La fecha ha sido confirmada por la Instancia Superior Independiente para las Elecciones (ISIE)

La segunda vuelta de las presidenciales tunecinas será el 13 de octubre

photo_camera Imagen de una mujer ejerciendo su derecho al voto en Túnez

Fijada la fecha para que se resuelva el rompecabezas político tunecino. Anis Jarboui, miembro de la ISIE, ha transmitido la decisión de la autoridad electoral del país: la segunda vuelta de las elecciones presidenciales tendrá lugar el próximo 13 de octubre. Kaïes Said y Nabil Karoui medirán de nuevo sus apoyos un mes después de la primera votación, cuyos resultados no fueron concluyentes. El calendario llega cargado de citas electorales en Túnez, pues el próximo día 6 se celebrarán las elecciones generales al Parlamento.

Los comicios a la Jefatura del Estado hubieron de ser convocados tras el fallecimiento del histórico dirigente Beji Caïd Essebsi. Actualmente, el cargo lo ejerce de forma provisional Mohamed Ennaceur, expresidente del Congreso. Sin embargo, la Constitución tunecina prohíbe que esta situación se prolongue durante más de 90 días. Por ello, las elecciones tuvieron que ser convocadas. 

Pie de foto: Nabil Karoui (izq.) y Kaïes Said, dos carreras políticas fulgurantes que han supuesto una gran sacudida en la escena política tunecina

La primera vuelta de estos comicios adelantados, que tuvo lugar el pasado 15 de septiembre, se saldó con la derrota del partido islamista Ennahda, una fuerza que, tradicionalmente, ha cosechado amplios apoyos en distintos niveles de la sociedad tunecina, y del ex primer ministro Youssef Chahed, sucesor de Essebsi. Los triunfadores de la convocatoria fueron dos candidatos mucho más bregados en los platós de televisión que en los escaños.

La primera votación, no obstante, ha sido impugnada por varios de los candidatos que obtuvieron un peor resultado. A pesar de que el Tribunal Administrativo rechazó los seis recursos presentados la semana pasada, cinco de ellos presentaron apelación, entre ellos el ex primer ministro Chahed. Este lunes, la corte ha vuelto a desestimar sus recursos, de modo que el calendario electoral seguirá su curso.

Voluntarios tunecinos cuentan los votos en un colegio electoral en Sousse, al sur de la capital, Túnez, el 15 de septiembre de 2019

En todo caso, el panorama es inédito en la joven democracia tunecina, que afronta un futuro inmediato muy complejo: dos candidatos outsiders a detentar la Jefatura del Estado, con los partidos que pilotaron la transición de capa caída. La situación se complica todavía más debido, fundamentalmente, a una circunstancia: Karoui, que pasó el corte de la primera vuelta con más de un 15% de los votos, se encuentra en la cárcel. El magnate televisivo está acusado de blanqueo de dinero y fraude fiscal. Karoui no ha salido de prisión desde que fue detenido a finales del pasado mes de agosto.

La ISIE, si bien reconoce y respeta las decisiones de los tribunales, ha pedido que se permita participar a los dos candidatos en igualdad de condiciones. Nabil Baffoun, el presidente de la institución independiente, se ha expresado claramente: “Soy partidario de la liberación de Karoui; lo he comunicado a las autoridades, estamos organizando unas elecciones con un candidato en prisión”. Karoui no ha podido reunirse con su equipo electoral, ni coordinar personalmente la estrategia de cara a la segunda vuelta. Miembros destacados de su partido han reclamado repetidamente su puesta en libertad provisional y delegados de la Liga Tunecina de Derechos Humanos le han visitado durante su estancia. No obstante, Baffoun ha descartado una posible suspensión de las elecciones: “No es una decisión fácil; buscaremos otras soluciones en la medida en que sea posible”.

La situación de interinidad de la Presidencia, con Mohamed Ennaceur al frente, es un factor de presión más sobre la incierta situación política de Túnez

Los rostros visibles de los partidos políticos más tradicionales, con las presidenciales perdidas, han decidido centrar su estrategia en las legislativas del próximo domingo. A pesar de la fuerte influencia que tiene la figura del jefe del Estado, Túnez es una república parlamentaria: la Asamblea de Representantes del Pueblo, única cámara legislativa del país, tiene el poder principal de aprobar o rechazar proyectos legislativos. Por esta razón, la cita de este domingo será determinante para concluir qué apoyos tendrá en el parlamento el eventual presidente, sea Said o Karoui.

Ennahda y Nidaa Tunis, el partido de Essebsi y Chahed, han pedido el voto de los ciudadanos para ejercer como un contrapeso efectivo a la Presidencia. Una de las principales voces que ha defendido esta postura ha sido la de Rachid Ghannouchi, fundador del partido islamista moderado y uno de los rostros más visibles de la política tunecina desde la caída de Ben Ali. Chahed ha secundado el llamamiento, que ha llamado a una “unión de los demócratas” frente a los nuevos partidos de corte populista que, según él, ponen en peligro la transición democrática nacional.

Karoui ya se ha puesto en campaña desde su celda. A través de su esposa Salwa Smaoui, ha pedido el voto para su formación Qalb Tounis (‘El Corazón de Túnez’) para las elecciones legislativas que tendrán lugar el próximo día 6; una cita electoral de gran importancia que puede apuntalar al que se convierta en presidente o bien ponerle piedras en el camino. 

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