La pugna de intereses que supone el AUKUS
Las primeras consecuencias del pacto AUKUS no han tardado en llegar. Francia ha cancelado una reunión que se iba a producir a lo largo de esta semana entre la ministra de las Fuerzas Armadas, Florence Parly y su homólogo británico, Ben Wallace, después de que tras la firma del AUKUS, Australia tirase por tierra un acuerdo de venta con Francia en el cual el país suministraría a Camberra 12 submarinos de propulsión valorados en 50.000 millones de euros. En la reunión, se esperaba que acudiesen militares de alto rango de ambos países.
Esta decisión se produce posteriormente de que Francia llamase a consultas a sus embajadores en Estados Unidos y Australia tras la firma del nuevo contrato de Defensa que implicaría la anulación del millonario contrato de defensa francés. Además, esta “puñalada por la espalda”, como lo ha calificado el ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, implica que este comportamiento haya afectado a “la concepción que tiene Francia de sus alianzas”, además de “la importancia de la región Indo pacífica para Europa”.
Junto a esto, el secretario de Estado francés para Asuntos Europeos ha lanzado un dardo contra Reino Unido tras afirmar que “nuestros amigos británicos nos explicaron que iban a dejar la UE para crear una Gran Bretaña Global. Podemos ver que este es un regreso al abrigo estadounidense y una forma de vasallaje aceptado”, criticaba.
Por su parte, Reino Unido se ha mostrado conforme con el nuevo pacto a través de la nueva ministra británica de Exteriores, Liz Truss, quien ha declarado que el pacto de Defensa alcanzado con Estados Unidos demuestra “el compromiso de Reino Unido con la estabilidad del Indo-pacífico”.
Desde Australia, el primer ministro australiano, Scott Morrison, ha declarado su preocupación por las consecuencias del AUKUS y se ha lamentado de las mismas tras afirmar que en París “deberían haber sabido que teníamos preocupaciones profundas y graves” sobre el nuevo acuerdo con Estados Unidos y Reino Unido. Asimismo, el ministro de Finanzas australiano ha admitido que las negociaciones con el país estadounidense se habían mantenido en secreto teniendo en cuenta “las enormes sensibilidades” que podrían implicar para Francia.
Aun así, Australia ha querido desvincularse de las acusaciones de traición que Francia vierte sobre Camberra ya que según declaró Scott Morrison a France Presse, Francia sabría que “teníamos preocupaciones profundas y graves de que la capacidad que estaba entregando el submarino Attack Class no iba a satisfacer nuestros intereses estratégicos”. “Dejamos muy claro que tomaríamos una decisión basada en nuestro interés nacional estratégico. No lamento la decisión de poner el interés nacional de Australia en primer lugar. Nunca lo haré”, subrayó al mismo medio.
Como respuesta, Francia ha recalcado que en una declaración conjunta emitida el 30 de agosto, los ministros de Defensa y Exteriores francés y australiano recalcaron “la importancia” del acuerdo sobre los submarinos entre las dos naciones. Sin embargo, Australia sigue señalando que en junio afirmaron públicamente que Camberra estaba “considerando sus opciones”. Del mismo modo, el pasado abril se negaron a firmar la segunda parte del contrato para ejecutar la segunda parte del acuerdo con Francia, demandando que se cumplieran una serie de condiciones para septiembre.
Así, durante los próximos días Emmanuel Macron y Joe Biden han organizado una llamada telefónica para hablar de la crisis de los submarinos, conversación en la que según medios franceses Macron pedirá a Biden explicaciones sobre las causas del acuerdo.
Junto a esto, el embajador francés en Australia, Jean-Pierre Thebault, ha afirmado que Francia “se ha sentido engañada” por Australia. Desde París, en una entrevista con la televisión ABC, Thebault señaló que a través de la prensa descubrieron que “la persona más importante de este Gobierno australiano nos ocultó intencionalmente la suspensión del contrato hasta el último minuto. Esa no es una actitud propia de Australia hacia Francia. A lo mejor no somos amigos".
Por otra parte, desde la región del Indo-pacífico, Corea del Norte ha condenado el pacto AUKUS y afirmó que “tomará las medidas oportunas” si la seguridad del país se ve afectada. Así, Pionyang ha acusado a Washington de “alterar el equilibro estratégico en la región de Asia-Pacífico” y ha tildado el nuevo pacto como “extremadamente indeseable y peligroso”, en un comunicado emitido desde el ministerio de Exteriores.
Estas declaraciones por parte del líder norcoreano se producen en un contexto tenso para la región ya que Corea del Norte habría probado nuevos “sistemas de misiles ferroviarios”, diseñados para responder a cualquier “ataque eventual” que amenace al país.
Este lanzamiento se habría producido el mismo día que desde Corea del Sur se habría probado un misil balístico lanzado desde submarinos. Este ejercicio militar ha convertido a Corea del Sur en el primer país sin arsenal nuclear que cuenta con armamento de este calibre.
En la carrera armamentística de las dos Coreas, la demostración de arsenal armamentístico se ha ido produciendo de manera exponencial. Sin embargo, las demostraciones norcoreanas con armas nucleares han provocado la condena internacional y el rechazo de Estados Unidos quien declaró que Corea del Norte violó sistemáticamente “las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU”, representado una amenaza para los países vecinos de Pionyang.
