La Unión Europea prepara un quinto paquete de sanciones contra Rusia sin incluir el gas
La masacre de Bucha ha supuesto un punto de inflexión en la invasión rusa de Ucrania. El horror transmitido por los supervivientes y las imágenes, que amenaza con ser tan solo la punta del iceberg de los crímenes de lesa humanidad cometidos por Rusia en suelo ucraniano, ha galvanizado de nuevo a un Occidente que, a falta de intervención directa en el conflicto, intensifica su guerra financiera contra un Kremlin sin intenciones reales de detener su agresión.
Bruselas y Washington coordinaron hace 42 días su respuesta al inicio de la invasión para asestar un golpe conjunto a la línea de flotación del régimen de Vladímir Putin. Pero las llamadas entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, que han sido una constante, fructificaron gracias a la intermediación del primer ministro italiano, Mario Draghi, un peso pesado de la política europea.
Los expresidentes de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo, curtidos en crisis económicas anteriores, acordaron tras horas intensivas de diplomacia tejer una respuesta común contra la agresión rusa. Una represalia materializada en forma de sanciones económicas que, desde el inicio de la invasión, han ido agravándose a medida que el Ejército ruso endurecía sus ataques contra la población civil en Ucrania. Tras la masacre de Bucha, la Unión Europea y Estados Unidos preparan nuevas respuestas.
Los embajadores permanentes de los Estados miembros han mantenido este miércoles una reunión a puerta cerrada en Bruselas para cerrar el quinto y último paquete de sanciones económicas contra Rusia, anunciado el martes por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. El objetivo del encuentro era recibir la aprobación definitiva por parte de los Veintisiete para poner en marcha cuanto antes las medidas, previstas para entrar en vigor en un plazo de 24 horas.
Pero no ha habido unanimidad. En una nueva muestra de división, los Estados miembros no han logrado el consenso necesario para sacar adelante la propuesta de la Comisión, lo que pone de nuevo en riesgo la unidad de los Veintisiete. No han trascendido las posturas adoptadas por los países, pero todo apunta a Hungría, donde el recientemente reelegido Viktor Orbán se ha desmarcado declarando que las sanciones al petróleo y gas ruso suponen una “línea roja” para Budapest.
La Comisión no tira la toalla y las conversaciones continuarán el jueves en un clima de cierto optimismo. El anuncio parece que finalmente saldrá adelante porque encima de la mesa no hay aún ninguna propuesta para sancionar al petróleo o al gas de Moscú, sino al carbón. Aunque el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, da por hecho que el próximo paso será cortar el suministro de gas procedente de Rusia.
Hasta que los miembros no den su aprobación y el diario oficial publique el documento, solo conocemos las propuestas esbozadas por la presidenta de la Comisión en rueda de prensa. Entre las medidas desgranadas el martes por Ursula von der Leyen destaca la prohibición de las importaciones de carbón procedente de Rusia, en lo que supone la primera sanción dirigida contra el sector energético ruso.
Tampoco se permitirá la entrada de embarcaciones rusas en los puertos europeos, así como la prohibición completa de las transacciones de cuatro grandes bancos rusos “para debilitar aún más el sistema financiero de Rusia”, incluido el segundo del país, el VTB. Aunque con algunas excepciones para los productos agrícolas y alimentarios, la ayuda humanitaria y la energía. Forma parte del paquete una extensa nómina de sanciones que se conocerán en las próximas horas.
“Todos hemos visto las horribles imágenes de Bucha y otras zonas de las que han salido recientemente las tropas rusas. Estas atrocidades no pueden y no quedarán sin respuesta”, trasladó la jefa del Ejecutivo comunitario. Von der Leyen reveló, además, que Bruselas trabaja en la elaboración de sanciones adicionales, y dejó caer la posibilidad de incluir en ellas el gas y el petróleo, que deberán recibir la luz verde de los Veintisiete.
Coordinador de América: José Antonio Sierra.
