Los socialistas y los verdes, principales ganadores de estas elecciones municipales

La segunda vuelta de las municipales francesas revitaliza a la izquierda

photo_camera AFP/CLEMENT MAHOUDEAU - Mesa electoral durante la segunda vuelta de las elecciones municipales francesas en un colegio de Marsella, el 28 de junio de 2020

El coronavirus se ha convertido en el actor principal de las elecciones municipales francesas. La primera vuelta de estas tuvo lugar el domingo 15 de marzo, apenas unos días antes de que se decretase el estado de urgencia sanitaria en el país. El miedo a la COVID-19 supuso una histórica caída de la participación, situándola en un 44,66%, casi 19 puntos porcentuales menos que en 2014. En algunos lugares, la abstención superó incluso el 70%. Las medidas excepcionales que se tomaron posteriormente, obligaron a posponer la segunda vuelta de las municipales hasta que la situación sanitaria mejorase. La fecha elegida para ello fue este pasado domingo 28 de junio, pero ni siquiera la renitencia del coronavirus ha estimulado una mayor participación que en la primera vuelta, pues a falta de datos oficiales, la participación podría haber caído hasta el 41%. 

Esta escasa participación ha tenido, sin duda, un enorme impacto político, pues ha premiado a aquellos partidos que han sido capaces, pese a todo, de movilizar a su votante. Estos han sido mayoritariamente la izquierda y los verdes, a los que el clima de crisis social y sanitaria actual ha podido favorecer el impacto de su discurso. El gran perdedor de estas elecciones ha sido, sin duda alguna, el partido del presidente Emmanuel Macron, La Republique en marche (LREM), que se ha quedado fuera de la alcaldía de las grandes ciudades francesas, acusando su falta de implantación local. Por el contrario, la fuerte entrada de Los Verdes, parece presentar un cambio en el paradigma de la política francesa, pues rompe de lleno el debate público entre la Agrupación Nacional de Marine Le Pen y LREM de Macron.

Gráfico

Hasta ahora el debate político había girado en torno al nacionalismo-localismo de unos frente al globalismo-europeísmo de otros. La llegada de esta nueva línea política introducirá sin duda nuevos elementos en el marco político, algo que enriquecerá el debate, pero que puede afectar mucho a las próximas elecciones presidenciales francesas. Es necesario mencionar, de hecho, que varias de las victorias del menguante Partidos Socialista francés, se han producido precisamente en lugares donde se presentaban en una coalición de izquierdas con la Europa Ecológica – Los Verdes (EELV). El ejemplo más claro ha sido el de Anne Hidalgo en la capital francesa. 

En París tenía lugar la principal batalla de los partidos tradicionales franceses, muy alejados ambos ahora mismo de un mayor protagonismo en el ámbito nacional. La retirada además del candidato de Macron a la alcaldía, tras la publicación de unos vídeos íntimos con los que fue atacado – algo de lo que no quiso sacar rédito político –, facilitaba la carrera entre la candidata socialista y la conservadora de Les Republicains (LR), Rachida Dati. Finalmente, y siguiendo los pronósticos, la coalición de izquierdas que lideraba la alcaldesa de origen español se impuso a la que puede ser uno de los referentes políticos de LR en el futuro próximo, con cerca de la mitad de los votos, un 48,7% frente al 33,8 de Dati. 

La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, en el Hotel de Ville de París tras su reelección el 28 de junio de 2020

En otras grandes ciudades como Marsella o Lyon, la alianza entre socialistas y verdes ha sido igualmente clave. En la primera, la candidata de la izquierda Michele Rubirola ha conseguido poner fin a varias décadas de gobierno de la derecha con casi un 40% de los votos en segunda vuelta. En Lyon se ha producido una de las victorias más contundentes de los verdes, apoyados en este caso por los socialistas, con más de un 50% de los votos para Grégory Doucet frente al 30,8% del candidato centrista Yann Cucherat. En Toulouse también ha habido una disputada batalla política entre LR y EELV, apoyados ambos por otros partidos, decantándose la balanza para el lado conservador por apenas un 3% de los votos. La ciudad de Nantes y Montpellier quedan en manos de la izquierda, mientras que en Niza lo hace la derecha. 

Como hechos representativos está la victoria de los verdes en el europeísta Estrasburgo, una de las principales alcaldías a las que aspiraba el candidato de Macron. El candidato ecologista se ha hecho con la victoria con un 41,71% de los votos por un 34,96 del centrista Alain Fonantel. La ciudad de Burdeos es otra de las que pasa a la lista de vuelcos electorales a favor de la izquierda. Allí el candidato verde Pierre Hurmic se ha impuesto a la coalición de centro derecha encabezada por Nicolas Florian por apenas 1400 votos. Más ajustado ha sido incluso ha sido la victoria en Lille de los socialistas, donde incluso las encuestas a pie de urna le daban la victoria a los verdes. Finalmente, la alcaldesa socialista Martine Aubry se ha mantenido al frente del consistorio por 227 votos. Otro hecho significativo ha sido la elección del actual primer ministro Francés, Edouard Philippe como alcalde de la icónica localidad de Le Havre, al norte del país, con casi un 60% de los votos.

La presidenta del partido de extrema derecha Rassemblement National (RN) francés, Marine Le Pen

A la vista de los resultados, el análisis deja varias tendencias y cuestiones destacables. En primer lugar, que el partido del presidente francés Emmanuel Macron, no ha sido capaz de tejer una implantación exitosa en el ámbito local, a pesar de llevar ya varios años al frente del Elíseo y con una fuerte mayoría en la Asamblea Nacional. En segundo lugar, que el protagonismo de Marine Le Pen, y sus posibilidades de ganar unas elecciones presidenciales, están también muy lejos de otorgarle una mayor representatividad política en el ámbito local, regional o nacional. En tercer lugar, el Partido Socialista consigue mantener, incluso ampliar, alcaldías importantes y reseñables a partir de las cuales podría impulsar su papel en el ámbito nacional. Y, por último, que en la línea de lo que está sucediendo en otros países europeos, los verdes están ampliando su protagonismo en la política europea a todos los niveles, introduciendo de esa forma ámbitos no tan protagonistas del debate público como la movilidad o el medioambiente, y provocando además inquietud en una izquierda tradicionalmente copada por el socialismo, en la que son varios ideologías ahora las que deben competir por un mismo sector del electorado.

Por delante hay ahora seis años en los que una alta abstención, debido al coronavirus y la desafección, puede ejercer una mayor presión sobre la legitimidad política de estos resultados, ante la duda de si en otro contexto sanitario hubieran sido diferentes.

Más en Política