La RFEF pierde el control del fútbol sala
La RFEF ha sumido al fútbol sala en el caos. La COVID-19 no se lo ha puesto fácil, pero hay otras situaciones que han extendido un mensaje negativo de un deporte que ya enfrenta hasta a los propios clubes. Desde que empezó la competición, los partidos suspendidos se acumulan, los protocolos sanitarios no miden por el mismo rasero a los equipos y las sanciones solo tienen un perjudicado: los equipos que no han abandonado la LNFS para ponerse bajo el paraguas de la RFEF.
Es la última provocación de la RFEF. La Copa de España de 2021 se celebrará en el Wizink Center de Madrid en marzo. Todo indica a que será sin público. Es imposible que la crisis sanitaria que vivimos permita un espectáculo deportivo con espectadores en un recinto cerrado. Aunque los costes de alquilar un espacio como el antiguo Palacio de los Deportes de Madrid sean muy bajos, la logística interna sí que encarece el producto. Catering, sonido, seguridad, marcadores electrónicos... La LNFS ya organizó el torneo en 2018 y rentabilizó la inversión con una campaña de medios, actividades, patrocinadores… eran otros tiempos y otras voluntades. Aquella final la presenciaron más de 12.000 espectadores en directo. Ahora la RFEF dilapidará una cantidad que tendrá a la televisión como vía de ingresos porque las gradas estarán vacías. Los amistosos contra Brasil de 2019 en el Wizink dejaron un agujero de alrededor 300.000 euros y la Copa de Málaga de marzo de 2020 supuso a la RFEF un desembolso de aproximadamente 200.000 euros.
El mismo espectáculo podría haberse organizado en el pabellón de la RFEF. Hay que recordar que la final de la Supercopa entre Inter Movistar y el Barcelona también se iba a celebrar en el Wizink (lunes, 11 de enero a las 19:45) y tuvo que suspenderse por la nevada que cayó en Madrid en aquellos días.
Los clubes ya saben que, de jugarse la Copa de España en marzo, tendrán que abonar los gastos de alojamiento. La noticia no ha sentado muy bien porque en anteriores ocasiones era la LNFS la que corría con los gastos de hospedaje y reunía a los equipos en el mismo hotel para facilitar la logística de desplazamientos, entrevistas, eventos… una especie de burbuja que hubiera venido bien en esta ocasión.
Otro de los momentos más dramáticos de la temporada fue el viaje de ElPozo Murcia a Ferrol para no jugar su partido. El contacto con algunos jugadores de Jaén que acabaron dando positivo por covid-19 no fue suficiente para aplazar el siguiente partido. ElPozo emprendió el viaje y a su llegada se encontró con el positivo en el equipo gallego. El Juez de competición de la RFEF no suspendió el partido con antelación y obligo a los de Diego Giustozzi a cruzarse España. El plan de viaje consistió en descansar unas horas, entrenar y emprender el regreso sin jugar.
Los clubes que abandonaron a la LNFS para vivir la aventura deportiva de la RFEF han visto como su repercusión mediática ha sido casi nula. Inter Movistar, Jaén, Peñíscola, Ribera Navarra y Burela apenas han tenido partidos televisados en Gol o en LaLigaSport TV. La LNFS acude a sus pabellones con un notario que certifica que estos equipos impiden el acceso de las cámaras a sus recintos. Mientras presionaban a la RFEF para que encontrase una solución que diese visibilidad a sus sponsors, han intentado emitir sus partidos de forma ilegal en Youtube o Twitch. Todas esas emisiones fueron suspendidas a petición de LaLiga y de la LNFS porque violaban los contratos firmados. Ahora han iniciado canales de streaming donde intentan dar difusión a los partidos para justificar el desembolso de sus patrocinadores. Un reducto alegal protegido de cualquier interrupción por la ley.
Desde Las Rozas se apresuraron a cerrar un contrato con Teledeporte para emitir encuentros donde estos equipos jugasen como equipo local. La RFEF no recibe dinero, pero corre con los gastos de la producción de esos partidos que pone en manos de la empresa ATM Broadcast. TDP emitió el primer partido entre Ribera Navarra y Betis en noviembre de 2020 con el aviso de que si lo hacía incurriría en un delito. Hasta el equipo andaluz se opuso a la retransmisión, pero siguió adelante. Desde RTVE ya han comentado que, si hubiera sanciones, recaerían sobre la propia federación. Aunque el dato es irrelevante para el Ente Público y para la RFEF, las audiencias del fútbol sala son mucho más bajas que las de Gol.
Albert Soler es el responsable del área de deportes profesionales del Barça. Antes fue Secretario de Estado para el Deporte y presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD). Un personaje cercano a Andreu Camps, secretario general de la RFEF. Dos de los grandes instigadores de la división del fútbol sala en España. A finales de 2020 todo indicaba a que el Barcelona abandonaría la LNFS para ponerse del lado de la RFEF. Un golpe mediático para la competición por la trascendencia del club catalán. Pero la dimisión de Bartomeu y la llegada de una junta gestora dio al traste con la nueva conspiración. Como contaba El Español, Albert Soler y Óscar Grau (CEO del Barça) intentaron colar en una reunión de la junta la decisión de abandonar la histórica entidad, pero sus malas artes fueron frenadas en seco. Soler quedó desacreditado y Camps no pudo dar el golpe de efecto.
Con el Barça fuera de las garras de la RFEF le tocaba el turno a ElPozo. El equipo murciano es férreo defensor de la LNFS como gestor independiente de este deporte.
El partido entre Valdepeñas y ElPozo fue el ajuste de cuentas perfecto para la Federación. Los murcianos comunicaron un positivo en un jugador canterano que había sido contacto estrecho con el primer equipo. Fue aislado y al resto de jugadores les hicieron test que resultaron negativos. Con el partido a minutos de dar comienzo y la televisión emitiendo en directo, el Juez de competición suspendió el encuentro porque “no se daban las condiciones mínimas de seguridad”. Pleno para los chicos de Rubiales. Gol se queda sin partido, ElPozo sufre otro revés y, de paso, Valdepeñas se entera de quién manda en el futsal.
Rebeca Esnaola, consejera de deportes del Gobierno de Navarra ha tenido que mediar para que los dos equipos de fútbol sala de la región frenen la tensión entre ellos. Un paso más de la presión a la que somete la RFEF a sus afiliados. Ribera Navarra fue el último equipo en abandonar la LNFS y Osasuna Magna es uno de los históricos de la competición. Ribera Navarra denunció que Magna se había demorado en la realización de test COVID-19 y cruzó una peligrosa línea solicitando a la RFEF que les dieran por ganado el encuentro. El Juez de la RFEF abrió expediente, pero concluyó que no había mala fe en la demora y que el partido se jugaría en otra fecha. La sanción hubiera sido demasiado grosera, pero volvió a dar mala imagen al fútbol sala español.
El martes, 19 de enero de 2021 se disputó el encuentro 100 entre Inter y ElPozo. El gran Clásico del fútbol sala se pudo ver en TDP porque el equipo madrileño jugaba en casa. A las 21:30 comenzó el partido y esa misma hora el canal de deportes de RTVE seguía emitiendo en directo un partido de baloncesto femenino. La emisión comenzó con más de 5 minutos de retraso. Esto ya era algo habitual cuando los derechos del fútbol sala pertenecían a Teledeporte, pero con la nueva venta a Gol se consiguió que se respetaran los horarios del fútbol sala.
Otra de las batallas que libra la RFEF contra los clubes no alineados es a cuenta de los parches que lucen en las mangas de la camiseta. La propia LNFS emitió un comunicado haciendo pública la sanción de 2.000 euros por partido que imponía la federación a los equipos que luciesen el parche de la LNFS en lugar del parche de la RFEF. Desde Las Rozas se limitan a hablar mediante filtraciones a perfiles de Twitter que alegan que la multa se debe a que no llevan el logo federativo. Al hilo de esto, el presidente de Full Energía Zaragoza de Segunda división hizo en Radio Marca unas declaraciones contundentes: “Si quieren que nos pongamos su parche, que nos paguen”.
La RFEF empezó a poner palos en las ruedas de algunos equipos en el mes de octubre de 2020. ElPozo de Murcia recibía una sanción histórica para uno de sus jugadores más importantes. Pol Pacheco acabó cumpliendo el castigo de 13 partidos por “deudas con su agente” aunque el club murciano demostró estar al corriente de ese pago antes de la inscripción. De nada sirvió y el caso sigue su curso en la justicia ordinaria que nunca devolverá al jugador el tiempo que no pudo trabajar para su equipo. La misma sanción y por el mismo motivo fue impuesta a Hélder, jugador de O’Parrulo Ferrol.
El coronavirus también evidencia la falta de medios de la RFEF. Los protocolos reforzados no están facilitando la disputa de partidos. Hay equipos que han disputado hasta cinco encuentros más que otros y eso supondrá un agravio importante en la clasificación para la Copa de España. Jaén es uno de los equipos más cercanos a la RFEF, pero han tenido que levantar la voz y quejarse del calendario de partidos impuesto para recuperar los aplazados. LaLiga y la LNFS tienen un acuerdo por el que el fútbol español proporciona test, charlas y medidas a los clubes, aunque la organización es potestad de la RFEF. Los fallos se acumulan hasta perder el control de un deporte que un día decidieron gestionar.
