquía pasó de 5 millones de dólares en 2003 a 57 millones en 2019.  En Níger, empresas turcas construyeron infraestructuras como un nuevo aeropuerto internacional, un hotel de cinco estrellas y desarrollaron otros proyectos que permitieron la celebración de la Cumbre de la Unión Africana en junio de 2019 en Niamey.

Atalayar_Ministro turco Relaciones Exteriores Mevlut Cavusoglu

Además de Turquía, otras potencias como Rusia o China están aumentando su presencia militar y económica en África. No obstante, en ocasiones, algunos países ven con mejores ojos la presencia turca debido a sus vínculos religiosos comunes. Ankara, aprovechando la retirada francesa en el Sahel, podría estrechar lazos con los países de la región para así ganar influencia. Al igual que ocurre en Afganistán, Turquía busca consolidarse como un actor clave en la escena internacional

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato