Ambos mandatarios se han reunido a modo de previa para abordar las cuestiones que afectan a la esfera internacional

La reunión entre Emmanuel Macron y Vladimir Putin prepara la cumbre del G7

photo_camera REUTERS/GERARD JULIEN - El presidente francés Emmanuel Macron saluda al presidente ruso Vladimir Putin, en la fortaleza de Bregancon, en la costa mediterránea, cerca de Bormes-les-Mimosas, en el sur de Francia, el 19 de agosto de 2019

La crisis de Ucrania, la soberanía europea, el acuerdo nuclear con Irán, el conflicto de Siria y la reinserción de Rusia en el Consejo de Europa han marcado la reunión bilateral que han mantenido el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, en Bregancon, en la costa sur francesa.

El encuentro, que se configura como la séptima cumbre entre ambos mandatarios desde que el presidente francés llegara al Palacio del Elíseo en 2017, se produce a tan solo cuatro días de que comience la cumbre del G7 en Biarritz, que se prolongará hasta el 26 de agosto. 

El contexto internacional que engloba estos eventos ha definido la reunión entre los dos presidentes y, del mismo modo, vertebrará la agenda de los siete países más influyentes del mundo englobados en este grupo. Sobre la mesa, la idea de que Macron se erija, en estos momentos, como el líder más fuerte de la Unión Europea, con un Reino Unido a 72 días de abandonar la esfera comunitaria, con o sin acuerdo; y con una Alemania pensando en la salida de la canciller Ángela Merkel en los dos próximos años, como recoge Político. 

El conflicto de Ucrania

En esta línea, Macron ya ha mostrado su determinación de liderazgo con la proposición de una cumbre a cuatro bandas entre Francia, Alemania, Rusia y Ucrania – el denominado ‘formato de Normandía’ – que se celebraría en “las próximas semanas” con el objetivo de buscar una solución política al conflicto que lleva enfrentando a los dos países del Este desde finales del año 2014. “Hay una oportunidad real de poner fin al conflicto que ha estado ocurriendo durante cinco años”, aseguraba Macron, refiriéndose a la elección de Volodymyr Zelensky como nuevo presidente de Ucrania en los últimos comicios. “Las relaciones entre Rusia y la Unión Europea son irritantes por un tema de desacuerdo como Ucrania, por eso es un problema que tenemos que resolver”, señalaba el mandatario francés.

Cabe recordar, en este punto, que, desde 2014, la Unión Europea ha implementado una serie de medidas restrictivas contra Rusia por “la anexión ilegal de Crimea y la desestabilización deliberada de Ucrania”, como explica el Consejo Europeo. Las políticas adoptadas en este sentido en estos cinco años han tenido diversas formas: medidas diplomáticas, medidas restrictivas individuales (inmovilización de bienes y restricciones de viaje), restricciones de las relaciones económicas con Crimea y Sebastopol, sanciones económicas y restricciones a la cooperación económica.

Las últimas datan del 27 de junio de este año, cuando el Consejo Europeo aprobó la prórroga de las sanciones económicas dirigidas a sectores específicos de la económica rusa hasta el 31 de enero de 2020. En concreto, se ha limitado el acceso a los mercados primario y secundario de capitales de la Unión Europea para cinco importantes entidades financieras rusas, se ha impuesto una prohibición de exportación e importación de armas, así como de productos de un doble uso (militar o para usuarios militares finales en Rusia), y se ha restringido el acceso de Rusia a determinadas tecnologías y servicios sensibles que pueden utilizarse para la producción y la exploración petrolíferas.

Aun con este escenario, Macron ha afirmado que Europa “necesita mantener nuestra presión, nuestra energía para resolver este problema”. Por su parte y ante estas declaraciones, Putin optó por manifestar un “optimismo cauteloso”: “Hablaré [con Macron] sobre mis conversaciones con el nuevo presidente de Ucrania. Hay cosas de las que vale la pena hablar y temas dignos de discusión”, aseveraba el presidente ruso. 

La reinvención de la soberanía europea

En un tablero global marcado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, las tensiones en el golfo Pérsico y los conflictos y situaciones inestables abiertas en dicha zona y en el norte de África, el presidente francés ha manifestado la necesidad de “reinventar la soberanía de Europa”, para lo que se requiere que “la relación entre Rusia y la Unión Europea sea redefinida profundamente”. Asimismo, ha asegurado que “Rusia es europea, muy profundamente” y que, desde Francia creen “en una Europa que se extiende desde Lisboa (Portugal) hasta Vladivostok (Rusia)”.

El acuerdo nuclear con Irán

Los dos países han acordado trabajar para reducir las tensiones entre Irán y Estados Unidos, que se han recrudecido tras la retirada unilateral del gigante norteamericano del acuerdo nuclear (JCPOA, por sus siglas en inglés) y la reimposición de sanciones estadounidenses contra intereses iraníes. “Trabajamos mucho en las últimas semanas para evitar disturbios” en Irán y en toda la región, ha compartido con los medios Macron. Cabe destacar que Francia ha tratado de erigirse como la principal salvaguarda del acuerdo nuclear, llegando a condenar, incluso, las decisiones adoptadas de forma unilateral por la Casa Blanca en esta materia. 

El conflicto de Siria

En el escenario sirio, Rusia y Francia apoyan a bandos rivales. Esto se ha materializado durante el encuentro en Biarritz, pues, por un lado, Macron ha recalcado que “es muy importante que el alto el fuego de Sochi se implemente por completo porque los ataques liderados por el régimen están matando inocentes y civiles”. Del mismo modo, el presidente francés ha mostrado su “profunda preocupación” por la ofensiva militar que está llevando a cabo el Ejército sirio desde hace tres días en la provincia de Idlib y, concretamente, contra el último gran reducto rebelde de la zona, Khan Sheikhoun

El acuerdo de Sochi, que fue firmado en 2018 por Rusia y Turquía, preveía la creación de una zona desmilitarizada y la retirada de armas pesadas y de las milicias insurgentes de la provincia. Por otro lado, Putin ha aseverado que “el 50% del territorio estaba controlado por terroristas” antes del alto el fuego de Sochi, un porcentaje que se ha elevado hasta el 90%, en palabras del presidente ruso, por lo que se vuelve imprescindible su apoyo a “los esfuerzos del Ejército sirio que apuntan a poner fin a esta amenaza terrorista”. 

La reinserción de Rusia en el Consejo de Europa

Como recoge Politico, “Macron ha sido criticado por defensores de los derechos humanos que lo acusan de normalizar las relaciones, mientras el Estado ruso continúa reprimiendo las protestas y violando los derechos humanos”. Desde finales de julio, los ciudadanos rusos han salido a las calles del país en sendas manifestaciones contrarias a la política de Vladimir Putin y al veto que se ha impuesto a los candidatos opositores para que no puedan presentarse a las elecciones municipales del 8 de septiembre. El resultado de las mismas ha dejado un balance de más de un millar de personas detenidas.

Sin embargo, el presidente francés ha mostrado su intención de apoyar el retorno de Rusia a la membresía del Consejo de Europa – organización radicada en Estrasburgo que aboga por la protección de los derechos humanos: no confundir con el Consejo Europeo – pues los beneficios del compromiso son “significativos”, ya que, por ejemplo, los ciudadanos contarían con la oportunidad de acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).

No obstante, cabe destacar que no todo fueron buenas acciones y palabras entre los dos mandatarios. Uno de los momentos de tensión se vivió cuando Putin declaró que no quería que un movimiento como los Gilets Jaunes (los ‘chalecos amarillos’ de París, que llevan manifestándose cada sábado desde el pasado mes de noviembre) “tengan lugar en la capital rusa”. Un ‘ataque’ que fue rechazado rotundamente por Macron: “En Francia, quienes protestaron pudieron presentarse a las elecciones”, apostilló el presidente francés. 
 

Más en Política